Esta historia , en efecto, fue superada. El "ruqillo" se fue feliz, y no es que se haya ido a casa, se fue a la otra dimensión, o sea, al lugar de las penunbras, y dejó una importante cantidad a título de herencia al chicuelo aquel que le hizo el enorme favor de cumplir con su fantasía.
El "ruquillo" nunca antes habia entrado a un Motel en sus largos dias, desde luego que un Hotel de paso quede claro, y alli, alquilaron una habitación con Jacuzzi y el Chaval se sentía soñado porque experimentaba a extraña y dulce sensación de un sabroso el masaje provocado por el chorro de agua y el baño de burbujas. Hoy, el jovencito dador de felicidad presume con su nuevo carro sport por las calles de Cuernavaca, aunque aseguran que le han visto por Jiutepec y Civac, es un vehiculo amarilllo metálico, precio del placer.