Posted: 12.11.2006, 20:16
Una multitud de causas perdidas... el amor... la inspiración... la literatura "excepcionalmente" original y sincera de los que están recientemente emocionados por lo que están o han aprendido...
Míralos. Uno que deshoja margaritas y otro que hace bálsamos con pétalos exquisitos, matando antes la flor y haciéndola expirar para enaltecerla en su adoración y vehemencia.
De ahí que del marfil se elabore la figura del elefante que hubo de morir para adornar la casa.
Así, estos adornos muertos de cosas antes vivas llegan a ser colgijes en este refugio y escondrijo.
Y si mi vida fuera así, de cierto que yo no juzgaría.
Y si fuera gordo no hablaría del relleno del que comete gula, cuyo estrés le produce una hambre innecesaria.
Cuándo dejarán sus vicios? a ellos corresponde, pero es el colmo entre ellos, que ni siquiera se tiene que ser cínico, obstáculo de sus mentes como la sinceridad de creer en las floridas retóricas de la nueva era y de la buena onda de los que se quieren verse bien con palabras dulces y de comprensión, caricias sobre una llaga, sobre la que muestran el prolongado agradecimiento que muestra un perro hambriento al que se le dan migajas.
siguen comiendo engaños, desayunan autoestima vana e ignoran la sagacidad y desdeñan la invitación a hacerse responsables de la verdad que dicen ya tener y otros por flojera dicen no les importa.
Inexcusables, opinan y juzgan pero no gustan de experimentar reciprocidad. Incomformes en su litigio esperan que se les de la razón por que se expresan con suficiente esfuerzo toda vez que les hace falta crecer en su conocimiento.
Y quién pudo debatir sin estar ofendiendo, sin buscar verse bien y más lindo y más listo. Quién pudo tomar un legalismo y pulirlo para adjudicarse un verdadero triunfo?
Precisamente el silencio es el que responde.
Y si a nadie hablo, ante nadie me apena ser el que es desde el silencio etiquetado, también, y entonces doblemente por los que, o se enorgullecen de ello o que se ofenden de ello.
Uno que otro nihilista, que no sabe lo que eso es, eso es lo que practica con todo lo que se dice, es, a saber, ese que no lee, ese que no escucha a otro, ese que no se examina para ser su propio juez y su propio benefactor.
Y si a nadie hablo, mi labor es mayor, por decir lo que sí conozco, pues lo no se puede hablar de lo que no se ignora en estos tiempos, acaso de desinformación; esto es lo que he probado de entre todos los muertos que me lo dieron, pero aún eligiendo.
Porque de los muertos todos hablan, porque desde pequeños todo conocimiento les fue dado. Pero vienen diciendo con caricia al oído que ser original es ser uno mismo, pero cuando alguien repite lo que otro dijo, aún siendo él mismo (pues cómo puede alguien dejar de ser lo que es?), se hinchan en su propia originalidad reciclada.
Quién es ducho para entender de donde toma y para qué le sirve? quién conoce las rutas del conocimiento cuya suma lo hace hablar.
Quién, además de la obvia alergia que esto causa, entiende porqué no le agrada el sabor de la medicina que es para sus huesos?
Sí. Una vez más, el silencio aparenta su propia sabiduría. Ya no se expone, no tiene nada qué sugerir, todo lo tiene aprendido de memoria.
El que compartía los discursos apretados de otros, ese no tiene su propio lenguaje, ni una lengua materna, sino muchas madres que lo amamantaron.
Y el que hacía, según él, poesía, ha sucumbido al señorío -también ilusorio- de las lisonjas que le canturrean sus pasajes perversos de supuesto entendimiento.
No para de hablar mi locura, como no para de idear aquel en su cordura, la cual no puede comprobar la diferencia entre las mismas.