Una de mis andanzas que quiero relatarles es cuando una noche de Viernes, aburrido de la rutina decidí abordar ese vagón de tren del metro. Era un vagón de la línea rosa o sea la línea 1, lo abordé en Zaragoza, y me fuí al último vagón, ya eran cerca de las 11 de la noche y iba casi vacío. excepto ese vagón que iba a mediana capacidad. Con mi vista de rayos homofilos detecté que todos los pasajeros eramos varones, por decirlo así, y al sentirlo así lo comuniqué telepaticamente a los acompañantes de viaje.
Empieza el clasico lige con la mirada, y en eso siento como unos ojos me quitan la ropita y volteo a mirarlos, hay un contacto visual y el se acerca hacia mi. Me saluda y me sujeta con sus brazos la cintura, yo me siento algo cohibido ante tal atrevimiento pero cedo y dejo que siga abrazandome, y siento como su rostro se acerca amis labios y de una manera insospechada soy besado.... total a eso iba en ese vagón, no me resisto y continuo con el juego del beso y el faje ante la mirada de los demas pasajeros, en lo que noto que algunos nos imitan y hacen lo propio con sus respectivos ligues.
asi las cosas, seguimos por espacio de 20 minutos jugeteando ala lengua en los dientes y al enroque dos de lengua, y sintiendo como mis labios se engrosaban al mismo tiempo que mi falico instrumento de placer hacía lo mismo.
nos bajamos en Isabel la católica, y camiando nos presentamos, que como nos llamabamos, que nos gustaba... ya sí una vez puestos de acuerdo salimos a buscar el primer hotel de paso, ya no les platicaré loq ue hicimos pues ya es del dominio publico, pero despertamos a eso de las seis y comenzamos de nuevo lo dejado pendiente... a eso de las 8 de la mañana ya bañaditos y rasuraditos cada quién emprendió su viaje destino hacia el destino, que es el mismo que nos junta y el mismo que nos separa... un nuevo destino cada noche de viernes en el último vagón del tren del metro. El mismo destino...