CuernavacaGay

Acercando a la comunidad gay de Cuernavaca.

Historias cachondas.  :: 
Una Historia Diferente.
 Top

Goto page: [-1] 1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7

  •  
    CAPITULO 88: EN ESTADO DE REGENERACION CONTINUA

    Conduzco por una carretera estrecha, hay árboles a un lado de la carretera, en el otro, la valla me separa de un profundo desnivel. Suena "Solitary man" de Him. Llevo minutos, quizás horas conduciendo, no logro situarme, posiblemente estoy en algún punto de Collserola. Los problemas se acumulan y me siento profundamente culpable, las palabras de Dani acusándome de haber perdido el control de mi vida me golpean en la cabeza… su voz se vuelve estridente, metálica. La cara de Dani se mezcla con la de Ricardo… Ricardo camina hacia mí y me echa en cara haberle mentido, me dice que alguien ocupará mi puesto en el bufete. La voz de Rosa llega desde lejos desde la cocina… la veo cocinando algo, un asado… no, no… una tarta: "nos has defraudado, nos has defraudado…" repite mientras mantiene su vista fija en el horno, está en cuclillas. Mi familia se siente defraudada porque les he mentido. Pierdo el control de mi vida, cierro los ojos… el BMW rebasa el arcén y se desliza por la ladera arrastrando la valla de protección… pierdo el control…

    El lejano sonido de mi teléfono móvil me ha arrastrado de nuevo hasta la firmeza de mi cama. He despertado sudado… la misma pesadilla cada noche desde hace un par de días. He intentado aclarar la voz antes de responder…

    -¡Hola!

    -¿Sí? –He musitado.

    -Uyyy… que voz de sobado ¡qué soy tu hermano! ¿Me recuerdas?

    -¡Eyyy! Hola, Carlos… me alegro de escucharte…

    -¿Qué haces durmiendo a estas horas?

    -Ufff… es una historia muy larga…

    -¿Ha pasado algo?

    -Muchas cosas… Ricardo y Rosa saben que me molan los tíos –he soltado con una insultante facilidad.

    -Joderrrr… me voy unas semanas y pones Barcelona patas arriba. Menos mal que vuelvo mañana…

    -¡Mañana! Jooooooooooooder… ya deberías estar aquí… como no me ayudes a salir de esto… -me he lamentado.

    -¡Ay! Tienes más peligro que Janet Jackson en un espectáculo de la MTV… y eso que te pedí cuando me fui que no la liases.



    -Mmmmm… yo estaba durmiendo cuando Dios repartió el sentido común…

    -Y la inteligencia…

    -Jejeje… que carbón. ¿A que hora llegas mañana? Me gustaría recogerte en el aeropuerto.

    -No, no, de verdad… prefiero ir en taxi hasta a casa, paso de que se retrase el vuelo o algo y tengas que estar esperando.

    -Pero es que a mí no me importa, de verdad… me apetece ir a buscarte, total, no trabajo…

    -Mira, ¿por qué no hacemos una cosa?

    -Dime…

    -Como llegaré tarde, podrías preparan una cena de bienvenida e invitar a la familia, a los amigos… y a Valeria… me apetecería reencontraros a todos juntos…

    -Jejejeje… bueno, bueno… haré lo posible, le pediré a Toni que me ayude…

    -Ese es mi hermanito –ha respondido Carlos con una euforia contenida.

    -Tengo ganas de tenerte cerca y no dejar que te vuelvas a marchar…

    -Me tendrás siempre cerca, aunque de eso me gustaría hablarte…

    -¿Por qué? –He preguntado sorprendido por su comentario.

    -Hablaremos mañana, mejor en directo… tú también tienes mucho que contarme…

    -Bien, no insisto. Mañana nos ponemos al día. Un abrazo Carlitos…

    -¡Un abrazo niño!

    He colgado con una sonrisa en los labios. Me he estirado como un gato perezoso hasta oír como crujían mis huesos. He deslizado mi mano por mi abdomen desnudo hasta llegar a la protuberancia que se insinuaba bajo la tela de mis boxers. De un salto me he levantado y he ido hasta la cocina.

    Cuando me estaba sirviéndome un bol de cereales ha sonado el timbre de la puerta. Curioso, no habían llamado al portero. Pensando que debía ser Toni que venía cargado, he abierto directamente la puerta. Tras ella, la rubia cabellera ondulada de Sara y su inocente sonrisa.

    -Hola ¿molesto? Tu vecino de al lado me ha abierto la puerta del portal…

    -Hola, Sara… ¿qué… qué haces por aquí?

    -¿Puedo pasar?

    -Pasa, pasa… estaba desayunando -Sara ha entrado tras de mí, me ha seguido hasta la cocina y se ha sentado en una de las sillas. Yo me he quedado de pie apoyado en el mármol con el bol en una mano y la cuchara en otra.

    -Quería invitarte a cenar en nombre de Ricardo…

    -¿Cenar con él? Te has vuelto loca…

    -Juan, te aseguro que malinterpretaste el sentido de sus palabras… Ricardo quiere hablar contigo. Me ha pedido que te invite a cenar esta noche… os prepararé lubina al horno -ha añadido ella con una sonrisa.

    -No voy a poder mirarle a los ojos…

    -Podrás, es tu padre. Además, no puedes seguir sin ir a trabajar, hay clientes que dependen de ti… tienes trabajo pendiente y una pila de cosas por hacer de esas que hacéis los picapleitos… -Sara me ha guiñado un ojo. Tenía perfectamente ensayado el discurso.

    -Bien, me lo pensaré…

    -¡Así me gusta! Lo importante es que habléis… pero bueno, dime ¿qué tal estás tú?

    -Bueno, no muy bien la verdad… se me han juntado todos los problemas…

    -Vaya –Sara ha puesto cara de pena, de fingida pena-. Ser gay tampoco es fácil ¿no?

    -¿Gay? Bueno, no me considero gay…

    -¿Ah no?

    -No, quiero decir… que las mujeres me gustan igual…

    -Ahhhh, me dejas más tranquila –Sara se ha levantado y se ha acercado a mí-. No puede ser que las mujeres de este mundo se pierdan algo así… -su mano se ha deslizado por mi torso hasta detenerse in extremis en el elástico de mi ropa interior-. Nos vemos esta noche, me voy al mercado a comprar…

    Sara se ha deslizado casi como un fugaz haz de luz hacia el exterior de la cocina. La puerta del piso se ha cerrado tras ella. He mirado hacia mi entrepierna… malditas erecciones matutinas.

    Toni debía estar en clase, así que antes de comer he decidido conectarme a Internet desde su ordenador, más que nada porque es el único que tiene conexión a la Red. Nada más encenderlo se ha abierto el Outlook y ha empezado a descargar el correo electrónico de Toni. "Tiene 3 mensajes nuevos". La curiosidad me ha vencido y he echado un vistazo a la Bandeja de Entrada. Dos eran de publicidad, el tercero, de Paul:



    ---- Original Message -----

    From: Pablo Montero Olivares <paulandgo@â>

    To: Antoni Bosch Portabella <toniboss@â>

    Sent: Wednesday, March 17, 2004 10:35 PM

    Subject: Merezco una explicación

    Lo de ayer fue la gota que colmó el vaso, creo que provocas intencionadamente estos follones... y creo que no me merezco que me trates así. Y encima ni siquiera contestas a mis llamadas, de verdad que no te entiendo. Pero al menos merezco una explicación, ¿no te parece?

    Te quiero y por mi parte no dejaré que algo así acabe con lo nuestro. Un beso, Paul.



    "¿Lo de ayer?", "¿Algo así acabe con lo nuestro?" Joder, al parecer las cosas entre Paul y Toni están peor de lo que imaginaba. He marcado el mensaje como no leído y he apagado el ordenador, por si las moscas. Resulta curioso… a veces la cadena de carbonadas y sentimientos no correspondidos puede llegar a ser ilimitada… Graham está platónicamente enamorado de Carlos, pero Carlos sigue pensando en mujeres, yo estoy colgado de Graham y él me ignora, Toni lo está de mí y yo no puedo corresponderle, Paul está enamorado de Toni y Toni parece que no está por la labor… y en alguna parte debe haber un rubito cachas con mucha pluma colgado de Paul y él a su vez estará ignorando a otro tío que vive por él… es como si alguien hubiese desordenado el mundo intencionadamente. Algún día habrá que poner orden.

    Intentado olvidarme de todas las pajas mentales que me exprimen las pocas neuronas que me quedan vivas, me he pasado la tarde en el gimnasio… hay que cuidarse, al menos físicamente… mens (IN)sana in corpore sano. Y después, rumbo a Diagonal Mar.

    He aparcado el coche muy cerca del portal. A mis espaldas las faraónicas obras del Fòrum de les Cultures 2004. Frente a mí, la entrada, también faraónica, del edificio donde viven Sara y Ricardo. Cuando contemplas un ejemplo de regeneración urbanística como el que ha experimentado esta zona de la ciudad te das cuenta de que Barcelona está realmente viva… respira. He entrado en el ascensor preguntándome si el Ayuntamiento no me podría contratar como imagen de la ciudad… ya me veo en el espot: "Republicana, combatiente, franquista, rebelde, de transición, industrial, olímpica… cultural, vanguardista… hoy Barcelona es otra, como mi puta vida, que cada día es una u otra y ya no sé dónde estoy ni adónde voy. Estoy en obras permanentes, en estado de regeneración continua. Barcelona es como yo… un follón, pero ¿a qué somos fantásticos? Ven, descúbrenos… sólo en Barcelona vivirás la vida de otro."

    Prometo que no había bebido nada, debe habérseme subido a la cabeza el Isostar. Tras llamar al timbre, Sara me ha abierto desvestida con un mínimo vestido de tirantes negro y subida en unas sandalias de plataforma que bien podrían ser los cimientos de las Torres de la Vil·la Olímpica.

    -Buenas Juan, pasa cielo… -dos besos muy cercanos a la comisura de mis labios y sus manos sobre mi espalda para quitarme la cazadora.

    Ricardo estaba sentado en el sofá del salón, mirando la televisión. Se ha levantado al verme.

    -Me alegro de que hayas decidido venir…

    -No podía decir que no a la lubina al horno de Sara.

    -Entre tú y yo –me ha susurrado Ricardo al oído- la lubina la he cocinado yo, Sara no termina de dominar las artes culinarias…

    -Jejeje… te guardaré el secreto.

    -Chicos, la cena esta servida… -Sara nos ha invitado a tomar asiento bajo una conciliadora mirada.

    -Gracias… -he dicho mientras Sara terminaba de servirme la lubina.

    -Hoy me ha llamado Carles Escuder…

    -Mmmmm… ¿de la empresa de cementos?

    -El mismo –Ricardo ha hecho una pausa para incrementar el efecto sorpresa-. Me ha dicho que te quiere en la demanda que va plantear. Está muy satisfecho con tu forma de trabajar…

    -Me alegro, pero dudo que pueda atenderle… estoy suspendido de empleo y sueldo que yo recuerde.

    -Mañana Mers tendrá listo el dossier con información que necesitas…

    -¿Vas a readmitirme?

    -Sigues trabajando en "Lafarge i Assosciats", si tú quieres, claro…

    -Bien, veo que no vamos a hablar de lo que pasó el viernes…

    -Es obvio que en nuestra última conversación los dos malinterpretamos nuestras intenciones…

    -Supongo… -he respondido vacilante.

    -¿Carlos vuelve mañana, no? –Ricardo ha cambiado de tema sin más.

    Resulta curioso, a veces no se necesitan palabras para hacer efectiva una reconciliación… bien, en este caso ha sido más bien una tregua. Supongo que es pronto para que Ricardo y yo hablemos frontalmente del tema, quizás porque en nuestro primer intento lo hicimos con excesiva violencia. Estoy convencido de que callar y hacer como si nada hubiese pasado no es la mejor solución, pero es la única, al menos hoy por hoy. El tiempo y las situaciones que irán surgiendo acabarán por propiciar una verdadera conversación padre e hijo, estoy seguro de ello. Mientras, creo que esta noche los dos nos hemos conformado con saber que, a pesar de las diferencias, la felicidad de los tuyos está por encima de cualquier otro tipo de consideraciones… o al menos, debería estarlo siempre.





    Continuará…
     
  •  
    CAPITULO 89: HAY COSAS QUE NO CAMBIAN NUNCA



    Me he pateado el centro de Barcelona en busca de un regalo de bienvenida para Carlos. Teniendo en cuenta que soy un desastre para recordar los gustos y preferencias de la gente que me rodea y acertar con sus regalos, tiene delito que tan ardua tarea me haya sido encomendada precisamente a mí. Claro que si tenemos en cuenta que Toni se ha ocupado de decorar el piso, encargar la comida, buscar la música, invitar a todo el mundo… era lógico que hiciese algo yo también. Y mi parte en este plan de "bienvenida" pasaba por comprarle el regalo a Carlos. El tercer eje, fundamental, ha sido Valeria, encargada de recoger a Carlos en el aeropuerto y entretenerle toda la tarde para que Toni pudiese decorar el piso.

    No ha sido fácil, pero finalmente he dado con el regalo que menos necesita Carlos. Alguien tan ordenado y puntual como él puede prescindir incluso de usar agenda, así que ¿qué mejor que regalarle una agenda electrónica? Insisto en que mi habilidad para escoger regalos es nula, así que me guío por el precio y su utilidad. Si son aparatejos electrónicos de última generación siempre sueles quedar bien.

    De camino a casa tras abandonar una abarrotada Fnac, casi no sentía mis piernas. Lo cierto es que ha sido un día agotador. La reincorporación al bufete después de varios días de forzada desconexión ha sido realmente dura. Afortunadamente la ayuda de Ángel, que se estaba ocupando de mi trabajo pendiente, y de Mers han sido el pilar fundamental de mi exitosa vuelta a la crudeza del ejercicio de la abogacía. En señal de agradecimiento les he invitado a los dos a la fiesta de bienvenida de Carlos. Qué fácil es contentar a tus amigos.

    Cuando he entrado en casa, Toni terminaba de colgar unas serpentinas en la lámpara del comedor…

    -Jejeje…

    -¿De qué te ríes? –Ha preguntado él con cara de pocos amigos.

    -Bueno, que con tanta serpentina y tanto confeti… parece una fiesta de cumpleaños…

    -¡Ay! Qué pena… no tienes visión estética –ha respondido Toni con una sonrisa mientras daba los últimos retoques a la decoración del salón.

    -Voy a ducharme y a cambiarme de ropa…

    -Mejor, sí… porque la gente está apunto de llegar.

    -¿Y Carlos? ¿Has hablado con él?

    -Sí, sí… hemos comido juntos. Luego ha quedado con Valeria como acordamos y bueno, llegaran sobre las diez, o sea que espabílate.

    -Voy, voy…

    Mientras estaba en la ducha han ido llegando los primeros invitados. Ricardo y Sara, Eduard y Rosa, Ángel sin Roberto, y Mers. Para no hacer esperar al personal, he rebajado mi marca habitual de una hora para ducharme y vestirme a unos ajustados 45 minutos. He reaparecido en el salón vestido con unos tejanos de Energie y una camiseta de Desigual que tengo el placer de compartir con David Bisbal, detalle que he recordado al escuchar de fondo "Bulería". Sara debería tener prohibido acercarse más de 20 metros a un reproductor de música. He sustituido velozmente el Cd en el equipo y una más acertada "I'm Outta Love" de Anastacia ha decorado, musicalmente hablando, la habitación. Saludos de rigor a los presentes.

    La canción debe haber activado algunas conexiones neuronales dentro de mi cerebro que han hecho que empezase a sentirme especialmente bien. La perspectiva de ver a Carlos en pocos minutos, el sentirme rodeado de amigos y familia con los que he empezado a recuperar el buen rollo y la confianza mutua después de cierto período de irreflexivo comportamiento por mi parte, me han hecho sentir especialmente bien. Muy a gusto. Mientras yo llegaba a estas interesantes conclusiones y esbozaba una sonrisa de satisfacción innegable, han ido llegando el resto de los invitados. Ruth y Jesús han llegado de la mano. Tras ellos Jordi y la chica que le acompañaba nuestra última noche en Razzmatazz.

    Estábamos todos, y según el plan "bienvenida" Carlos y Valeria debían aparecer en unos 7 u 8 minutos. El móvil de Toni ha sonado, una llamada perdida de Valeria. Era la señal. Toni ha apagado las luces y nos hemos agazapado todos en el comedor. Las llaves girando en la cerradura, el tintineo del llavero de los Simpson de Carlos. Mi estómago se ha removido. Después de 2 meses, 60 días, 1.440 horas, 86.400 minutos, 5.184.000 segundos de añoranza, Carlos volvía a estar junto a mí.

    -¡Bienvenido! –Hemos gritado todos mientras las luces se encendían y Carlos y Valeria entraban en el salón con una sonrisa de oreja a oreja.

    -¡Ey! ¿Me has echado de menos campeón? –Me ha dicho Carlos mientras nos estrujábamos en una abrazo que podía haberme hecho saltar hasta los botones de los vaqueros.

    -¿Yo? Pero de que vas chaval… si no he notado ni que te hubieses ido… -he bromeado mientras volvía a abrazarle.

    -Ya, ya… seguro… jejeje… tú y yo tenemos mucho de lo que hablar…

    Carlos ha seguido con su ronda de abrazos y saludos. He vuelto a sonreír. Carlitos volvía a estar en casa. Tenía muchas ganas de hablar, a solas, con él.

    Carlos ha sobrevivido a los abrazos, los besos, los apretujones de su familia y amigos hambrientos y necesitados de su presencia, su cordura, su equilibrio… y recuperando el control ha entrado en la cocina para empezar a servir los aperitivos. Pero Toni y yo no se lo hemos permitido, esta noche era su noche. Cuando nos hemos puesto a servir las bandejas con aperitivos, ha vuelto a sonar el timbre de la puerta. Es curioso que en esta casa nadie llame al portero automático, debe estar siempre abierta la puerta del portal… la cosa es que cuando he abierto la puerta del piso me he sentido en una de esas malas películas de miedo para adolescentes en los que el muerto acaba dando un último susto cuando ya nadie esperaba que lo hiciese.

    -Hola… -le he mirado perplejo, sin poder articular palabra-. Carlos me ha dicho que llegaba hoy… ¿interrumpo algo?

    -Interrumpes mi vida… -he murmurado.

    -¿Cómo?

    No he podido añadir nada más. Carlos ha aparecido tras de mí y ha abrazado efusivamente a Graham.

    -¡Ey! Me alegro de que hayas venido, así no falta nadie –ha añadido Carlos con una sonrisa.

    Sin decir nada más me he dado la vuelta y me he esfumado por el pasillo en dirección a mi habitación. He entrado en el baño y me he encerrado en él. Frente al espejo me he mojado la cara, la nunca, las muñecas, como intentando recuperarme de una diabólica aparición. De repente alguien ha golpeado la puerta del baño.

    -¿Qué pasa?

    -Soy Carlos, ¿estás bien?

    -No… bueno, sí, sí… enseguida salgo.

    -¿Puedo pasar?

    -¿Me la quieres sacudir? –He bromeado mientras habría la puerta y me topaba con la cara de Carlos apoyada en el marco.

    -Ya eres mayorcito –ha respondido con una pícara sonrisa-. ¿Qué te ocurre? ¿Por qué te has ido así?

    -¿Tú qué crees? No sabía que hubieses invitado a Newey.

    -Bueno, de hecho no le había invitado. Sólo le he llamado para decirle que ya estaba de vuelta.

    -¿Has hablado de mí con él?

    -Muy poco…

    -¿Tiene algo que ver conmigo que esté esta noche aquí?

    -No sé, no hemos hablado demasiado… aunque personalmente creo que está interesado en ti, pero bueno, ya sabes como es el interés de Graham… y si no lo sabes, deberías saberlo ya…

    -Volátil, pasajero, variable… inestable…

    -Ni yo lo hubiese descrito mejor.

    -Bien, será mejor afrontar mis problemas cuanto antes… -he dicho yo mientras me disponía a salir del baño.

    -Espera, hay un par de cosas de las que me gustaría hablarte en privado…

    -Tú dirás…

    -Como te dije por teléfono, yo tenía muchas ganas de volver a casa y estar contigo y con Toni… bueno, no sé, creo que los tres juntos hacíamos un buen equipo…

    -¿Hacíamos?

    -Espera, déjame terminar… Todo este tiempo que estado fuera pues he estado reflexionando y he hablado mucho con Valeria por teléfono… no sé, creo que nuestra relación se ha visto reforzada por la distancia y esta especie de separación temporal…

    -Bien, eso es muy bueno…

    -Sí bueno, claro… me he dado cuenta de que la quiero y de que ella también me quiere… por eso me gustaría formalizar de alguna forma nuestra relación… hacerla más estable…

    -¿¿Boda?? -He preguntado perplejo.

    -No, no… para eso ya están Ricardo y Sara… no es eso. Sólo que estamos pensando en irnos a vivir juntos… -Carlos ha soltado finalmente la bomba.

    -Mmmmmm… -no sabía que decir-. Bueno…

    -¿Cómo lo ves?

    -Bueno… no me lo esperaba, la verdad. Al menos no tan pronto…

    -Nos apetece y creo que será bueno para los dos…

    -Ya, bueno… ¿Y cuándo será? ¿Dónde viviréis?

    -Pues supongo que me mudaré a su casa después de la boda de Ricardo y Sara…

    -Pero sólo quedan un par de semanas para la boda…

    -Ya –Carlos ha asentido simplemente.

    -Bien, supongo que sólo puedo alegrarme por vosotros –he dicho sin poder evitar un gesto de decepción. Casi no podía creérmelo.

    -Ya verás como todo irá bien, Juan, de verdad… me tendrás muy cerca… Valeria vive en Rambla Catalunya, estaremos muy cerca…

    -Muy cerca… -he repetido sin ser totalmente consciente de la situación.

    -Y bueno, el otro tema del que quería hablarte tiene relación con este. Si me voy necesitaréis buscar un nuevo compañero y tal, pero antes de eso, creo que sería bueno que la relación entre Toni y tu mejorase, pensaba que habrían avanzado las cosas en este tiempo…

    -Bueno, las cosas entre Toni y yo están bien que yo sepa…

    -Ya, quizás en apariencia, pero durante este tiempo ¿has hablado con él? ¿Hacéis vida de compañeros de piso o simplemente os evitáis?

    -¿Has hablado con él?

    -Sí, claro… durante la comida… ¿sabes que Paul y él han roto definitivamente?

    -¿¿Cómo??

    -Toni está hecho polvo, además tiene problemas con sus padres desde que se fue de casa y encima está en el último año de carrera y se le acumula el trabajo…

    -Joder, no sabía nada de todo eso…

    -Ya, ese es tu problema, que no te interesas por la gente que de verdad importa en tu vida…

    -Joder, Carlos, no me vengas con esas ahora, Yo también tengo mis problemas, he estado muy mal últimamente…

    -Juan, llevas meses pasando por una situación complicada, y en esta vida pasarás por situaciones complicadas en numerosas ocasiones, pero eso no justifica que lleves tanto tiempo despreocupándote de toda la gente que te rodea. Antes de que empezases a cambiar, aunque tuvieras un mal día con Ana, o estuvieses hasta arriba de trabajo en la facultad… tenías tiempo para tu familia y tus amigos… No eres el único que tiene problemas. Pensaba que habrías llegado a esta conclusión por ti mismo…

    -No sé a que viene todo esto –he dicho yo intentando detener sus reproches-. Me he replanteado muy seriamente todo esto, y creo que estoy haciendo lo posible por recuperar cierto equilibrio personal…

    -Juan, quiero verte recuperar el control de tu vida de una vez. Quiero que rompas esta interminable cadena de estupideces en la que te has enredado, que te centres. Te hundes en lo negativo que te ha sucedido hasta ahora y te olvidas de todo lo bueno que te ha pasado. Te has aceptado, has vivido experiencias que nunca olvidarás, tu familia y tus amigos te apoyan en las decisiones que tomes respecto a tu vida… y tu te empeñas en hundirte cada vez que tropiezas con un tío estúpido que no sabe ver la mejor parte de ti…

    -Veo que Toni te ha puesto al día…

    -No ha sido necesario… te conozco como si fueses mi hermano… -Carlos me ha abrazado-. Y esa cara de tristeza tiene nombre de chico…

    -No ha sido sólo un tío lo que me ha hecho hundirme tanto estas últimas semanas. No sabes lo violento que ha sido para mí que Ricardo y Rosa se enterasen de todo, no sabes lo duro que ha sido tenerte lejos, vivir con alguien con el que casi no me hablo, haber perdido el trabajo por unos días…

    -Me imagino que todo esto te ha afectado y mucho, pero Juan, ya va siendo hora de que levantes cabeza, de verdad… que tus buenas intenciones y tus propósitos de cambio se conviertan en realidad. Todo lo que nos pasa en esta vida, pasa por algo, sólo hay que saber aprovecharlo…

    -Esa frase me resulta familiar…

    -¿Volvemos a la fiesta?

    -Ve, ve… ahora voy yo…

    -Bien…

    -Carlos…

    -Dime…

    -Gracias…

    -Te quiero, campeón –nos hemos abrazado una vez más antes de que Carlos desapareciera por la puerta del baño.

    La melodía de "Things will never be the same" de Roxette se ha colado por la puerta entreabierta. Hay ocasiones en esta vida que necesitas que alguien venga y te grite a dos centímetros de tus oídos que ya va siendo hora de que hagas algo… de que recuperes el control. Alguien que te diga que ya no te justifica estar viviendo una mala época. Cierro y abro los ojos ante el espejo. Todo encaja. Empiezo a entender el porqué de muchas cosas. Cuando mi camino y el de Dani se toparon en aquel Zara jamás hubiese pensado que haberle conocido me llevaría a replantearme tantas cosas. Ahora sus palabras en nuestra última conversación telefónica cobran sentido. He perdido el control de mi vida y he exigido para mí algo que he negado a la gente a al que quiero: atención.

    Pero más allá de este mensaje, hay algo en lo que también he errado mucho estos últimos meses… no he sabido priorizar, separar lo que realmente importa de lo que simplemente es secundario. Un rollo frustrado… ¿qué importa? Dani no ha sido el primer hombre de mi vida, ni será el último. Quizás no pueda evitar sufrir por amor, vivir desengaños, sentirme rechazado… pero afortunadamente en la vida hay mucho más que sexo y amores frustrados. Definitivamente hay cosas en mi vida que jamás volverán a ser iguales… pero realmente ¿qué importa? Hay otras que seguirán siempre ahí… familia, amigos. Aunque junto a ti descanse cada noche un chico o una chica, aunque no haya nadie junto a ti en la cama cuando te acuestes cada noche… el apoyo de tu familia y de tus amigos es algo con lo que contarás siempre, sólo hay que saber cuidarlo. Al fin y al acabo ese entramado de relaciones personales, afectivas, de amistad… son las que dan sentido a la vida. Hay cosas que, afortunadamente, no cambian nunca.



    Continuará…
    [/list]
     
  •  
    [size=]CAPITULO 90: A BITTERSWEET SYMPHONY[/size]



    He salido del baño dispuesto a hacer que mi vida cambiase, aún no sabía muy bien como, pero empezaba a tener una ligera idea. En el comedor todos estaban sentados a la mesa, mientras Sara y Rosa se disponían ha servir la cena. El único sitio libre quedaba estratégicamente situado entre Graham y Toni. He tomado asiento. Graham me ha lanzado una mirada fugaz.

    -Buenas noches… -he murmurado.

    -Vaya, pensaba que no me hablabas.

    -¿No te hablaba? ¿Por qué?

    -No sé, has puesto una cara al verme…

    -… -no he respondido, sólo le he mirado.

    -Espero que podamos hablar…

    -La noche es muy larga –he añadido.

    -Si no tienes otros planes… -me ha dicho él con una sonrisa pícara.

    -… -otro silencio.

    No negaré que posiblemente esta ha sido una de las cenas más incómodas de mi vida. Con Graham a un lado y Toni al otro, era imposible mantener una conversación con normalidad. Encima Carlos me acababa de soltar que se iba a ir con Valeria… no era la mejor noche de mi vida, pero al menos tenía claro que no iba a dejarme tumbar ante la más pequeña adversidad.

    Después de cenar he ayudado a Toni ya llevar los platos sucios a la cocina. Durante toda la cena ha estado en silencio, casi ausente.

    -He hablado con Carlos… -he dicho mientras cerraba la puerta de la cocina.

    -¿Ah, sí? ¿De qué?

    -Bueno, ya lo sabes… de su mudanza…

    -Ya…

    -¿Ya? ¿No vas a decir nada más?

    -Bueno, no sé qué puedo decir…

    -¿Te da igual que se marche?

    -No, no, claro…

    -¿Y qué piensas hacer?

    -¿Hacer?

    -Sí, quiero decir, si Carlos se va… tendremos que decidir si seguimos compartiendo piso, si buscamos a alguien más o si…

    -Yo sigo dispuesto a compartir piso contigo… ¿y tú? –ha interrogado él.

    -Yo también…

    -Bien, pues entonces sólo nos falta buscar al tercero para el trío… -ha bromeado él intentando quitar hierro al asunto.

    -Esta vez escojo yo… -he dicho tajante-, tengo alguien en mente.

    -¿Quién? ¿Le conozco?

    -Te lo haré saber cuando se lo haya propuesto, pero estoy seguro de que os llevaréis muy bien…

    -Bien… -ha resoplado Toni sin seguir insistiendo en descubrir la identidad del nuevo compañero.

    -¿Y tú cómo estás? –He preguntado intentando romper la pausa.

    -Pues bien, como siempre…

    -¿Todo bien con Paul?

    -Bueno… más o menos…

    -Ya, por eso habéis roto…

    -Te lo ha contado Carlos…

    -Sí, está preocupado por ti. Bueno, yo también lo estoy…

    -Pues tienes una forma muy curiosa de preocuparte por los demás.

    -Nada de lo que diga ahora cambiará la imagen que te has hecho de mí en estos últimos meses. Prefiero hacer algo por intentar cambiarla. Sé que no me crees cuando te digo que me preocupo por ti, pero te aseguro que lo hago, para mí eres un amigo muy especial…

    -No es necesario que te preocupes, lo de Paul tenía un final anunciado desde el día en que le conocí, la duda estaba en cuánto iba a durar… Paul y yo no encajamos…

    -Vaya… al menos me alegro de que te lo hayas tomado así. Ahí fuera hay un montón de tíos que merecen la pena y que podrían enamorarse de ti en cuanto te conociesen…

    -Ahí fuera… -ha repetido él-. El problema es que mi interés no está ahí fuera…

    -Pues debe estarlo… -he añadido contundente-. Si hay algo que pueda hacer por ti, por favor, dímelo…

    -Hay algo que puedes hacer por mí…

    -¿El qué? –Toni se ha quedado en silencio, me ha mirado fijamente a los ojos. No he podido aguantarle la mirada.

    -Estar ahí… -ha respondido. Sin decir nada más me he acercado a él y le he abrazado.

    Entonces la puerta de la cocina se ha abierto. La carita de Carlos ha asomado con timidez.

    -¿Interrumpo algo? Ha dicho con una sonrisa al vernos abrazados. Toni me ha soltado de repente.

    -No, no… estábamos dejándonos claro que somos amigos… -ha respondido Toni.

    -Jejeje… me alegra oír eso. Pero yo quiero unirme a ese abrazo –ha añadido Carlos.

    -Bueno, pues triabracémonos… -he bromeado mientras los tres nos fundíamos en un abrazo a tres bandas.

    -Que este sea al punto de partida de una amistad que va a durar siempre… -ha dicho Carlos con una sonrisa triunfal.

    Después de la firma de la tregua, sellada por un triabrazo de los que hacen historia, hemos vuelto al comedor. Todos sentados en los sofás o sobre la alfombra del salón, escuchando atentos las historietas de Carlos en Argentina. Valeria junto a él, y en sus caras la brillante expresión de felicidad que todos tenemos no sólo cuando somos felices, si no cuando somos conscientes de esa felicidad, cuando sabemos que aún deseándolo, no podríamos serlo más.

    -Se les ve felices, ¿eh? –Ha murmurado Mers observado a Carlos y a Valeria.

    -Sí, mucho… -he sonreído-. Me alegro mucho por ellos…

    -¿Y usted cómo está?

    -De tú…

    -No, no… hablemos de usted.

    -¡Ayyyy!… el día que me tutees seré feliz. Yo estoy bien, gracias…

    -¿No está… perdón, estás, nervioso? –Ha añadido lanzado una fugaz mirada a Graham.

    -Bueno, no sé… preferiría que no estuviese aquí… supongo.

    -Si ha venido es por algo… -ha sonreído Mers.

    -Por Carlos…

    -Ya, claro…

    -¿Qué insinúas?

    -Algo me dice que esta noche pasará algo… -ha dicho con una sonrisa.



    Su frase ha marcado el final de la noche. Cuando pensaba que no iba a suceder nada más, Graham se ha levantado para servirse una copa y al volver se ha sentado en el suelo junto a mí. Carlos y Eduard comentaban sus respectivas experiencias en América Latina. Ricardo y Sara se han levantado para irse y Jesús, Ruth, Jordi y su acompañante les han seguido.

    -Voy a poner el lavavajillas –ha murmurado Toni mientras él y Ángel terminaban de recoger la mesa.

    -¿Podemos hablar? -Me ha dicho Graham mientras Carlos seguía enseñado fotos a Mers y a Valeria.

    -Sí, claro…

    -Mejor en privado…

    -Bien, vamos a mi habitación… -he dicho yo sin demasiado convencimiento.

    Graham me ha seguido hasta mi habitación y ha cerrado la puerta tras de sí. En sus ojos la evidente intención de tener algo más que palabras conmigo. Cosas de la temperatura corporal, supongo.

    -¿Y bien?

    -No sé, has estado casi desparecido últimamente…

    -Bueno, he estado bastante ocupado.

    -Hace unos días estuve en el bufete y no te vi…

    -Ya, he estado ocupado –he repetido. Curioso, cuando pasas de un tío por el que estabas muy interesado, suele darse cuenta de que le interesas… lástima que no siempre sea posible hacerse el duro.

    -¿Y ahora estás ocupado?

    -¿Ocupado? Pues no, estoy aquí hablando contigo ¿no?

    -¿Puedes poner música?

    -Claro –me he acercado al equipo de música y he puesto un cd. Ha empezado a sonar "Bittersweet symphony" de The Verve-. ¿Sabes? No entiendo que estás haciendo aquí…

    -¿Cómo? –Ha interrogado él perplejo.

    -Pues eso, que primero me rechazas, me ignoras… y ahora estás aquí, esperando a que suceda algo…

    -No te rechacé, simplemente deduje que buscábamos cosas distintas e intenté dejarlo claro. Pero siempre me has interesado…

    -Ya, claro... ¿y qué buscas ahora?

    -Bien, supongo que siempre busco estar bien y disfrutar del momento presente. No me gusta hacer planes… lo que tengo claro es que no busco compromisos.

    -Bien…

    -¿Y tú?

    -Supongo que lo que busco no puedes dármelo tú… -Graham se ha acercado y me ha pasado su mano por la nunca.

    -¿Ya no te intereso?

    -No es eso…

    -Entonces no le des más vueltas. Quizás no te ofrezco todo lo que necesitas, pero eso no quita que no puedas disfrutar del momento… Sólo hay que tener claro lo que hay entre nosotros…

    -¿Y qué hay entre nosotros?

    -Una amistad y… sexo, si tú quieres…

    -No somos amigos…

    -Aún… -ha añadido él.

    -Bien, aún no somos amigos…

    -Bueno, entonces sólo queda el sexo… -ha respondido con una sonrisa pícara.

    Por una vez sabía perfectamente lo que había, y he decidido conformarme con ello. Sé perfectamente que Graham no va a darme lo que necesito, pero mientras…

    -Bien… -he murmurado cuando Graham empezaba a besarme en el cuello.

    Sus manos se han deslizado por debajo de mi camiseta resiguiendo mi abdomen. Sus labios han seguido besándome el cuello hasta llegar a la boca. Nos hemos enredado en un beso húmedo e intenso. Casi no me atrevía a acariciarle, desconfiaba incluso de que estuviese allí. Sentía que si le tocaba desaparecería. Es lo que tienen los rollos, se cuelan en tu vida, te transportan a la cumbre del placer instantáneo y luego… y luego no queda nada. Se deshacen frente a ti como una cortina de humo. Es lo que tienen los rollos, sólo hay que tenerlo claro.

    Graham me ha quitado la camiseta y me ha besado hasta hacerme caer en la cama. Le he besado en el cuello y en el pecho mientras le quitaba la camisa. He recorrido una vez más su cuerpo con mis ojos. Sabía que a la mañana siguiente no despertaría junto a él. Me ha quitado los zapatos y los pantalones y ha empezado a recorrer con su lengua la tela de mis boxers por encima de mi polla. Le he acariciado el pelo. Graham ha tirado con sus dientes del elástico de mis boxers y ha empezado a comerme la polla con extrema suavidad… casi había olvidado lo bien que la comía.

    Seguía acariciando su pelo. Le he estirado lentamente hasta que nuestras bocas se han encontrado. Tenía claro que mañana no me llamaría a media tarde para decirme cómo había ido el día. He deslizado mis manos hasta el cierre de sus pantalones y lo he abierto. He sacado su polla y he empezado a masturbarle. No estaba siendo romántico. Nos besábamos mientras seguía masturbándole. Las manos de Graham se deslizaban por mi pecho y mis piernas. He acelerado el ritmo de la paja hasta que su cuerpo se ha tensado, símbolo inequívoco de la inminencia de un orgasmo.

    -Ufff… ¿tienes kleenex por ahí? -Ha susurrado abriendo los ojos.

    No he respondido, le he tendido una caja de pañuelos de papel y me he dado la vuelta.

    -¿Y tú? ¿No vas a correrte?

    -No, no… estoy bien así…

    -¡Ey! Juan, en serio… déjame hacer algo… -ha susurrado mientras me acariciaba la cadera.

    -De verdad, estoy bien así…

    -Bien, como quieras… ¿quieres que me vaya?

    -No, puedes quedarte si quieres…

    -Bien …

    Graham se ha quitado los pantalones y se ha tendido en boxers junto a mí. Yo me he vuelto a poner la ropa interior. Fuera no se oía nada, Mers y Ángel debían haberse ido ya. Toni debía estar durmiendo. Y Carlos y Valeria…

    He apagado la luz.





    Continuará…
     
  •  
    CAPITULO 91: NO QUIERO SER UN "DANI"



    -¿En la Costa Brava?

    -Eso es… lo haremos en el Parador de Aiguablava en Begur, Sara se ha enamorado de ese sitio…

    -Bien, pero… ¿no tendrán problema en acoger a todos los invitados?

    -Bueno, es que seremos muy pocos…

    -¿Quién está invitado a la boda?

    -Pues los padres de Sara no van a venir, no aprueban que se case con alguien tan mayor… -Ricardo frunció el ceño-, pero vendrá su hermana con su novio; luego están Rosa, Eduard y su hijo; Carlos y Valeria; los padres de Toni y Toni; Roberto y Ángel; Ruth y Jesús; Carmen –la amiga de Rosa-; Gloria –asistente de mi padre, decoradora y encargada de organizar la boda-; Ernest y Maite –amigos de mis padres y vecinos en Sitges-; Joana, Emilio y Óscar con sus parejas –socios del bufete-; tú y tu acompañante… -Ricardo hizo una pausa esperando a que dijese algo, pero no lo hice- y bueno… algunos amigos de Sara aún por concretar… Espero no dejarme a nadie… unos cuarenta si contamos los acompañantes…

    -Bien, algo discreto… me gusta… es lo que tiene tener poca familia y hablarte sólo con la mitad –añadí con ironía-. ¿Y la ceremonia por lo civil dónde se hará?

    -Pues en el Ayuntamiento de Barcelona, claro… lo he podido arreglar para ese día. Gran fecha para la historia de mi vida –Ricardo no podía ocultar su carita de felicidad.

    -Bien, veo que lo tenéis todo previsto… ¿el parador te gusta a ti?

    -Bueno, sí… está en un acantilado, sobre la costa… es un lugar precioso… aunque no me gusta la idea de tener que ir hasta allí después de la ceremonia…

    -Bueno, todos tenemos coche, no creo que sea un problema. ¿Cuántos kilómetros son? ¿100?

    -Bueno, unos 150 creo… pero casi todo por autopista…

    -Muy bien, perfecto pues. Yo me voy ya, he quedado para comer y luego tengo que pasarme a visitar a un cliente. Mantenme informado de los preparativos y si necesitas ayuda… ya sabes…

    -Gracias Juan, lo haré…

    Después de salir del despacho de mi padre, me reuní con Graham en el restaurante Tragaluz, en el Eixample. Mi… mi… ¿rollo? ¿amigo? ¿compañero de algo…? Fuese lo que fuese, allí estaba… con su impecable traje de Armani. Su pelo liso castaño de largo flequillo con un toque ligeramente despeinado. Me sonrió al verme. Sonaba de fondo "Lovely Head" de Goldfrapp.

    -Buenas… -saludé mientras tomaba asiento.

    -Hola, Juan… ¿qué tal?

    -Bien, cansado, pero bien…

    -Bueno, eso tiene solución –añadió con una sonrisa-, necesitas descansar. Por cierto, hablando de dormir… siento haberme ido sin despedirme la otra mañana…

    -No te preocupes, algo me decía que las cosas sucederían de esa forma…

    -Ya, bueno… pero no lo hice intencionadamente, tenía una reunión muy temprano y antes tenía que pasarme por casa…

    -Da igual, Graham. Lo que importa es que estoy hoy aquí…

    -Cierto, tenía ganas de charlar contigo…

    -¿De qué?

    -Pues creo que no nos entendimos la otra noche…

    -¿Ah, no? Pensaba que todo había quedado muy claro…

    -Pues yo creo que no… verás, de lo que te dije puedes pensar que sólo busco sexo contigo, pero lo cierto es que mi interés en ti va un poco más allá…

    -¿Un poco?

    -Sí, bueno… que no quiero compromisos, ni sexo en exclusiva, ni una relación seria… cada uno puede hacer lo que quiera, pero eso sí… tengo interés en conocerte y ver como va todo…

    -Ya, entiendo…

    -¿Y qué opinas? ¿Se ajusta a lo que buscas?

    -No sé, Graham… no se trata de buscar… más bien se trata de tener en mente un determinado tipo de relación… y no sé si lo que me propones encaja en ese concepto…

    -Ya, bueno… es que tampoco te estoy pidiendo una respuesta, ni nada… simplemente lo quería aclarar, Personalmente pienso que no hay que precipitar los acontecimientos… que todo llegará a su debido tiempo…

    -Bien, entonces hablaremos de ello cuando sea el momento –contesté de forma contundente.

    Graham me proponía una especie de rollo con derecho a algo más a la larga, mientras el sexo no sería en exclusiva, ni tendríamos que rendirnos cuentas. Durante aquella comida no llegué a plantearme realmente si era aquello lo que esperaba de mi vida. Sonaba mejor que un rollo de una noche, pero no sonaba tan bien como me hubiese gustado. En cualquier caso, estaba tan decepcionado en lo relativo a mis relaciones con otros hombres, que prefería no plantearme si Graham era lo indicado en aquel momento, o no.

    -Si quieres puedes pasar la noche en mi casa…

    -Me gustaría –un polvo es un polvo-, pero cuando acabe de trabajar he quedado con mi compañero de piso para comprarme el traje para la boda…

    -Bien, ¿ya sabes con quién irás?

    -Pues la verdad es que ni siquiera me lo he planteado aún… ¿haces algo el próximo fin de semana? –Dije yo casi de broma.

    -Pues no, estoy de vacaciones, claro… ¿quieres que te acompañe a la boda de Ricardo?

    -¿Lo harías?

    -¿Quieres que lo haga?

    -Pues… no sé, supongo ¿por qué no?

    -Bien, cuenta con ello… -Graham sonrió.

    -Pues mira, problema resuelto –añadí devolviéndole la sonrisa.

    -Y ese…

    -¿Ese qué?

    -No, nada, nada…

    -No, dime ¿ese qué?

    -Pues ese compañero de piso tuyo, Toni… ¿tienes algo con él? –Su pregunta me sorprendió.

    -Pues no veo a que viene la pregunta…

    -No, no… es sólo curiosidad… me pareció un chico… muy mono… -Su respuesta aún me sorprendió más.

    -¿Mono?

    -Precioso diría yo… tiene mucho encanto… -reflexioné ¿Estábamos hablando del mismo Toni?

    -Bien, no sé… es guapo, sí. Y no, no tenemos nada, somos amigos.

    -Bien… -Graham sonrió una vez más.

    Cuando salí del restaurante enfilé la salida de Barcelona camino de Sabadell para reunirme con un cliente. Lo de Graham era soberano morro. Me preguntaba si tengo algo con Toni, no porque se sintiese amenazado, si no porque tenía interés por él… claro que, viniendo de alguien como Graham ¿de qué me sorprendía? Afortunadamente no todos los gays son iguales. A pesar de todo, decidí continuar jugando a ese juego de descubrimiento mutuo. No era lo que quería en la vida, pero tenía ganas de jugar… eso sí, esta vez sin exponerme.

    Reunión larga y dura en Sabadell con un cliente de lo más insoportable… y encima gordo, con caspa, una halitosis galopante, anillo de casado y un hambre de rabo que se veía a la legua. Sólo le faltó cogerme la polla y autopenetrarse en medio de la reunión. Afortunadamente no estábamos solos y no llegó a intentar nada. Al final de la reunión, cuando él se levantó para darme la mano… yo ya estaba arrancando el BMW en el parking. Si mi vida fuera una de esas series americanas de gays superexitosos, en vez de gordo y asqueroso, hubiese sido un hetero casado con el físico de Geroge Clooney dispuesto a dejársela meter en uno de los angostos compartimentos de los lavabos de aquella inhumana torre de oficinas. Reunión terminada, de nuevo libre, y de vuelta a Barcelona.

    Me encontré con Toni en Passeig de Gràcia. Mi eterno pretendiente y bien considerado amigo vestía unos vaqueros de Pepe Jeans, una camiseta Diesel, unas deportivas de Acupuncture y una cazadora tejana de Energie.

    -Buenasss… -saludé al verle.

    -Jo… jejeje, pareces un pingüino con el traje…

    -Bueno, no es la primera vez que me ves vestido así –le respondí con un gesto de complicidad.

    -Ya, cierto… te sienta muy bien el traje…

    -Gracias. Por cierto, me encanta esa camiseta.

    -Bueno, dejémonos de cumplidos… ¿a dónde vamos?

    -No sé… una ocasión especial merece un traje especial… ¿qué tal Hermès?

    -Bueno, no sé… tú sabrás… pero el mío va a ser bastante más accesible… aún soy un pobre estudiante de Psicología –respondió Toni con una sonrisa mientras me seguía en dirección a la tienda.

    Tardé casi dos horas para elegir el traje en cuestión, frente a los poco más de 15 minutos que tardó Toni. No sólo tiene más ojo y criterio para la ropa, sino que además tiene más decisión. A pesar de la paciencia que tuvo que tener conmigo, la tarde fue divertida.

    Llegamos al piso y descargamos las bolsas en la habitación. Toni entró en el comedor y se sentó en el sofá. Seguí su ejemplo. Él suspiró… tenia cara de cansado, lógicamente.

    -¿Qué tal van las clases?

    -Uffff… están acabando conmigo, menos mal que sólo me quedan poco más de dos meses para licenciarme…

    -Ya queda poco, y ¿hay perspectivas de encontrar trabajo después?

    -Jejeje… veo que intentas alegrarme el día –respondió Toni con ironía-. Viendo como están las cosas, me va a costar encontrar curro de psicólogo clínico. Quizás una opción sea establecerme por mi cuenta asociándome con algunos compañeros de la facultad… pero no hay nada decidido…

    -Tú tranquilo, seguro que las cosas te van muy bien, vales para eso… siempre has tenido un sentido especial para tratar con la gente…

    -Ya, bueno… no creo que me sirva de mucho, aunque espero tener más suerte en el trabajo que en el amor…

    -Bueno, mejor cierto equilibrio en todo… -respondí recogiendo su comentario.

    -Bien, siempre que sea posible. Y hablando de amores… ¿qué tal tú?

    -Bueno… no hay amores en mi vida…

    -¿Y el chico del sofá?

    -¿Dani?

    -Sí.

    -Eso no fue amor… simplemente fijación por alguien al que creía distinto, al que había idealizado…

    -Vaya… pues debía tener encantos muy ocultos para que te obsesionases tanto por él… porque desde luego que a la vista no estaban…

    -Mmmm… qué cruel. Sobre gustos…

    -Jejeje… bueno, es sólo una opinión –sonrió Toni-, has estado con chicos más guapos…

    -Ya, y mucho más interesantes como ser humano, pero a veces perdemos los papeles en esta vida, y Dani legó en un momento en que necesitaba tener a alguien cerca otra vez…

    -Y resultó que el chaval te ha dado más guerra que otra cosa…

    -Más o menos. Pero haberle conocido ha tenido su parte buena…

    -¿Cuál? ¿La come bien?

    -Jejeje… -no respondí a su comentario-. Ahora sé que no quiero ser un "dani"… le critiqué por como actuaba, por su estilo de vida, y realmente éramos más parecidos de lo que jamás hubiese imaginado. La diferencia es que mi vida en estos últimos meses ha sido producto de muchos errores y mucha confusión… pero la suya… la suya es así intencionadamente. No entiendo como alguien puede ser feliz con una vida tan vacía…

    -Bueno, hay gente para todo, y no creo que haya estilos de vida mejores ni peores si uno se hace cargo de ello y no va jodiendo a los demás… El secreto está en poner en tu vida únicamente a la gente que te interesa…

    -Ya, ya… si no quiero hacer un juicio moral. No soy quién para cuestionar la vida de nadie, simplemente me he parado a reflexionar sobre este mundillo. Si es difícil encontrar cierta estabilidad en el mundo heterosexual, encontrarla en el mundillo gay-bi parece una misión imposible. Parece que después de vivir cierto tiempo reprimiendo un deseo, un impulso sexual... cuando empezamos a liberarnos, lo hacemos de una forma exagerada. Buscando sexo a todas horas, quedándote sólo con el aspecto físico de las personas, huyendo de los compromisos, evitando llegar más lejos con alguien, no exponiendo los sentimientos, siendo superficial hasta el extremo de no sentir nada… ¡Joder! La vida es mucho más que un polvo… ¿qué coño le pasa a la gente? Ser gay o ser bisexual no equivale a ser un imbécil, prepotente, insensible, superficial y salido…

    -Te escucho y no te reconozco… -murmuró Toni cuando terminé mi explosión.

    -Ya, ya… si sé que nadie que me conozca entenderá que estas palabras salgan ahora de mi boca. Pero en esta reflexión tan crítica me incluyo yo también. No me siento nada orgulloso de cómo han ido algunas cosas en mi vida últimamente. Mira, yo no era así. Cuando salía con Ana estaba convencido de que mi situación óptima era la pareja estable. Cuando empecé a probar en todo esto, empecé a confundir las cosas… pero estos meses y algunas experiencias han hecho que vuelva a estar seguro de que el sexo por el sexo es divertido y lo puedes disfrutar de forma puntual, pero para sentirme lleno en esta vida, necesito mucho más que eso. Me gusta sentir que alguien me abraza en la cama después de haber mantenido una relación sexual y no que sale corriendo tras llegar al orgasmo… Realmente no he cambiado, simplemente he recuperado el control de mi vida. Ni cuando era hetero quería ser un maldito hijo de puta, ni siendo bisexual o lo que sea ahora, quiero serlo.

    -Bueno, me alegra mucho escuchar esas palabras. Me alegra saber que has llegado a esas conclusiones, ahora solo falta que seas coherente y hagas lo que dices…

    -Bien, siempre podemos tropezar, pero al menos ahora tengo claro el tipo de vida que no quiero llevar…

    -No quieres ser un "dani"… jejeje…

    -Bueno, quien dice Dani, dice cualquier otro nombre que equivalga a todo lo que te he dicho. David, Graham… cada cual puede poner un nombre en esta frase. Supongo que he descargado todo mi odio y mis frustraciones en su persona por ser mi último desengaño, pero Dani no es un caso especial, como él hay muchos…

    -Por desgracia… -dijo Toni con una sonrisa pícara.

    -Jejejeje…

    -Bueno, ¿y ahora cómo te va todo? ¿Fue bien con Graham? –Me sorprendió la pregunta de Toni, su claridad. Quizás empezaba a superarme. Ojalá fuese eso.

    -Bueno, de Graham no puedo esperar nada, simplemente disfruto del momento. Tengo muy claro que no vamos a ninguna parte, pero…

    -No es muy coherente con lo que dices… creo que tienes la esperanza de que Graham cambie de actitud…

    -Te aseguro que no espero nada. Me apetece estar con él ahora y nada más…

    -Ya… -respondió Toni sin demasiado convencimiento. Era lógico que no creyese en mi palabra después de todo.

    -Bueno, ¿y tú qué tal?

    -Bien, bien… mucho mejor que hace unos días…

    -¿Sabes algo de Paul?

    -Pues ayer hablamos, parece que aún sigue colgado de mí… pero no hay marcha atrás. Necesitaba cortar con él…

    -¿Ya hora qué?

    -Ahora conociendo gente… sin prisas, necesito calma…

    -Bien, me alegro de que estés mejor…

    Escuchamos la puerta del piso. Carlos apareció en el comedor con una sonrisa de oreja a oreja.

    -¿Qué hacéis chicos?

    -Entendiéndonos… -respondió Toni con una sonrisa.

    -Eso es bueno. Pero… ¿habéis hablado ya de encontrarme un sustituto?

    -Pues aún no hay nada decidido, Juan dijo que lo buscaría ¿no?

    -Sí, eso es… -respondí.

    -No hace falta que busquéis más…

    -¿Y eso, te quedas al final? –Interrogué.

    -No, no… ya tengo el candidato. Esperadme un segundo.

    Toni y yo nos miramos perplejos. Carlos salió del comedor y volvió a entrar con una caja de cartón en las manos.

    -Os presento a Triky…

    Carlos abrió la caja y sacó un perro blanco, bueno, mejor dicho, un cachorro de perro blanco.

    -¡Joder, un perro!! –Toni se levantó y se lo tomó de las manos a Carlos.

    -¿Un perro? –Repetí yo perplejo.

    -Es una idea genial… -dijo Toni mientras lo acariciaba y lo miraba embobado.

    -Es un West Highland White Terrier, se llama Triky en honor al monstruo de las galletas, sé que te marcó cuando eras pequeño –Carlos me miró y sonrió- ¿a qué es gracioso?

    -Uy, muy gracioso… pero los perros no pagan el alquiler… -respondí.

    -No le hagas caso, Carlos. Es un regalo fantástico. Lo que pasa es que Juan está celoso, ahora no será el centro de atención en esta casa.

    -Jejeje… -rió Carlos.

    -Estáis locos –respondí con una sonrisa.

    -No le hagas caso Triky, Juan es así… va de duro, pero estoy seguro de haréis buenas migas –añadió Carlos con una sonrisa.



    Continuará…
     
  •  
    CAPITULO 92: DEL AMOR AL ODIO, UN PASO



    El sentido de la responsabilidad está más o menos desarrollado en cada persona… pero en mi caso brilla totalmente por su ausencia, en especial en lo que se refiere al cuidado de otros seres vivos. Pon un perro en tu vida y pierde tus nervios. El juguetón, diminuto y gracioso (sólo a ratos) Triky ha entrado en nuestras vidas gracias a la genial idea de Carlitos. Tras la alegría inicial, Toni se relajó y los cuidados al recién nacido empezaron a correr a mi cuenta. Pon un perro en tu vida y quédate sin tiempo libre.

    El trabajo en el bufete, mi voluntario ofrecimiento para colaborar a organizar la boda de Ricardo y Sara, el gimnasio, la limpieza del piso, el perro… Juan solo frente al peligro mientras Toni empezaba a hundirse en los primeros exámenes parciales del cuatrimestre. En medio de ese torbellino de obligaciones antiguas o recién adquiridas, y con la peligrosa amenaza del pago del alquiler en un par de semanas, el viernes decidí reunirme con mi candidata para ocupar el sitio de Carlos. Iba siendo hora de organizarse y desconectar, aunque fuese por una tarde, de tanto follón. Candidata y no candidato. Mujer blanca de unos 21 años, pelo castaño oscuro, heterosexual… no especialmente dada a las orgías y al sexo en grupo, con gran conexión con otras orientaciones sexuales… y, lo que es más importante, magnética: Ariadna.

    Mi magnética amiga me había invitado a ver la obra que representaban unos compañeros suyos de clase en un teatro municipal. Nos encontramos en el centro y fuimos hasta allí en metro. Toda una locura sacar el coche en Barcelona un viernes a esa hora.

    -"La tienda de los horrores" –repetí palabra por palabra mirando el cartel a la entrada del teatro.

    -De Frank Oz.

    -Sí, recuerdo haber visto la película… espero que me guste más la obra de teatro…

    -Jejeje ¿no te gustó?

    -Hombre, a mí el humor negro…

    -Bueno, bueno… a ver si te gusta. Mi amigo me ha hablado muy bien de la compañía…

    Entramos y nos acomodamos en las butacas correspondientes. El teatro estaba lleno de universitarios… algunos realmente interesantes. Hice un esfuerzo por centrar mis ojos en el escenario.

    Efectivamente, la obra de teatro no se separaba demasiado del musical estrenado en el cine en 1986. Me quedé especialmente con la buena actuación del actor que hacia de dentista, el amigo de Ariadna, y con el gracioso personaje que daba vida a la planta carnívora.

    -¿Qué te ha parecido? –Interrogó Ariadna mientras nos estirábamos en la butaca.

    -Bueno, lo mejor han sido los efectos especiales…

    -¿Efectos especiales?

    -Sí, es lo que dice la gente cuando sale del cine después de haber visto un bodrio de película…

    -Jejejeje… va hombre en serio, ¿qué te ha parecido?

    -Mmm… entretenida, tu amigo lo hace bastante bien.

    -Sí, mejor de lo que me esperaba… ¿Podemos esperarnos a que se cambien y salgan? Me gustaría felicitar a Xavi.

    -Bien, bien… les esperamos en el vestíbulo pues.

    Salimos al vestíbulo del teatro. Ariadna estaba radiante con un vestido de Custo blanco con el dibujo del rostro de una chica decorando la parte frontal y la espalda. Parecía animada aquella tarde.

    -Por cierto, me gustaría proponerte algo…

    -¿Proponerme algo?

    -Sí… -asentí con timidez, no estaba seguro de cuál iba a ser su respuesta.

    -Tú dirás…

    -Pues verás, yo comparto piso con un amigo del que ya te había hablado, Toni, y con mi hermano… pero resulta que mi hermano se va a mudar a casa de su novia y va a dejar una habitación vacía…

    -Entiendo…

    -Pues había pensado que como tú vives sola en tu piso, quizás te apetecía…

    -¿Compartir piso con vosotros?

    -Sí, era eso… pero bueno, si vives sola supongo que es porque te apetece, o sea que da igual. Es una tontería…

    -Acepto… -interrumpió ella.

    -¿Aceptas!

    -Eso he dicho –respondió ella con una sonrisa-, estaré mucho mejor con dos chicos fantásticos a mi lado que sola en un piso. Y bueno, los dos pisos están igual de lejos de la universidad, así que no hay cambios importantes.

    -¡Joder! Me alegro mucho –dije mientras la abrazaba y la levantaba-. Eres la mujer de mi vida –sentencié con una sonrisa de satisfacción.

    -Jejeje… para, para… por ahí viene Xavi.

    Se nos acercó un chico de mi estatura, moreno con barba de tres o cuatro días, flequillo largo y chollas, bastante común en cuanto a rasgos físicos y de cuerpo dado más al zapping que a otros deportes de mayor actividad.

    -Hola, Xavi –saludó Ariadna-, mira, te presentó a Juan. Juan, esté es Xavi…

    -Encantado… -murmuré.

    -Buenas… -respondió él con una sonrisa.

    -Xavi estudia publicidad conmigo y ya ves, no sólo destaca en la universidad, además es un buen actor… -añadió Ariadna.

    -Sí, muy bueno… ha sido muy entretenida la obra…

    -Gracias –respondió él con una sonrisa-, somos un grupo de aficionados, pero hacemos lo que podemos. Mira, os presento a la planta carnívora, él es Dani…

    Alguien dijo una vez que en la ficción las casualidades son poco verosímiles. Hacer que el protagonista de una historia se tope por accidente en la cola del Carrefour con su hermano gemelo del que le separaron al nacer, o provocar un "fortuito" encuentro entre dos enamorados que coinciden en un lugar concreto movidos por la oscura mano de los guionistas son situaciones inverosímiles que perjudican el resultado final del producto. Las casualidades en la ficción son generalmente obra de un guionista con tan pocas luces que sólo podría dedicarse a redactar los guiones de "Ana y los siete". Pero en la vida… en la vida las casualidades existen. Dani resultaba estar en la misma compañía de teatro que Xavi, el amigo de Ariadna. Encuentros inesperados de este tipo no hacen más que confirmarte que el mundo, a veces, no es lo suficientemente grande.

    -Hola… -saludó el innecesario Dani Ibáñez con una de sus falsas sonrisas cargadas de fingida inocencia y carentes de misterio. Las sonrisas de la obviedad.

    -Hola… -respondí con un hilo de voz. Ariadna me miro extrañada.

    -Dani, ellos son Ariadna y…

    -Juan –Dani terminó las presentaciones.

    -¿Os conocéis? –Interrogó Xavi.

    -Sí, por desgracia –respondí.

    -Dani… -repitió Ariadna, acaba de entender de qué nos conocíamos Dani y yo-. Encantada de conocerte…

    -Lo mismo digo. ¿Qué hacéis por aquí?

    -Hemos venido a ver a Xavi… -respondió Ariadna.

    -Ari estudia conmigo, la invité al estreno de la obra.

    -¿Y qué tal? ¿Os ha gustado?

    -Mucho…

    -Mucho, especialmente la habilidad que tenía la planta para devorar a las personas… -añadí.

    -Yo hacia de planta –respondió Dani con una sonrisa.

    -Ya, por eso lo digo… -rematé.

    -Ya… -a Dani le cambió la cara-. ¿Podemos hablar?

    -Si nos disculpáis… -añadí mientras salía a la calle, Dani me siguió. Ariadna y Xavi se quedaron hablando en el vestíbulo-. Tú dirás…

    -Pensaba que no volveríamos a vernos.

    -Bueno, esa era mi intención, pero a veces la vida nos juega malas pasadas…

    -Ya veo que sigues cabreado.

    -No, nada de eso…

    -¿Entonces por qué estás tan borde?

    -Porque sólo con verte se me agria el carácter. Posees un efecto mágico…

    -No creo que lo que pasó sea motivo suficiente para que hayas adoptado esta actitud conmigo…

    -Bueno, seguramente no es un motivo suficiente para no hablarte más, pero es mi motivo. Sencillamente, después de lo que sé de ti, ya no me apetece tenerte cerca, ni siquiera para mantener una amistad…

    -Bien, supongo que sueles hacerlo mucho eso de odiar a la gente y dejar de hablar con ella. Con motivos o sin ellos…

    -No te odio. Es más, me alegraré de que las cosas te vaya bien…

    -Me van muy bien… yo no soy el que vive una vida que no quiere vivir…

    -¿Todo bien con tu novio? –No respondí a su ataque.

    -No estamos juntos ya.

    -Pobrecito, debe estar muy mal…

    -No, le acabas de ver… está muy bien…

    -¡Ah! ¡Sorpresa! Xavi es tu novio… el mundo es un pañuelo, sin duda. ¿te ha dejado o le has dejado?

    -Somos amigos otra vez. No estamos preparados para tener nada serio… a él le apetece estar con tías también… no es un buen momento para una relación estable.

    -Bueno, pues quién sabe… quizás cuando crezcáis os apetecerá buscar estabilidad. ¿Y tú qué tal? ¿Alguna nueva víctima? –Cada una de mis palabras tenía la intención de hundirle, pero él parecía ignorar mis intenciones.

    -Bien, no me aburro…

    -Me alegro…

    -En mi clase hay mucho gay, así que los voy conociendo…

    -Bueno, tienes una buena cantera… seguro que no habrá tiempo ni para que se enfríe tu té.

    -¿Mi té?

    -Sí, tomaste té aquella mañana en mi casa después de una noche de sexo…

    -Cierto… pues se ha convertido casi en una costumbre…

    -Vaya, a este paso pronto tendrás que montarte tu propia plantación…

    -Sigo sin entender porque me odias… nunca tuvimos nada, lo nuestro solo fue un rollo. Deberías aprender a tomarte la vida de otra forma…

    -Cierto, y creo que lo estoy consiguiendo… empiezo a darle importancia sólo a las cosas que realmente la tienen, y tú no estás entre ellas.

    Ariadna y Xavi salieron junto al resto de los miembros de la compañía de teatro.

    -Que tengas mucha suerte, Dani. La necesitarás.

    -¿Nos vamos? –Ariadna asintió-. Encantado de conocerte, Xavi –me acerqué un poco para darle la mano-, no te conozco de nada, pero tengo la completa seguridad de que Dani y tú os merecéis…

    -… -Xavi no respondió.

    Ariadna se despidió de ellos y nos alejamos caminando hasta la parada de metro más cercana. Ni siquiera me despedí de Dani, no tenía ganas de volver a mirarle a la cara, ni siquiera de hablar con él. Su sola presencia despertaba la peor de mis partes. Mi cuelgue se había convertido en aborrecimiento. Del amor al odio, un paso.

    -Así que este era el famoso Dani… -murmuró Ari mientras bajábamos las escaleras de la estación.

    -El mismo.

    -Efectivamente no merecía la pena…

    -Ya, ahora lo tengo muy claro.

    -¿Qué tal vuestra conversación?

    -Nada interesante… me ha dicho que Xavi era su ex novio y poca cosa más. Espero que tenga suerte en la vida, porque la necesitará… del plan que va acabará enemistado con media ciudad.

    -Ya ves… Xavi me ha estado hablando de él. Estaba enterado de lo vuestro. Y parece que Dani no se aburre, esta semana se ha liado con uno de su clase con el que tenía que protagonizar una escena de un morreo en un cortometraje de Xavi…

    -Mira qué bien… no se aburre…

    -Ya, el problema es que parece que el chico con el que tenía que morrearse y con el que se lió, se ha colgado de él…

    -Lo dicho… necesitará mucha suerte.

    Me despedí de Ariadna en la puerta de su casa. Quedamos en que se mudaría justo después de la boda de Ricardo y Sara, cuando Carlos hubiese dejado su habitación. Aún quedaba un paso que dar, pero iba a ser un mero trámite: consultarle a Toni. Estaba convencido de que no pondría objeción alguna a compartir piso con alguien como Ariadna.

    Cuando entré en casa Toni estaba viendo la televisión estirado en el sofá, con un pantalón de chándal bajo el que se dibujaban unas apetecibles piernas y una camiseta de manga corta ajustada… qué recuerdos…

    -Buenass…

    -Hola, Juan…

    -Antes de que se me olvide… ya tengo candidata para ocupar la habitación de Carlos…

    -¿Candidata?

    -Eso es, nos hace falta un lado femenino –respondí con una sonrisa.

    -¿Quién es?

    -Una muy buena amiga, Ariadna. Es de Tarragona, pero estudia aquí, o sea que seguramente los fines de semana se irá a casa…

    -Bueno, pero antes de darte una respuesta… me gustaría conocerla.

    -Tranquilo, la conocerás, os presentaré en breve. Pero te aseguro que te caerá genial. Es una chica muy especial.

    -Bien, pues confiaré en ti… -respondió Toni con una sonrisa. Mero trámite.

    -Graciassss… por cierto, ¿qué haces viendo un programa de corazón? ¿Te está saliendo la vena maruja? –Bromeé.

    -Jejeje… podría decir que no es lo que parece… pero no lo haré. Digamos que no hacen nada mejor en televisión…

    -Pues a veces es mejor apagarla.

    -Ya, pero se han puesto a hablar de la pedorra esta que sale en una serie que hacen al mediodía…

    -Me suena de algo… ¿cómo se llama?

    -Mónica del Vaio, se ha hecho famosa con esa serie… muy cutre, por cierto.

    -¿Y qué dicen de ella?

    -Se casa con su novio de toda la vida…

    Y entonces le vi: "La novel actriz Mónica del Vaio, que vive unos dulces momentos profesionales de la mano de la serie "Una vida, vívela" que se emite en esta misma cadena, contraerá matrimonio este mismo mes de abril con su prometido, David Alvadalejo…"

    Varios meses después de verlo por última vez, el hombre que marcó una etapa de mi vida asomaba por la pantalla de la televisión de la mano de su novia de siempre, que finalmente parecía haber logrado hacerse un hueco en el mundillo de la interpretación. David se casaba.

    -Qué fuerte… -murmuré perplejo.

    -Sí, ¿no? Con lo bueno que está y se casa… quién lo pillase…

    -No, no, si lo digo porque le conozco…

    -¿Le conoces? –asentí- ¿En profundidad?

    -Jejejeje… sí –respondí incrédulo.

    -¡Alaaa! Qué fuerte… ¿es gay?

    -Hombre, a la vista está que es bisexual…

    -¿Salía con ella cuando pasó lo vuestro? –Toni apagó el televisor y puso en marcha el equipo de música. Empezó a sonar "Where is the love" de Black Eyed Peas.

    -Sí, sí… pero hace meses que no sabía nada de él. Debe estar viviendo en Madrid con ella…

    -Cuántas vueltas da la vida…

    -Jamás hubiese imaginado un final así… viéndole en televisión.

    -Ya ves –suspiró Toni.

    -Qué fuerte… casado, con lo que le gustaba una buena polla…

    -Jejejeje…

    -¿Cómo puede renunciar a una parte de su sexualidad?

    -Bueno, no le conozco de nada, pero me da que este es de los que no renuncian a nada. Se casará pero acabará perdiéndose dos tardes a la semana en una sauna gay para tirarse a un tío hipercachas, o se meterá en un chat en busca de una boca masculina para que se la coma…

    -Ya ves… -dije deteniéndome en las palabras de Toni.

    -Bueno, es su vida…

    -Ya, es su vida… pero ¿cómo llegar a tal grado de compromiso con alguien y engañarle de esa forma?

    -Supongo que es tan egoísta que no quiere renunciar a las ventajas de cada uno de esos dos mundos, además, la novia tiene pinta de estar bien cargadita de euros…

    -Sí, lo está.

    -Pues eso, todo ventajas… -añadió Toni con una sonrisa.

    -Joder ponte un momento en una situación así. Te casas con la chica con la que llevas media vida, más por costumbre que por intención real. Pasan los años y seguís juntos, decidís tener un hijo. Nace el niño, crece a tu lado. Vives una vida con ellos. Pero detrás de eso, desde el principio, sigues viéndote con hombres… follando en saunas, quedando con tíos de un chat gay. Una mamada en un coche mal aparcado en una calle de mala muerte, una sesión de sexo en los lavabos de un cine, quién sabe si un trío con dos tíos que acabas de conocer… Y luego llegas a casa, abres la puerta y los ves: tu mujer, tu hijo… tu vida. Con ellos vives una vida y fuera vives la vida de otro. Imagínatelo: siéntate en la mesa a cenar y mírala a los ojos ¿dónde está tu conciencia?

    -Suena fatal… pero te equivocas en la base de ese planteamiento. Quien hace algo así no tiene conciencia. Puedes equivocarte, ser infiel y cagarla, puedes equivocarte y arrepentirte. Pero si sabes que quieres estar con otros hombres y lo haces a espaldas de alguien que ha decidido compartir su vida contigo… eres consciente de que te estás equivocando. Si duermes plácidamente cada noche al lado de la persona a la que estás engañado… no tienes conciencia.

    -Supongo que no es fácil tomar decisiones de ese calibre… -recapacité.

    -Nada que tenga que ver con la homosexualidad suele ser fácil aún hoy, pero hay que echarle valor. Cuando los errores sólo los pagas tú, es únicamente problema tuyo, pero cuando haces partícipe de ellos a la gente que te quiere…



    Continuará…
     
  •  
    93. LAS BODAS SON UNA ABSOLUTA ESTUPIDEZ



    Cogió impulso hasta casi tambalearse y lo lazó. Ni en una comedia romántica salida de los estudios de Hollywood y protagonizada por la Julia Roberts de turno, hubiese salido mejor. De las nerviosas manos de una Sara rigurosamente vestida de blanco a las serenas manos de una Valeria radiante de felicidad al lado de Carlos. Ironías del destino, la mujer por la que tanto sufrió Carlos entregaba su ramo de boda a la más que futurible de mi hermanito. Las broncas y los malos rollos entre Ricardo y Carlos quedaron en un lejano recuerdo aquella tarde.

    Con la sensación de que una etapa muy importante de mi vida empezaba a cerrarse salí del Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona. El Teniente de Alcalde acababa de oficiar la ceremonia civil que había unido en matrimonio a Sara y Ricardo, mi ex cuñada y mi padre. Y la sensación de estar cerrando un ciclo se hizo aún mayor al reencontrarme con Graham a las puertas del Ayuntamiento. No estábamos saliendo, pero había algo entre nosotros… y estaba allí, conmigo, en la boda de mi padre. Y todo el mundo lo sabía, o se lo imaginaba, ¿y qué? Quedaban muy lejos las horas que pasé escribiendo lo mucho que me jodía sentir deseo por un hombre.

    -Ha ido todo muy rápido ¿no? –reflexioné en voz alta camino del coche.

    -Hombre, ha sido una ceremonia civil, es lógico que haya sido rápida y sencilla… -añadió Toni mientras entraba en el coche.

    -Ya, ya… pero no sé, esperaba otra cosa –repliqué.

    -Las bodas son una absoluta estupidez. Firmar un papel que te condena a estar junto a alguien de por vida. Ni siquiera sé lo que comeré mañana, cómo voy a saber con quién quiero pasar el resto de mi vida… -Graham se sentó al volante del Cayenne. Los tres rumbo a Begur, al parador donde se celebraría el banquete.

    -Bueno, bueno… cuánto miedo al compromiso escucho en esas palabras –soltó Toni.

    -No es miedo, simplemente no es lo que quiero… aunque con alguien como tú quizás me lo replantearía… -Graham lanzó el comentario con una sonrisa pícara.

    -Sigue soñando… jejeje –respondió Toni.

    -Bueno, la noche será muy larga… -replicó Graham. Algo se sacudió en el fondo de mi estómago.

    -Jejejeje… -Toni simplemente sonrío.

    Su intercambio de tejos me dejó un poco tocado. Me hundí en el asiento del acompañante y me dejé llevar por la música. Sonaba "Heaven" de Confidential. Me detuve un momento a pensar en lo que sentiría si viese a Toni siguiéndole la corriente a Graham, si finalmente tuviesen algo esa noche. Sentía como me ardía el pecho y mi estómago se sacudía. Pensé qué me disgustaría más de aquella situación, si que Graham pasase de mí y se liase con alguien cercano a mí, o ver a Toni con otro. Supongo que el simple hecho de verlos juntos me jodería, pero algo me decía que me sentaría mucho peor ver a Toni con otro… Toni siempre había estado cerca, ni siquiera cuando estaba con Paul llegué a sentir que no estaba cerca de mí si le necesitaba…

    Los 150 km que separan Begur de Barcelona se hicieron poco más que un suspiro en el Porsche de Graham, aún así, durante el camino no pude evitar sentir que mi felicidad no era, ni de lejos, completa, y eso que viajaban en el mismo coche, el rollo que tanto ansié poseer semanas atrás y mi mejor amigo, con el que acaba de recuperar una amistad de lo más fructífera. Aún así, mi felicidad no era completa.

    El sol empezaba a ponerse cuando llegamos al Parador de Aiguablava. Roberto y Ángel llevaban a los novios en su discretamente decorado BMW Serie 7. Todo un ritual. Pisar aquel lugar provocó un familiar efecto en mí. Desde mi viaje a Deltebre no había estado en ningún otro lugar que me hiciese sentir tan de allí, que desarrollase un sentimiento de pertenencia tan intenso como el que sentía. Con la terraza del parador colgada literalmente sobre un acantilado natural, las vistas de la playa de Aiguablava eran toda una postal. El sitio no podía ser más adecuado.

    El resto de los invitados fueron llegando poco a poco, algunos ni siquiera habían estado presentes en la ceremonia civil, pero claro, un banquete, es un banquete… si te invitan no puedes decir que no. Aunque la boda de Ricardo y Sara no era apta para gorrones hambrientos: regalo de boda necesariamente caro para no defraudar a los novios, combinado con un menú de degustación para paladares exquisitos y estómagos diminutos. ¡Jubiladas abstenerse!

    -Juan, ya hemos llegado –Rosa apareció tras de mí con Eduard y Mario.

    -Vaya, vaya… chaval, cada vez que te veo estás más grande –dije mientras lanzaba un repaso a aquel adolescente que crecía tanto y tan bien.

    -Bueno, todo crece en la misma proporción –soltó el chaval quedándose una vez más conmigo. Qué habilidad para tomarme el pelo, Toni lanzó una carcajada a mi espalda.

    -Ya, claro… a ver cuando me lo demuestras… jejeje –añadí dejando al chico totalmente fuera de combate. Ruth y Jesús hicieron su aparición en aquel mismo instante.

    -Ruth, cada día estás más… guapa –añadí.

    -No, no… la que está preciosa es Sara, el vestido le sienta fenomenal –replicó ella.

    -Cariño, tú eres la más guapa de la boda –respondió Jesús. Eso es suerte.

    -Qué vas a decir tú… -añadió ella con una sonrisa mientras se recolocaba el ajustadísimo vestido de Versace que llevaba-. ¿Y tú qué tal Juan? Ese es el chico con el que estabas la noche de la fiesta de Carlos, ¿no?

    -Sí, ven, te lo presentaré –nos acercamos a Graham que estaba hablando con Toni, para variar-. Graham, Ruth y Jesús querían saludarte, les conociste en la fiesta de Carlos…

    -Sí, sí, nunca olvido una sonrisa como la tuya –le dijo a Ruth.

    -Pues más vale que la retengas bien en la memoria, porque la vas a ver muy poco –añadió Jesús marcando su territorio.

    -Tranquilo, deberías estar más nervioso por ti que por ella… -respondió Graham tomándole el pelo a mi amigo.

    -Jejejeje… -Ruth rió la gracia, Jesús se limitó a ignorar el comentario.

    Se respiraba un ambiente agradable en aquella cena. Graham parecía tener una habilidad especial para acercarse a la gente y lograr romper sus barreras de desconfianza y recelo. Resulta curioso como hay gente con esa extraña capacidad… sabes cómo son, sabes que no son todo lo sinceras que deberían… pero aún así, logran engancharte y llevarte a su terreno. Es ese encanto que los hace especiales, una cualidad innata en todo tío cabrón.

    -¿Cómo va eso? –Ángel me cogió por el hombro.

    -Bueno, bien…

    -¡Uy! No lo dices muy convencido…

    -No, en serio, mírales –señalé con la mirada a Sara y a Ricardo que tomaban aperitivos cerca de una de las mesas dispuestas en la terraza-. Son felices, me basta por esta noche para sentirme bien también…

    -Hombre, no lo dudo, pero esa cara no es de felicidad…

    -Ya, no sé… supongo que hay algo que no me encaja…

    -Graham… -murmuró él.

    -Sí, supongo…

    -¿Ha hecho alguna de las suyas?

    -No, no… bueno, sí…

    -¿Sí o no?

    -Sí… -Ángel me miró expectante-. Lleva toda la tarde tirándole los trastos a Toni…

    -¡Bueno! ¿Y de qué te sorprendes? Creía que ya tenías claro que es lo que podías esperar de Graham…

    -Ya, si lo tengo claro, de Graham puedo esperarme cualquier cosa…

    -¿Entonces?

    -Pues que no sé qué puedo esperar de él –respondí mirando a Toni. Mi compañero de piso seguía charlando con Graham cerca de una de las mesas.

    -Deberías confiar más en tus amigos… -replicó Ángel infundiéndome confianza.

    -Quizás… pero bueno, dejemos de hablar de mí ¿qué tal tú?

    -Bueno, bien, bien… un viaje muy divertido. Sara es la hostia, Roberto y yo venimos partiéndonos el pecho desde Barcelona, tiene cada ocurrencia…

    -Jejejeje… ya, Sara es muy especial –dije por no decir otra cosa peor.

    -Hablando de gente especial… -Ángel clavó su vista más allá de donde estaba yo-. Varón moreno, unos veinte años, jugador de… ¿fútbol? No, no.. nada de eso… waterpolo diría yo, ojos marrones…

    -Hijo de Ernest y Maite, amigos de mis padres, residente en Sitges, estudiante de Ingeniería Química… -continué yo.

    -Proceda a la identificación del sujeto…

    -Roger Camps si la memoria no me falla…

    -¿Orientación sexual?

    -Potencialmente heterosexual –respondí-, aunque la confirmación de la orientación sexual se la dejo a usted…

    -Jejejeje… ese tío tiene que ser gay…

    -Ángel que te pierdes, gay o no, a ti te la suda… tienes a Roberto…

    -Ya, ya… -Ángel se deslizó de mi lado casi sin dejarme terminar la frase y se acercó a la mesa donde estaba el sujeto en cuestión para servirse una copa. Tan humanos y tan primitivos.

    Para estar en abril el tiempo no acompañaba. Entramos de nuevo al restaurante. En el comedor estaba todo dispuesto para la cena. Nos fuimos sentando en mesas redondas respetando el orden que marcaban las tarjetas. Ruth, Jesús, Valeria y Carlos, Roger –sorprendentemente le habían colocado en nuestra mesa, supongo que por la edad y por el hecho de que Roger no conocía a nadie más en aquella boda si exceptuábamos a sus padres y Carlos y a mí-, Toni, Graham y yo. La proximidad entre Toni y Graham me incomodaba cada vez más.

    -Bueno… Roger, ¿qué tal? ¿Cómo va todo? Hace un siglo que no te veíamos… Roger era vecino nuestro en Sitges y un buen amigo de la familia –aclaró el políticamente correcto Carlos Lafarge.

    -Bien, bueno… todo igual en la urbanización. Aunque ha habido malos rollos con la familia que se quedó con vuestra casa… son un poco folloneros…

    -Vaya, vaya… el cambio no fue para mejor pues –añadió Carlos.

    -Fue para mucho peor –Roger dijo esa frase mirándome a mí.

    -¿Y a Toni no le conoces? Vivía también en la urbanización… -añadió Carlos.

    -Sí bueno… me suena tu cara… -respondió.

    -A mí también, ¿ibas al club de la urbanización?

    -Sí, hago waterpolo allí –dos minipuntos para Ángel, lástima que no pudo oírlo, estaba en la mesa de Roberto.

    -Pues creo que nos hemos visto alguna vez por allí… -añadió Toni.

    -¿En las duchas? –Soltó Graham. A Roger la cambió la cara de inmediato.

    -En la piscina. Si le hubiese visto en las duchas le recordaría con toda seguridad –replicó Toni con una sonrisa. Roger se removió en el asiento.

    -Vaya, tendré que apuntarme a ese club… -insistió Graham.

    -Al que vas seguro que ya hay ganado para ir de caza… -contestó Toni.

    -Ya, pero ninguno como tú… -Toni no respondió.

    Carlos me miró alucinado. Valeria, Jesús y Ruth habían desconectado de la conversación y seguían a lo suyo. Puse cara de indiferencia fingida. Realmente los comentarios de Graham me sacaban de las casillas. Nos sirvieron el segundo plato. Casi no había probado el primero.

    -¿Y qué tal la carrera, Roger? –Pregunté para romper la tensión que se había generado.

    -Bien, bien… en segundo ya. Hacemos lo que podemos. Tú ya estás trabajando con Ricardo ¿no?

    -Sí, estoy en su bufete, en la Diagonal… si alguna vez estás en problemas… -añadí con una sonrisa burlona. Roger río mi gracia.

    -Sí, Juan es muy bueno… -añadió Graham.

    -Gracias… -respondí.

    -Y como abogado también… -añadió con una sonrisa triunfal.

    -No deberías beber tanto –solté empezando a cabrearme por su comportamiento.

    -¿Por qué no? Así necesitaré que alguien me acompañe hasta la cama… ¿me ayudarás Roger?

    Roger dio un salto al escuchar su nombre, cuando aterrizó de nuevo en la silla, su mano izquierda se llevó por delante su copa de vino y la derramó casi al cincuenta por ciento sobre los pantalones de Toni y los suyos propios.

    -¡Joder! –Exclamó Toni.

    -Lo siento, lo siento, lo siento… -repetía avergonzado Roger.

    -Tranquilo, no importa –un camarero apareció enseguida y se ofreció para ayudarles-. No, no… esto se quita con agua. Vamos al baño y nos lo quitamos… -le dijo Toni a Roger.

    -Vale, vale… -atinó a decir el abrumado chaval.

    -Si necesitáis ayuda… -añadió Graham antes de que Toni y Roger desaparecieran camino del lavabo.

    Hubiese deseado que me tragase la tierra, sentía vergüenza ajena de los comentarios de Graham. Entonces miré a Carlos y nuestras miradas se cruzaron. Algo en sus ojos me dijo que el comportamiento de Graham tenía que ver con su presencia y la de Valeria. Carlos no era un tema superado para Graham y supongo que al tenerle cerca quería hacerse notar y poner de relieve uno de los temas que debía suponer que más incomodaban a Carlos, la homosexualidad. El resultado fue que Carlos ni siquiera se inmutó, y Roger acabó perdiendo los nervios… ¿sospechoso? Mucho, y ahora estaba en el baño con Toni.

    Terminamos de cenar sin Toni ni Roger, que tardaron más de 20 minutos en acondicionar su ropa… o al menos eso quise pensar. Ya tenía suficientes preocupaciones aquella noche. Cuando pasamos a una sala acondicionada como improvisada discoteca, Graham se acercó a mí.

    -Estoy muy caliente esta noche…

    -Vaya, me alegro por ti, pero al paso que vas te la vas a tener que cascar solo en tu habitación…

    -¿Por qué? ¿No me quieres ayudar? –Su voz le delataba, Graham había bebido más de la cuenta.

    -Te estás pasando…

    -Toni no creo que opine lo mismo, se ríe mucho conmigo…

    -Muy bien… -respondí apretando los dientes.

    -¿Sabes? Creo que han hecho algo esos dos en el lavabo…

    -Es cosa suya.

    -¿No te da morbo?

    -No –respondí tajante.

    Empezó a sonar "Sweet Child O'Mine" con la voz sensualmente rota de Sheryl Crow. Graham se acercó más a mí, hasta casi posar sus labios sobre mi cuello.

    -¿Sabes lo que me daría morbo esta noche?

    -No.

    -Un trío… montármelo con tu amiguito Toni y tú.

    -Bien… -la rabia empezaba a consumir mi interior. ¿Un trío? Quizás si lo hubiese propuesto con otro tío… pero con Toni…

    -¿Te apetece la idea?

    -Pregúntaselo antes a él… -quise dejar le decisión en manos de Toni, aún no sé por qué.

    -¿Si acepta lo harás?

    -Pregúntale a él antes…

    Graham desapareció de mi lado y fue en busca de Toni. Yo me acerqué a la barra y pedí un whisky. Empezaba a beber. Cinco minutos y un par de whiskies después, Toni se acercó a mí…

    -He hablado con Graham…

    -Ya… -respondí mientras nos alejábamos de los demás.

    -¿Sabes lo que me ha propuesto?

    -¿Un trío?

    -Sí…

    -Ya… -respondí sin mirarle- ¿Y qué le has contestado?

    -¿Te apetece a ti?

    -¿Tú qué opinas?

    -No sé, quizás esta sea una de mis últimas oportunidades para volver a estar contigo…

    -Si lo haces estarás más lejos de mí que nunca… -respondí-. Aunque creo que me usas como excusa… lo que realmente te apetece es que te folle Graham –dije encendido por la ira. A Toni le cambió la cara. Pocas veces le había visto tan serio… o quizás tan… enfadado. Graham se acercó a nosotros.

    -La fiesta aquí abajo es un puto coñazo… seguro que en la habitación se está mucho mejor –Graham zarandeó la tarjeta magnética de la habitación en la que íbamos a pasar la noche.

    -Parece que a Juan no le apetece –soltó Toni con rabia.

    -¿Ah no? ¿Y eso?

    -Creo que no me necesitáis… -respondí.

    -Bueno, para un trío se necesitan tres, aunque si no te apetece… -añadió Graham con una sonrisa estúpida.

    -Todo tuyo… -le dije a Graham justo antes de darme la vuelta y dirigirme a la barra. Ángel y Roberto estaban allí con algunos de los socios del bufete.

    -¿Todo bien? –Interrogó Ángel al ver mi cara.

    -Las bodas son una absoluta estupidez… -murmuré mientras veía como Graham y Toni salían de la improvisada discoteca camino de los ascensores…





    Continuará…
     
  •  
    ................................................
     
  •  
    CAPITULO 94: LA INTENCIÓN MARCA LA DIFERENCIA


    -¿Pasa algo? –Insistió Ángel.

    -No, sólo que esta noche pasará a la historia por ser una de las peores de mi vida… -me levanté del taburete en el que acababa de sentarme con la intención de salir de allí.

    -¡Ey! Te veo muy mal… ¿quieres que hablemos?

    -No, no… necesito estar solo… -Ángel me cogió del brazo.

    -Juan, de verdad… si quieres hablar…

    -No, quiero estar solo –repetí liberándome de su mano con brusquedad.

    Salí de la sala de baile y crucé el vestíbulo en dirección al comedor donde habíamos cenado. No quedaba nadie allí. A la izquierda había una cristalera que daba acceso a la terraza, tanteé las puertas hasta encontrar una que no había sido cerrada con llave. El aire frío golpeó mi cara. A pesar de estar en abril, las noches seguían siendo bastante frías. Me acomodé la americana del traje. Caminé casi en la oscuridad, la única luz que alumbraba la terraza surgía de una luna oculta tras densas nubes. Llegué hasta la barandilla, bajo mis pies las olas rompían contra las rocas. Me recliné sobre la barandilla, sintiendo que sólo aquella insignificante valla metálica me separaba del abismo. Intenté centrar mi pensamiento, tirar lentamente de las atropelladas sensaciones que se acumulaban en mi cabeza. Sabía que lo que acababa de suceder me jodía profundamente, pero no estaba muy seguro del porqué.

    Que Graham tontease con otros no era ninguna novedad, y creía estar preparado para ello. No esperaba ningún tipo de exclusividad en nuestra extraña relación, de hecho no hubiese creído en ella ni que la idea de un rollo en exclusiva hubiese surgido de Graham, su palabra tenía poco valor para mí. No hay nada más absurdo que alguien intente mentirte con las mismas mentiras que antes has usado tú. Entonces, si el problema no estaba en la informalidad de Graham… ¿dónde estaba? En Toni, claro. Mi amigo me había decepcionado. Me sentí muy defraudado desde el mismo instante en que le había visto salir con Graham de la discoteca camino de su habitación. ¿Venganza por mi rechazo? ¿Interés autentico por Graham? ¿Cómo es posible que alguien que está interesado en ti decida enrollarse con el tío del que estás colgado?

    -Toni, la ha cagado… -murmuré entre dientes.

    -¿La he cagado? –repitió una voz a mi espalda-. ¿Por qué?

    -¿Qué haces aquí?

    -Estaba buscándote…

    -Vaya… ya veo que no ha ido bien con Graham –seguía escupiendo veneno.

    -Ni ha ido ni ha dejado de ir…

    -No sé como puedes tener el morro de venir aquí y hablarme después de lo que ha pasado.

    -¿Qué ha pasado?

    -¡Joder! Eso lo debes saber tú…

    -Nada, no ha pasado nada…

    -Porque él te ha rechazado…

    -Claro, debe ser por eso… y ahora vengo a verte por si tú te replanteas tener sexo conmigo esta noche. Eres imbécil Juan, pero muy imbécil. Me ha jodido que antes me dijeses que tenía ganas de que Graham me follase. Si remotamente me he planteado la posibilidad de hacer un trío esta noche ha sido únicamente porque pensaba que sería la última oportunidad de volver a estar contigo. Me suda la polla que te lo creas o no, de lo que puedes estar seguro es de que jamás haré algo que pueda perjudicarte o herirte.

    -¿Entonces por qué te has ido con él?

    -Porque quería saber hasta donde llegaría tu retorcida imaginación.

    -¿Dónde está Graham ahora?

    -Ni puta idea, yo le he dejado en el ascensor, ni siquiera me he tomado la molestia de seguirle hasta la habitación.

    -¿Le has dejado tirado? –No pude evitar una sonrisa de extraña satisfacción.

    -Cuando él ha salido del ascensor camino de vuestra habitación, yo he pulsado otra vez el botón Planta Baja… ese ha sido todo nuestro contacto. Si realmente pesabas que iba a tener algo con él sólo para joderte, es que me conoces muy poco…

    -No sé, la situación ha sido muy violenta para mí…

    -Bien, al menos te habrá servido para conocerle un poco mejor. Parece no tener límites…

    -Ya.

    -¿Ya?

    -Sí, ya me suponía que no hay ningún tipo de limitación en sus objetivos…

    -¿Y sigues queriendo tener algo con él?

    -¿Algo cómo qué?

    -Algo en general…

    -Hasta ahora me bastaba con el sexo con él, pero a estas alturas no sé si realmente merece la pena…

    -Vaya, pensaba que habrías llegado a una conclusión definitiva esta vez.

    -Creo que dejaré esa decisión para mañana…

    Oímos la puerta de la cristalera, había salido alguien del comedor. Cuando se acercó a nosotros le vimos con más claridad, era Roger.

    -Hola –susurró con timidez.

    -Hola –respondimos.

    -¿Podemos hablar un segundo Toni?

    -Claro, un segundo –añadió Toni mirándome.

    Se alejaron unos metros. Roger murmuró algo al oído de Toni, mi compañero de piso negó con la cabeza y le respondió entre susurros ininteligibles. Roger se encogió de hombros y se despidieron. Toni volvió a mi lado.

    -¿Todo bien?

    -Sí, se van a dormir todos… me ha preguntado si subía ya…

    -Mmmm… vaya, veo que está interesado en ti.

    -Sí, bueno… nos acabamos de conocer.

    -Ya, pero antes en el baño…

    -Pues nos hemos limpiado las manchas… -respondió Toni dejando la frase en el aire.

    -¿De vino?

    -Roger parece un tío majo, hemos conectado esta noche durante la cena, sólo eso…

    -Tranquilo, no te estoy pidiendo explicaciones…

    -Lo sé.

    -No sabía que fuese gay… -añadí.

    -Ya ves, últimamente parece que hay gays en todas partes…

    -Sí, casi como en los relatos porno… -respondí con una sonrisa burlona-. ¿Por qué no te has ido con él?

    -Porque me apetece estar aquí contigo, creo que esta noche me necesitas más que él.

    -Es posible –sonreí.

    -Bueno, pues para eso están los amigos ¿no?

    -Sí… supongo, aunque la verdad es que últimamente no se me ha dado muy bien el papel de amigo que se preocupa por sus amigos.

    -No te diré que no… -Respondió Toni con una sonrisa burlona.

    -Siempre hay tiempo para aprender.

    -Mira, seguramente coincido contigo en que no has estado muy pendiente de tu familia y tus amigos en este último año y medio. Seguro que estamos de acuerdo en que hay muchas cosas en las que te has equivocado. Pero creo que la gente que te conocemos nos hacemos cargo de que no ha sido una etapa fácil en tu vida. Y sin duda tus errores no serán motivo de aplauso, pero hay dos cosas que los convierten en algo insignificante… la primera, que los hayas asumido y hayas decido rectificar, y la segunda es que todos estamos seguros que nunca hubo mala intención en ellos. Y quizás pienses que es una tontería, pero la intención con la que se hace algo marca realmente la diferencia entre hacer las cosas mal y hacerlas mal intencionadamente. La intención marca la diferencia.

    -¿Y cómo puedes estar seguro que no ha habido mala intención en la forma en que me he comportado contigo este último año?

    -Porque te conozco desde que íbamos juntos al instituto y porque antes de que empezases a hacerte pajas mentales y a darle vueltas a la cabeza para encajar que también te gustaban los hombres, eras un tío atento, que se preocupaba por los suyos…

    -¿Y si he cambiado?

    -Has cambiado, como todos a lo largo de nuestra vida. Pero en el fondo sigues siendo el mismo de siempre. No creo que la vida te haya defraudado tanto estos últimos meses para que te hayas convertido en un cabronazo dedicado a vivir para putear a los demás.

    -Pero que no lo haya hecho con la voluntad de hacer daño, no quiere decir que no haya hecho daño…

    -Juan, lo que debes hacer es pasar página de una vez. Creo que tú mismo le das más importancia de la que realmente tiene todo esto. Por más que te lamentes no vas a cambiar lo que ya ha pasado. La vida no se acaba esta noche… tendrás todo el tiempo del mundo para sentirte orgulloso de ella.

    -Orgulloso de mi vida… ojalá hubiese algo de lo que me sintiese orgulloso por lo que respecta a mi vida sentimental…

    -Quizás pronto…

    -Quizás. El día que eso pase, te lo haré saber.

    -Me alegraré de ello –respondió Toni con una sonrisa.

    -¿Nos vamos a la cama?

    -Pensé que nunca lo dirías… jejeje…

    -Jejejeje…

    -Vamos, vamos… empiezo a tener sueño.

    Entramos de nuevo en el comedor, el personal del Parador terminaba de recogerlo todo. Cruzamos en silencio la sala en dirección al vestíbulo, y en ascensor hasta el segundo piso.

    -Joder… -murmuré cuando estábamos a mitad del pasillo.

    -¿Qué?

    -Pues que supongo que Graham debe estar en nuestra habitación y lo último que me apetece esta noche es entrar ahí y encontrarme algo que no quiera ver…

    -Entiendo… y ahora es el momento en que tú esperas que yo te ofrezca pasar la noche en mi habitación –asentí con una sonrisa-. Pues adelante -dijo mientras abría la puerta de su habitación.

    -Gracias…

    -Ups… te aseguro que no lo sabía –dijo Toni cuando al encender la luz nos encontramos con una única cama-. Bueno, te dejo la cama… yo dormiré en…

    -¿La bañera?

    -Bueno, no sabes lo confortable que puede llegar a ser una bañera…

    -Jejeje… ya, pero no para dormir. Tranquilo, creo que podemos compartir la cama ¿no?

    -Bueno, sí… supongo.

    Empecé a desvestirme a un lado de la cama hasta quedarme en boxers. Cuando me di la vuelta para entrar en la cama Toni seguía vestido, mirando por la ventana.

    -¿No te desvistes?

    -Sí, sí… voy.

    Me metí en la cama y me tapé con la nórdica. Toni empezó a desvestirse tímidamente, aún con la luz encendida. Su cuerpo… tal y como lo recordaba: definido, proporcionado, fibrado… Cuando se quedó en boxers, entendí el motivo de su tardanza para quitarse la ropa. La ajustada tela de su ropa interior le delataba y el tiempo de espera no había solucionado aquel apetecible problema. Nos miramos accidentalmente y le sonreí. Toni pareció relajarse.

    -¿Apago la luz? –Dijo tras estirarse en la cama y taparse.

    -Sí, sí… -respondí.

    -Bien, buenas noches…

    -Buenas noches.

    Toni estaba a mi lado, pero lo suficientemente apartado para que nuestros cuerpos no se rozasen. Le oía respirar pausadamente. Yo estaba hacia el centro de la cama y casi no tenía espacio al otro lado. Me pregunté cómo debía estar colocado Toni para que ni siquiera nos rozásemos. Así que alargué la mano pasándola sobre su abdomen y alcancé con los dedos el otro lado de la cama. Tenía medio cuerpo fuera.

    -Puedes acercarte un poco más…

    -No, no estoy bien ¿por qué?

    -Hombre, algo me dice que acabarás durmiendo en el suelo…

    -Jejeje… -Toni se acomodó hacia el centro de la cama. Nuestros cuerpos tomaron contacto.

    -¿Mejor así?

    -Mucho mejor –respondí-, no sé por qué te habías puesto tan lejos.

    -Hombre, no quería que me malinterpretases una vez más… -dijo él con ironía.

    -Tranquilo, esta noche hay algo que me ha quedado muy claro…

    -¿Ah sí? ¿El qué?

    -Pues eso… que la intención marca la diferencia.





    Continuará…
     
  •  
    CAPITULO 95: LA VIDA DE JUAN


    Cuando he abierto la puerta del piso he escuchado la familiar melodía de la canción "American Pie" de Madonna. La música venía de la habitación de Carlos, bueno, ahora técnicamente ya es la habitación de Ariadna. Me ha acercado y escuchado a alguien cantando. Con intencionado sigilo me he acercado a la puerta abierta y he asomado lentamente la cabeza. Ariadna estaba cantando mientras Carlos y Toni le hacían los coros. Mi reacción ha sido de absoluta sorpresa… jamás imaginé que Ariadna cantase y mucho menos que lo hiciese tan bien.

    -¡Ay! Hola… -ha dicho Ari al verme asomado tras el marco de la puerta con cara de bobo. Carlos ha bajado el volumen del equipo de música.

    -¿Qué tal va la mudanza? –He interrogado.

    -¡Muy bien! –Ha respondido Toni.

    -Estamos terminando, sólo falta colocar algunas cosas –ha añadido Carlos con una sonrisa-. ¿Has visto qué voz tiene tu amiga?

    -Vaya, vaya… veo que aún me ocultas muchas de tus virtudes…

    -Jejeje… es una chorrada, me gusta cantar pero por pasar el rato…

    -Pues se te da muy bien, en serio… aún estoy flipando.

    -Bueno, ya te cantaré más a menudo… jejeje.

    -Eso espero.

    -Bueno chicos, siento interrumpir este momentazo "jurado de la Academia de Operación Triunfo" pero tengo que irme ya, he quedado con Valeria en menos de 15 minutos…

    -Muy bien, muchas gracias por todo, Carlos. Ha sido un place conocerte…

    -El placer es mío, te lo aseguro… -ha respondido mi hermanito mientras la besaba.- ¿Podemos hablar un segundo? –Me ha susurrado.

    -Claro, claro, te acompaño a la puerta… -le he seguido hasta el recibidor-. Dime.

    -Pues eso, que… jejeje… joder, no me gustan las despedidas…

    -¡Ey! Como digas una vez más que esto es una despedida te parto la cara. Vivirás aquí al lado, nos vamos a ver incluso más que ahora –le he respondido guiñándole un ojo-. Valeria y tú tenéis las puertas abiertas de esta casa…

    -Lo mismo digo –nos hemos abrazado-. Cuídate mucho y cuida mucho de ellos. Seguro que con Ariadna aquí las cosas irán muy bien. Me ha parecido una chica fantástica.

    -Lo es. Es especial…

    -Sí, muy especial… irradia encanto, es como si fuese…

    -¿Magnética?

    -¡Eso es! Jejeje… esa es la palabra, magnética –ha repetido Carlos.

    -Bueno, tú no te canses mucho haciendo la mudanza esta tarde…

    -Se intentará… por cierto, estaba pensado que…

    -¿Qué?

    -Que el sábado por la noche podríais venir a cenar los tres a casa de Valeria, así os enseñamos el piso y recordamos viejos tiempos.

    -Me parece una buena idea. Si Ari no se va a Tarragona este fin de semana, estoy seguro de que estará encantada de venir también.

    -Perfecto, ya me dirás algo…

    -Muy bien…

    -Juan, te echaré mucho de menos…

    -Y yo a ti niño, más de lo que te imaginas… -Carlos me ha abrazado una vez más-, Va, va… sin mariconadas… jeje, que nos vamos a ver cada día.

    -Jejeje… mucha suerte con esta nueva etapa… -me ha dicho él con una sonrisa.

    -Lo mismo digo, mucha suerte en tu nueva vida…

    -Gracias. Nos vemos el sábado…

    -Hasta el sábado…

    Nos hemos abrazado una vez más antes de que Carlos cruzase la puerta del piso y la cerrase tras él. A pesar del control que he fingido durante esta especie de despedida de una vida en común, lo cierto es que una parte de mí hubiese querido echarse a llorar y pedirle a Carlos que no se marchase de casa. Jamás nos habíamos separado antes. Vivimos juntos en casa de nuestros padres y nos mudamos a este piso juntos. Carlos formaba parte fundamental de mi día a día. Pero estaba claro que algún día eso iba a tener que cambiar, y ese día ha sido hoy. Pero a pesar de la nostalgia, cuando sabes que alguien al que quieres empieza a tomar su camino y es realmente feliz, cualquier otra consideración queda fuera de todo lugar.

    -¿Todo bien? –Ha interrogado Ariadna al verme entrar de nuevo en su habitación con cara de estar pasándolo no muy bien.

    -Sí, sí, todo bien… sólo que cuesta asimilar que Carlos no dormirá en la habitación de al lado, son 23 años sabiendo que estaba a unos pasos de mí cuando le necesitaba…

    -Es realmente positivo que mantengas una relación tan buena con tu hermano, pero no te pongas triste por eso… Carlos vive a cuatro o cinco calles de aquí, le tendrás igualmente cuando le necesites… estoy segura de ello.

    -Bien, será cuestión de hacerse a la idea… -he añadido.

    -Claro que sí, ya verás como todo va a ir muy bien.

    -Esperemos, aunque de momento no todo sale como espero…

    -Bueno, tiempo al tiempo. Y hablando de que las cosas salgan bien… antes, cuando me has llamado, no me has terminado de contar lo que pasó el sábado en la boda de tu padre…

    -Pues poca cosa más… cuando nos despertamos a la mañana siguiente Graham ya se había ido, no me preguntes por qué, porque no tengo ni idea. Así que Toni y yo volvimos a Barcelona con Rosa, Eduard y Mario…

    -Pues que tío más tonto este Graham ¿qué piensas hacer?

    -No sé, aún no lo tengo del todo decidido… aunque esta noche me pasaré por su casa. Creo que es conveniente que hablemos…

    -Pues sí, la verdad –ha respondido Ariadna.

    -Por cierto, siento no haber estado aquí cuando has llegado, pero tengo mucho trabajo pendiente en el bufete después de tantos días de vacaciones de Semana Santa.

    -Tranquilo, Carlos y Toni me han ayudado mucho…

    -¿Y qué tal con ellos?

    -Muy bien, muy bien… tu hermano es muy majo… y cuando digo muy majo, quiero decir muuuuy majo… -ha recalcado Ari.

    -Jejejeje… sí, creo que te entiendo…

    -Lástima que no vaya a vivir aquí –ha añadido con cara de decepción.

    -Bueno, ¿y con Toni?

    -Pues muy bien, hemos conectado con sólo vernos, creo que nos llevaremos muy bien. ¡Ay! Vivir al lado de dos hombres fantásticos y no poder hacer nada con ellos… ¿no es puta la vida?

    -Jejeje… tranquila, haremos muchas cosas juntos. Formaremos un buen equipo.

    -Ya pero vosotros no me…

    -Jejejeje… ¿No te qué?

    -Nada, nada… déjalo… jejeje.

    -Hablando de Toni ¿dónde está?

    -Se ha ido a cambiar de ropa, ahora vendrá un compañero suyo de clase para hacer una práctica.

    -Bien, pues si no necesitas mi ayuda, yo me voy a ir a duchar y a cambiarme de ropa, quiero pasarme antes de cenar por casa de Graham…

    -Bien hecho, pero ¿cenarás aquí con nosotros?

    -Sí, sí… claro, hoy es tu primera noche aquí, no puedo faltar.

    -Perfecto –ha respondido Ariadna con una sonrisa.

    He dejado a Ariadna terminando de colocar sus cosas y me he metido en mi baño. Una ducha rápida, ropa más informal y de nuevo listo para salir de casa. Cuando he entrado en el comedor para despedirme, Toni no estaba, pero en la mesa del comedor estaba sentado un chico, he supuesto que era su compañero de clase. Triky estaba estirado junto a él. Unos 22 o 23 años, moreno, con perilla, ancho de espaldas y corpulento pero no musculado. Vestía unos pantalones tejanos cargo y una camiseta negra con el nombre de alguno de esos grupos de metal totalmente desconocidos para mí..

    -¿Trabajando?

    -Sí, estamos terminando una práctica… -ha respondido él-. Toni está hablando por teléfono.

    -Bien, yo soy Juan, uno de sus compañeros de piso.

    -Encantado Juan, yo soy Joan…

    -Vaya… jejeje, que coincidencia…

    -Jejeje, sí.

    -Bueno, me voy ya, ¿cuando vuelva Toni podrías decirle que he salido pero que volveré a la hora de cenar?

    -Sí, sí… claro…

    Cuando estaba apunto de darle las gracias e irme, Ariadna ha entrado en el comedor, debía estar buscando a Toni.

    -Ah… -hola –ha dicho con timidez al ver a Joan sentado en la mesa del comedor.

    -Ariadna, este es Joan, el amigo de Toni. Ella es Ariadna, nuestra compañera de piso…

    -Encantado –ha dicho él con una sonrisa.

    -Lo mismo digo –ha respondido ella un poco cortada.

    -Bueno, ahora que estás muy bien acompañado –le he dicho a Joan con una sonrisa-, yo me voy, volveré a la hora de cenar –le he encajado la mano y le he dado dos besos a Ariadna. En su cara se leía la expresión: "Como te vayas y me dejes aquí con este tío al que no conozco de nada, te mato".

    -Hasta luego… -he dicho antes de cruzar la puerta del comedor.

    Me he detenido en el recibidor para coger las llaves. Me he quedado en silencio.

    -¿Te gusta Him? –He escuchado la voz de Joan.

    -Sí ¿por?

    -Por el Heartagram de tu camiseta…

    -Sí, me gusta…

    -¿Fuiste al concierto que dio hace un par de meses en la Razzmatazz?

    Cuando he cerrado la puerta del piso a mi espalda, no he podido evitar sonreír. Algo me dice que entre estos dos nacerá algo. Y si no, ya lo veremos…

    He conducido hasta casa de Graham, quizás debería haberle llamado antes de ir para asegurarme que no hubiese salido, pero he preferido sorprenderle. He aparcado el coche tan lejos de su casa, que posiblemente hubiese sido más fácil haber ido directamente andando. Un vecino me ha abierto la puerta del portal. He subido en el ascensor. Frente a la puerta del piso de Graham mi último gesto antes de la sorpresa ha sido apretar el pulsador del timbre. Silencio. Segundo intento. El ruido de la cerradura.

    -Ey… hola –Graham ha abierto la puerta cubierto únicamente con una sábana-, no te esperaba…

    -¿Llego en mal momento?

    -No, no… estaba… descansado un poco.

    -¿A las 7 de la tarde?

    -Sí, bueno… es que he llegado muy cansado del trabajo…

    -¿Graham pasa algo? –Ha gritado la voz de un chico desde el interior del piso.

    -¿Duermes acompañado?

    -Eh… no, no…

    -¿Entonces?

    -Joder, Juan… estoy con alguien…

    -¿Graham vienes? –ha repetido la voz.

    -Ya voy, ya voy… -ha respondido él-. Juan, ahora no es un buen momento… no esperaba verte hoy y he hecho mis planes.

    -Muy bien, pues que acabe de ir bien la noche –he respondido con cara de insultante indiferencia. Me esperaba algo así.

    -Bueno, pero… te llamado luego… o mañana…

    -No, no… no me llames, Graham. No me llames…

    -¿No?

    -No, no me llames. Lo mejor que puedes hacer es borrar mi número de tu agenda. No lo necesitarás nunca más.

    -Joder, Juan… pensaba que ya había quedado claro que no era un rollo en exclusiva, no creo que tengas motivo para ponerte así…

    -¿Así cómo? No me pongo de ninguna manera, Graham.

    -Pensaba que teníamos claro lo que había entre nosotros y lo aceptábamos así…

    -Lo tengo muy claro, pero jamás había dicho que lo aceptase.

    -Me interesas Juan, pero no puedo dedicarme sólo a una persona y dejar pasar el resto de oportunidades…

    -No te pido nada de eso, pero tu vida no es compatible con la mía. Y personalmente no creo que el interés por alguien se demuestre como tú lo haces…

    -Quizás sólo necesito tiempo…

    -¿Vienes o qué Graham? –Ha repetido el último banquete de carne y semen de Graham.

    -No hay más tiempo, Graham. Ni tú lo tienes –he lanzado una mirada hacia el interior del piso-, ni yo lo tengo… estoy harto de conformarme con algo que no se acerca ni de lejos a lo que busco en la vida… harto de vivir en esta insatisfacción permanente… harto de sentir que estoy viviendo la vida de otro…

    -Entiendo… bien, la decisión es tuya… espero que no te arrepientas luego –sus palabras supuraban prepotencia y superioridad.

    -Estoy seguro de que esta vez no voy a arrepentirme.

    -Bien, suerte… espero que encuentres lo que buscas… que empieces a vivir la vida que quieres… la vida de Juan.

    -Suerte a ti también.

    Ni siquiera he esperado el ascensor, tenía ganas de salir de allí. He bajado apresuradamente los peldaños de la escalera hasta alcanzar la puerta del portal. He respirado profundamente al sentir el aire fresco en la cara. He empezado a caminar en dirección al coche. "Estoy seguro de que esta vez no voy a arrepentirme" me he repetido. Junto a mí a pasado un coche. Llevaba las ventanas abiertas… de su interior me ha llegado la voz rasgada de Anastacia con su "Left Outside Alone". He sonreído. Vivir tu vida tal y como quieres vivirla… parece una obviedad, parece algo sencillo… pero hay tanta gente que no logra hacerlo. ¿Existe un sentimiento que produzca mayor frustración que sentir que estás atrapado en el conformismo de una vida que no se acerca ni de lejos a lo que esperabas de ella?





    Continuará...
     
  •  
    y como todo en esta vida hemos llegado al final de esta historia, un poco larga dirian algunos, pero q en lo personal me gusto mucho, perdon a quien inicio esta historia y no dejarlo terminarla pero bueno ya tenia mucho tiempo en q pues no avanzaba, y bueno mejor pasamos a lo mero bueno. Si has llegado hasta aquí, muchísimas gracias... ahí va el último capítulo de un historia diferente: "La vida de otro".
     
  •  
    CAPITULO 96: ¿QUÉ HAS HECHO HOY PARA SENTIRTE ORGULLOSO?


    Decir que me siento decepcionado de la vida sería algo exagerado, aunque no puedo negar que todo lo que me ha sucedido durante este año y medio me ha marcado de alguna manera. Si vuelvo la vista atrás e intento buscar el origen de todas estas reflexiones que he plasmado por escrito, me cuesta encontrar cuál fue el detonante de lo que ha sucedido después. Si bien aquella tarde en la que me masturbé con la ropa interior de mi hermano tiene mucho que ver con el hecho de que haya llegado hasta aquí. No descubrí que me gustaban los hombres entonces, aunque quizás sí empecé a ser consciente de que era un impulso demasiado fuerte para enterrarlo una vez más.

    De formar pareja estable con una chica, hasta la última de mis decepciones con un hombre. Y por el camino experiencias con chicos y con chicas, algunas muy buenas y otras no tanto, pero todas ellas tienen en común haber moldeado a este Juan. No hay duda que todo lo que nos pasa en la vida nos deja una huella más o menos profunda. Somos lo que somos en gran parte por las experiencias que hemos vivido. Cada uno de nosotros constituye una historia, descompuesta en miles, en millares, en millones de pequeñas historias que nos han hecho tal y como somos.

    Repetir una vez más que siento que me he equivocado no tiene demasiado sentido. Muchos se han encargado de recordarme durante este tiempo que meditar sobre tus errores del pasado es útil para no cometerlos una vez más. Pero instalarte en ellos, recrearte en tus equivocaciones… acaba por provocar un sentimiento de inmovilización que te anula como individuo. Personalmente considero que he tomado buena nota de mis errores y si de algo me han servido ha sido precisamente para tener muy claro cuál es el tipo de vida que no quiero vivir. Concretar cuál es la vida que sí quiero vivir, es algo que supongo que acabaré por tener claro con el tiempo.

    La vida no arranca y muere en un punto, antes de que nazcas y más allá de tu muerte la vida se extiende en tus antepasados y en los que te recordaran cuando tú ya no puedas hablar pero tus historias hablen por ti. La vida no puede limitarse, pero sí es cierto que a lo largo de ella hay etapas, hay ciclos que parecen nacer en un punto y morir lentamente en otro. Esa es la sensación que me queda ahora de toda esta experiencia… que si bien todo forma parte de mi pasado y de mi futuro, muchas de las experiencias que he vivido en este año y medio han sido tan importantes, tan especiales y tan únicas que no podrán repetirse de la misma forma en el futuro. Una etapa de descubrimientos que no volverá a darse.

    La sensación de besar por primera vez a un hombre, el primer contacto con su cuerpo, la primera vez que descubres su sexo bajo su ropa interior, la primera experiencia sexual con un chico… todas esas sensaciones de novedad, de primera vez, sólo las vivirás una única vez en la vida. Las siguientes, por importantes que sean, no tendrán la humana sensación de estar descubriendo algo. Y esas sensaciones almacenadas en algún rincón de mi cerebro tienen la suficiente entidad por sí mismas para darle sentido a esta etapa como una parte autónoma de mi vida. Mi vida no acaba aquí, es obvio… pero igual que la tarde en que me masturbé con la ropa interior de mi hermano marcó un punto de partida, el día de hoy se convertirá en el punto y seguido que marcará el final de un ciclo. Porque por intrascendentes que parezcan algunos días de nuestra vida, en ocasiones tienen mucho más sentido del que jamás hubiésemos imaginado…

    Estaba estirado en el sofá mirando la televisión cuando Toni ha vuelto con Triky del veterinario.

    -Buenass… ya estoy aquí –Toni ha entrado en el comedor vestido con unas zapatillas deportivas, unos pantalones pirata beige y una camiseta de manga corta ajustada. Su piel empezaba a tener el saludable color del verano.

    -Veo que ha llegado el verano a tu armario –he dicho con una sonrisa.

    -Cierto, y más vale que llegue ahora mismo al tuyo, porque nos vamos a pasear a Triky.

    -¿Ya podemos sacarlo a la calle?

    -Sí, el veterinario le ha hecho la revisión… nuestro niño está perfecto –ha respondido Toni con una sonrisa-. Así que con lo bien que se porta se merece que le saquemos a dar una vueltecita… ¿no?

    -¿Por el centro?

    -Hombre, no creo que Triky tenga demasiado interés en mirar tiendas, así que ¿qué tal si vamos hasta Vil·la Olímpica y damos una vuelta por el paseo marítimo?

    -Sí… es una buena idea. Voy a cambiarme de ropa.

    -Muy bien, te esperamos aquí.

    Mientras me ponía unos pantalones cortos y una camiseta para aprovechar el solecillo que empezaba hacer en Barcelona, he recordado la cena de esta noche en casa de Carlos. He sonreído… tengo ganas de verle y saber cómo le va todo con Valeria. Se merece ser feliz. Bueno, no quiero decir que haya gente que no merezca serlo, pero digamos que hay personas que con todo lo que hacen por los demás, merecen una recompensa. Carlos es una de esas personas. ¿Y qué mejor recompensa que estar a gusto con tu vida?

    Hemos ido en el coche de Toni hasta la playa. Lejos del centro, Barcelona parece otra. Aún hay barrios de la ciudad en los que caminar por la calle no supone ningún ejercicio de supervivencia. Para los amantes del verano el sol constituye sin duda una fuente de vitalidad en esa época, pero para los que preferimos soportar la crudeza de agosto bajo el susurro de un aparato de aire acondicionado, el mejor momento para tomar el sol y disfrutar del aire libre es la primavera. Ese sol suave que te calienta la piel sin quemarla, ese airecillo que te eriza muchas veces la piel y esas traicioneras nubes perdidas que ocultan el sol convirtiendo un día soleado en su gemelo gris. Esos son los días en los que me gusta pasear y así ha sido esta mañana.

    -¿Le dejo suelto?

    -No, no… a ver si se le va a ir la olla y empieza a correr –he respondido mirando con desconfianza a la bola de pelo blanco, ojos saltones y orejas gigantes que Toni estaba sujetando por la correa.

    -Algún día te demostrará que te quiere –le ha dicho Toni con una sonrisa a Triky-. Siempre va de durillo…

    -Jejejeje… el día que yo hable con un perro, algo estará cambiando.

    -Jejejeje… bueno, sin comentarios. Mejor cuéntame algo…

    -¿Algo de qué?

    -Pues de tu vida, no sé… ¿hablaste con Graham después de lo de Begur?

    -Pues sí…

    -¿Y qué tal?

    -Muy bien… he tomado una decisión. Como tú me dijiste hace unos días, hay que saber escoger a la gente que queremos que forme parte de nuestra vida, y yo ya tengo claro que no necesito que Graham esté en ella.

    -Bien, me parece una decisión muy meditada y, aunque parezca mentira viniendo de ti, es una decisión inteligente.

    -Jejejeje… que cabrón.

    -No, de verdad… me alegro mucho por ti, sabía que llegarías a las conclusiones que estás llegando por ti mismo.

    -Bueno, sin tu ayuda seguramente aún estaría buscando salidos en un chat para que me comiesen la polla en el coche en una noche de viernes.

    -Bueno, no es algo malo por definición…

    -Ya, pero no es lo que esperaba de mi vida. Te debo mucho.

    -No me debes nada, Juan. Somos amigos.

    -Ya, pero has tenido mucha paciencia conmigo, has estado siempre cerca de mí, me has aconsejado, ayudado…

    -Juan…

    -No, no, espera, deja que termine. Has hecho muchas cosas por mí, entre ellas darme momentos de placer que nunca podré olvidar, en especial el primero que he vivido con un hombre… y yo me he limitado a joderte la vida siempre que he tenido oportunidad.

    -Juan, ya hablamos de tus errores, no había mala intención en ellos. Por mí están más que olvidados.

    -No hablo de corregir errores, simplemente estoy intentando exteriorizar un sentimiento que supongo que por miedo no he sido capaz de exteriorizar antes…

    -¿Por miedo? –Toni se ha sentado en un banco del paseo y yo me he sentado a su lado.

    -Toni, tú siempre has significado mucho más que un rollo para mí. No sólo porque seas mi amigo, si no porque supongo que inconscientemente sabía que tú eras lo suficientemente especial para mí como para tener miedo a sentir algo más…

    -Durante este tiempo has sentido algo más por otros hombres, no me digas ahora que tenías miedo de encontrar el amor. De hecho siempre he pensado que lo buscabas, aunque no en mí…

    -Porque siempre pensé que sería más fácil con alguien con el que no me unía nada de antemano.

    -Ya, es posible… ¿y qué cambia eso ahora?

    -No lo sé exactamente… sólo tengo claro que estoy muy bien a tu lado, es algo que llevo sintiendo estas últimas semanas, desde que Carlos volvió de Argentina.

    -Juan, si me hubieses dicho estas palabras hace unos meses, me hubieses hecho el hombre más feliz de este planeta… pero ahora…

    -¿No crees en mí?

    -Entre otras cosas…

    -Mira… -he cogido su mano y la he posado sobre mi entrepierna-. ¿Ves?

    -¿El qué? –Ha interrogado él perplejo.

    -No está dura…

    -Ya…

    -Lo que te acabo de decir no es fruto de un calentón…

    -Bueno… -Toni ha sonreído-. Me alegra saber que no piensas únicamente con la polla, y aunque valoro tu sinceridad, no es eso lo único que necesito saber ahora…

    -¿Qué necesitas saber?

    -Pues no sé, ahora mismo necesito tiempo… no puedes pedirme que confíe en ti de la noche a la mañana después de todo lo que ha pasado…

    -Ya, lo entiendo… -he dicho con una extraña sensación de decepción.

    -Y no es sólo eso…

    -¿No?

    -No. Es lógico que no he vivido esperando este momento, en mi vida hay otras cosas…

    -Otras personas… -he murmurado.

    -Sí…

    -¿Roger?

    -Principalmente…

    -Parece muy buen tío.

    -Eso creo, pero tan sólo le acabo de conocer… no sé cómo irán las cosas. Y para serte sincero, es evidente que tus palabras no me han dejado indiferente… sólo que después de todo, yo también sé que es lo que no quiero volver a vivir. Necesito tiempo…

    -Claro…

    La decepción se ha apoderado de mí. Desde hacía unas semanas me sentía más cercano a Toni que nunca. La noche en Begur y el peligro de sentir que podría dejar de tenerle cerca hicieron que me replantease muchas cosas. Ha sido como redescubrirle. A Toni le quiero por ser mi amigo, por todo lo que ha hecho por mí… pero lo que siento ahora va más allá del agradecimiento y la amistad. Después de esta conversación no sé adónde llegará y si llegará a alguna parte este sentimiento, es por eso me he sentido decepcionado por su respuesta.

    -Juan, la vida no se acaba hoy… nunca se sabe lo que puede pasar.

    -Ya… pero resulta una ironía que después de tanto tiempo sabiendo que podía tenerte, el día que tengo claro que quiero tenerte… no pueda hacerlo.

    -Quizás tu interés se deba al hecho de que ahora no puedes tenerme.

    -Te aseguro que no es por eso. Mi interés en otras personas no es inversamente proporcional al interés que ellas manifiesten por mí…

    -Pues conmigo ha sido así.

    -Pero ahora es distinto…

    -Bueno, tendré tiempo para descubrirlo, si quieres…

    -Quiero –he contestado con total convencimiento.

    Toni me ha dado la mano. Se la he apretado con fuerza. Un contacto tan fraternal ha tenido esta mañana un significado especial para mí… Toni está a mi lado y de momento eso es lo que importa.

    Alguien ha abierto la puerta de uno de los coches que estaban aparcados en el parking que había detrás del paseo marítimo. La música que salía del radiocasete se ha empezado a deslizar hacia el exterior del coche.

    -Proud de Heather Small –ha susurrado Toni con la vista clavada en el mar.

    -Jejeje…

    -¿Qué?

    -Pues es curioso que suene ahora esa canción…

    -¿Crees en las señales?

    -Pues supongo, ¿si no cómo se explican extrañas coincidencias como esta?

    -Jejeje… -Toni ha sonreído.

    -Me encanta esta canción… hace unos días hablábamos de sentirse orgulloso y te dije que esperaba sentirme orgulloso algún día de mi vida sentimental ¿recuerdas?

    -No…

    -¿No?

    -Jejejeje… es broma, claro que lo recuerdo.

    -Jajajaja… chaval eres tonto, te has cargado un momento romántico…

    -Jejeje… es que la vida no es perfecta… jejeje.

    -Ya, ya… con humoristas como tú seguro que no… -he dicho con cara de burla.

    -Seguro que tendría futuro en el 1,2,3… -ha bromeado-. Va, en serio ¿te sientes orgulloso de tu vida sentimental?

    -Sí, el día de hoy pasará a la historia de mi vida como un día importante en ese aspecto.

    -¿Ah sí? ¿Qué has hecho hoy para sentirte orgulloso?

    -Ser sincero con alguien muy importante en mi vida y expresar un sentimiento…

    -Es una muy buena razón para sentirse orgulloso de este día –ha respondido Toni con una sonrisa.

    De esta mañana en la playa guardaré un recuerdo imborrable el resto de mi vida. No sé si Toni se replanteará creer en mí, no sé si mi interés en él será correspondido esta vez o si descubrirá en Roger alguien con el que los momentos buenos pesen más que los malos. Sea como fuere, por primera vez desde hace meses siento haber recuperado el control de mi vida. Más allá de que hoy, mañana, la semana que viene o dentro de un año duerma sólo o acompañado, habrá mucha gente a mi lado que se encargará de darle sentido a esta loca aventura de vivir. El secreto está en no pensar en lo que llegará, no pensar en el desenlace… es mucho mejor vivir cada momento como si fuera el único, el último y el mejor de tu vida. Quizás si me hubiese tomado las cosas de otra forma mi historia hubiese sido otra. Pero a pesar de todo, hoy me siento muy bien… mi vida no es como hace un año hubiese imaginado, han cambiado muchísimas cosas pero no ha cambiado en lo fundamental. Yo sigo siendo el mismo y la gente que me quiere, me quiere por lo que soy, no por lo que ellos hayan querido alguna vez que sea. Toda una lección de comprensión y tolerancia. Y es que después de todo, que las cosas no hayan salido como esperaba no quiere decir que hayan salido mal.





    La vida continúa...
     

Goto page: [-1] 1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7

  • 0 anonymous users

This list is based on the users active over the last 20 minutes.

Foros

5 top active Forums: 10 recent Topics: 3 top active Posters: Total:
  • Categories: 6
  • Forums: 19
  • Topics: 6848
  • Posts: 30632

Nuevos usuarios

» scrip1
» xantyxz
» placerabsoluto
» daniel_pichardo
» ockun

Ultimas fotos de usuarios


Usuarios Conectados

0 registered users and 0 anonymous guests on-line.

You are an anonymous guest. You can register here.

Usuarios conectados recientemente