CuernavacaGay

Como desde hace un par de años, solía asomarme a páginas de contactos sexuales, foros y de vez en cuando al cine premier para dejar que algún canijo me la mamara, aquel sábado empezó como casi siempre, y la historia empieza ahí. Llegué a la taquilla a eso de las 10, pensando que abrirían puntuales pero seguía cerrado y tuve que esperar 15 minutos a que las viejitas levantaran las rejas y abrieran las taquillas, pagué mi boleto y lo entregué al chamaco flacucho que los corta a la mitad, lo doble y lo guardé en el bolsillo mientras subía las escaleras y leía los carteles de películas porno más viejas que nada, miré de reojo al moreno que vende los refrescos que me echó una mirada y siguió en su quehacer, no le puse mucha atención. Como en todas mis visitas a ese cine, dejé mi coche a un par de cuadras, cargaba mi mochilas con llaves y celular adentro, y me vestí como suelo hacerlo cuando voy en busca de acción: mis huaraches cafés, pantalón sin nada abajo y playera, todo sea para facilitarle el trabajo a algún buen samaritano.
Me senté como suelo hacerlo en la última fila del cine, enfrente de donde se ingresa a la salita del proyector, aún la sala iluminada y un par de despistados ingresando por los pasillos, colgué mi mochila del respaldo y me acomodé bajando un poco el pantalón para facilitar su caída si se daba la acción.
Se apagaron las luces y empezó alguna película italiana, mal actuada como siempre, y yo distraído por las sombras que se empezaban a mover por el teatro, siluetas de señores, de chicos, de gordos, de flacos, en fin, yo mirando hasta que noté una figura de playera blanca que subía presurosa las escaleras, directo hasta la fila donde estaba yo (esa lucecita tenue que nunca apagan), y se detuvo en el pasillo volteando alrededor, para luego acercarse a un par de asientos del mío.
En esas situaciones los nervios hacen presa de las ganas, me cubría a medias la cara con el brazo recargado y sentí la mirada de aquel desconocido sobre mi, y sin pensarlo entreabrí la boca pasándome la lengua por los labios, al tiempo que abría un poco las piernas invitando a quien fuera a venir a saludar.
La reacción fue inmediata, lo sentí moverse para sentarse a mi lado, pude oír su respiración y luego sentí sus dedos rozando mi rodilla, y la piel chinita, el corazón a cien, sentí más de su mano empezando a frotarme la pierna, subiendo, agarrando mis grandes muslos, bajando un poco hasta llegar cerca, más cerca, luego de plano frotando mi sexo, y yo en una reacción hice la cabeza hacia atrás y lo sentí acercarse a mi cuello y besarlo, lo dejé que lo hiciera, su mano subió por debajo de mi playera para agarrar mis senos, y pensé que estaba en peligro, pues como siempre, al primer roce de mis pezones me entrego y pierdo razón, los pellizcó, gemí un poco y lo dejé, me subió más la playera y acercó sus labios, empezó a chupar, a morder, y yo empecé a retorcerme de placer abriendo más las piernas, a lo que él reaccionó jalando el cierre hacia abajo y empujando, le ayudé con la mano izquierda y el pantalón cayó hasta mis tobillos, libres mis muslos aquel tipo de abalanzó a besarlos, morderlos, y con un dedo empezó a buscar mi ano, hasta que lo halló y mamando mi pene quiso empezar a penetrarlo, masajeaba y yo gemía despacio de placer, estiré mi mano a la mochila entreabierta y encontré el lubricante que comprara un día anterior en el lugar ese de plaza lido, lo abrí y se lo acerqué esperando comprendiera mi intención, lo tomó y lo apretó escurriéndolo un poco en mi pene y abajo, llenando sus dedos, así pudo seguir masajeando y empezando a meter un dedo dentro de mi, y yo al borde del delirio no me di cuenta que ya no estábamos solos, una figura estaba en la fila de abajo, mirando todo, regodeándose, gozando, lo dejé ser, no me importaba, y entonces sentí un dedo entero taladrando mi culo, ensartándome mientras me mordisqueaba otra vez mis pezones, y yo gimiendo y moviéndome, alzando el culo, me dolía un poco y me gustaba, me acomodaba y gemía más, al estirarme alcé sin querer las piernas y sentí su fuerte brazo por debajo manteniéndolas arriba para penetrarme mejor con un segundo dedo en mi culo apretado, y fue entonces que noté una tercera figura a la altura de mi cabeza, a mi izquierda, tocándose la entrepierna y disfrutando el show, noté al sujeto de la fila de abajo estirar la mano para tocarme por detrás de los muslos, y un poco las nalgas llenas de lubricante, se tocaba y me tocaba, y en un instante se levantó un poco para tener mejor alcance y lo sentí quitarme los huaraches y arrojarlos algunas filas abajo,luego el pantalón que también noté volar lejos, y ahí estaba yo casi sin ropo, excitadísimo, sintiendo ahora un par de manos más recorriendo mis pies y mis piernas, y uno de sus dedos queriendo unirse a los del primer sujeto penetrándome ricamente, los dejé, estaba al borde del orgasmo, cuando los mordiscos en mis pezones se multiplicaron, el tercer hombres se había hincado y ayudaba a morderme los senos y darme placer, yo estaba a punto de un grito cuando alguien alzó mis manos y quitó mi playera, alguien más, que acercó una verga caliente y grande a mi boca, así que la abrí y chupé, había más gente detrás, que se peleaban la posición y movían mi cabeza buscando mi boca para meter sus aparatos, de reojo los notaba masturbarse cuando no les tocaba su turno, y mi culo lleno ahora de 3 dedos de 3 sujetos distintos, hasta que uno de ellos alzó más mis piernas y se hincó frente a mi, sentí a dos más chupándome los dedos de los pies y agarrándome fuerte pues la sensación me hacía quitarlos, pero me tenían totalmente detenido, abierto, como en sala de tortura, listo a ser empalado por el primero que preparó su verga y me la acercó, reaccionando en mi delirio le di un condón, se lo puso, y arremetió contra mi culo duramente, quise quitarme, pero ahora también me sujetaba las manos, tenía una verga en la boca y alguien empezó a mamarme la propia llevándome casi a venirme, me dió duro en movimientos rápidos, sentí su verga (que no era muy grande) hasta el fondo hasta que gimió viniéndose dentro de mi, y así el segundo y el tercero, tres se vinieron para alejarse pero un grupo más continuaba a mi alrededor, no aguanté más y empecé a venirme, alguien tragaba mi leche y fue entonces que el primero de los parados me sujetó la cara para venirse en mi, me llenó todo, yo cerré la boca y sentí los jaloneos y la orden exigiéndome que la abriera: eres un putito, trágatela putito, y yo abría y tragaba mientras otros excitados se empezaron a venir en mis pechos, en mis piernas, en mi cuello, en mi boca, en mi espalda.
Cinco minutos después empecé a despertar de aquel ensueño, lleno de leche, de saliva, busqué mi playera y me limpié con ella, luego me la puse así, embarrada y sujeté mi mochila para ver si seguía ahí, me paré a buscar los huaraches, el pantalón, me vestí y salí ante la mirada de algunos, aún ignoro quienes serían, algún conocido?, algún amigo? algún compañero detrabajo? No sé, a veces me masturbo pensando en aquella mañana, y cada tarde solo en mi departamento, espero la llegada de alguien que quiera mordisquear estos pezones hasta hacerme chillar de placer, y luego ser suyo, desnudo, penetrado hasta el cansacio por un hombre de verdad.

Alkimia

Pd este relato sucedió realmente en ese tugurio llamado cine premier, si alguien quiere revivir alguna parte, aquí estoy, con 33 años, pasivo, complaciente para quien quiera llenarme de su virilidad.

buena historia

woWWWW.......

y todo eso pasa en ese cine?
Hay algun dia y /o horas de la semana en especial para el desmadre?