Que onda, esta nota sale publicada en internet y me pareció interezante compartirla, para la version con fotos visitar : http://minoriassexuales.com/v-web/portal/cms/modules.php?name=News&file=article&sid=999

Belleza Masculina y Estetica Gay
Enviado el Saturday, 24 December a las 06:07:41 por minorias


por Jorge Alberto Chávez Reyes - Diario de Lima Gay
La Belleza Masculina

Primero tendríamos que preguntarnos ¿Qué es belleza? Y en realidad, es difícil definirla a pesar que todos tenemos una idea intuitiva de ella. Podríamos sugerir que es el resultado del proceso mental de comparar a cada persona u objeto que vemos con un ideal inexistente que representa su paradigma estético. Cuanto más esa persona u objeto se acerque al ideal, más bello será.
Sin embargo ¿cómo es este ideal? ¿es único?, ¿cambia en cada persona, en cada cultura? ¿a qué hace referencia?. Resultaría arduo responder a estas cuestiones aunque, de manera general, podemos decir que el ideal de belleza (en este caso, de belleza masculina) cambia de cultura en cultura y también -dentro de ciertos límites- de persona en persona

Sin embargo, podemos identificar algunos rasgos comunes. Por ejemplo, la forma "V" del torso, es decir hombros y pecho desarrollados, brazos fuertes y cintura más o menos estrecha, tal y como podemos ver en el arte grecorromano clásico. Los hombres que tienen esta apariencia son considerados bellos y eso los hace además ser considerados sexualmente deseables. Y es que belleza y erotismo (en el caso humano) están muy ligados. Podría interpretarse que como los atributos corporales que definen a un hombre como "bello" son considerados también sinónimo de fuerza física y potencia sexual, de capacidad de defensa / ataque y manutención, que eso es lo que , en última instancia, apreciamos. No obstante, como ya lo señalaba Aristóteles (respecto de los atletas), los hermosos ejemplares masculinos que encajan en este ideal, no son necesariamente más resistentes ni mejores proveedores, porque frente a los retos de la supervivencia (en el trabajo o en la guerra) tienen un "rango de funcionamiento óptimo" muy estrecho.

Por otra parte, hace miles de años, conforme avanzó la civilización, los atributos físicos dejaron de hacer a un hombre mejor proveedor para la pareja y la prole. Resulta entonces que la belleza se aprecia por si misma.

Probablemente haya sido en Grecia antigua en donde se dio más importancia y se rindió mayor culto a la belleza masculina, tanto en la vida diaria como a través de las artes plásticas y la literatura. Sin embargo, a decir verdad, después de la época grecorromana, por lo menos en Occidente, el que un hombre fuera o no bello dejó de ser considerado importante. En contra de lo que había pasado en la Grecia clásica -en donde el cuerpo masculino era el paradigma estético-, en la época cristiana, el ideal estético se volvió femenino. Las razones para esto son muchas y tienen que ver con un proceso por el cual el cuerpo femenino se despersonalizó convirtiéndose en un "objeto" vinculado a la reproducción y la maternidad y de allí la exaltación de sus atributos de fertilidad (caderas amplias, busto opulento). Paralelamente el aprecio de la belleza masculina fue vinculado a la homosexualidad (en razón del predominio de estas prácticas en Grecia antigua) y proscrito. Una de las consecuencias de esto fue, que en el arte la representación del desnudo masculino ha requerido hasta fechas recientes (incluso durante el Renacimiento) de una excusa, de un pretexto: ya sea el ejercicio, el martirio, el heroísmo o la pose académica.

En cambio, el desnudo femenino, omnipresente, se da en contextos narrativos más generales: la naturaleza y la belleza, la maternidad y el erotismo. Ahora bien, el desnudo femenino ha sido un género practicado casi exclusivamente por y para un público de varones (heterosexuales), cuando menos hasta nuestro siglo. El desnudo masculino, llama también a ser visto, apreciado y consumido como símbolo; pero, y he aquí la paradoja, en esencia, nuestra cultura prohibe a los hombres disfrutar el ver otro cuerpo de su propio sexo. La imagen de otro hombre con los genitales expuestos sigue siendo causa de tensión o de repulsión en el espectador masculino (heterosexual) promedio. ¿Simple pudor? ¿Miedo a la competencia frente al cuerpo semejante pero idealizado? ¿Resistencia a que la mujer tenga acceso a fantasías eróticas alternas? ¿Miedo al desarrollo de sentimientos homosexuales latentes?

Pero, como dijimos, esto ha cambiado aceleradamente en los últimos veinte años tal y como puede notarse claramente en la publicidad y también en el arte. En nuestros días los modernos Adonis aparecen en todo tipo de publicidad, desde vitaminas a colonia, bebidas gaseosas e incluso fideos, mostrando sus musculosos cuerpos de gimnasio, con la piel suave y tersa en donde destacan unos pectorales grandes y definidos en los que se notan claramente los pezones erectos. En opinión de muchos destacados publicistas, el torso masculino se ha convertido desde hace algún tiempo, en la imagen más poderosa de la publicidad "para todos los gustos", ya que resulta atractivo para hombres, mujeres, gays y heterosexuales.

Esta situación ha llevado hacia la equidad de género en un ámbito tal vez no pensado: el cuerpo masculino ha empezado a ser también convertido en un "objeto" ( de consumo) por la publicidad llevando a que los hombres se preocupan cada vez más de todo lo relacionado con la estética corporal ( algo que antes sólo hacían las mujeres), con las presiones y problemas que esto implica.

Por otra parte, en el arte vuelve a aparecer el cuerpo masculino tratado como un objeto bello en si mismo, como queda patente en la fotografía y otras artes gráficas así como en la literatura y el cine, aunque en gran parte desde una mirada más gay que femenina.

Frente a esta situación, cabe preguntarnos ¿cómo es el ideal de belleza masculina a inicios del siglo 21? Podemos decir que, en general, retoma el ideal clásico griego, aunque hemos identificado dos sub-tipos a través del estudio de las imágenes que reinan tanto en las páginas de GQ, Men´s Health, (revistas de deportes, salud y estética masculina) y Vogue (revista de modas) como en las de Gay Times, así como en el cine y otras artes. Ambos sub-tipos son esbeltos, con el mínimo de grasa corporal, pero uno de ellos se decanta más bien hacia un cuerpo delgado, marcado y ligeramente "andrógino" (pensemos en el actor Brad Pitt como un ejemplo) mientras que el otro, apuesta por un cuerpo igualmente marcado pero más fuerte y musculoso, sin exagerar. Además, ambos cuidan mucha la ropa que visten, pues se considera que ésta debe enfatizar las líneas del cuerpo. Lejos han quedado las épocas en que eran considerados atractivos hombres más bien gruesos e incluso velludos, que jamás habían acudido a un gimnasio ni se preocupaban de su guardarropa, como Johm Wayne, Burt Lancaster, Steve Mc.Queen o Burt Reynolds .

El Ideal Estético gay y la Belleza Masculina en la actualidad

Muchos investigadores consideran que este rápido cambio en lo que refiere a la importancia de la belleza en el cuerpo masculino se debe sobre todo a los gays. Hoy en día, los hombres considerados más sexis, los modelos más cotizados y los galanes de cine más famosos encajan bastante bien dentro del paradigma estético desarrollado por la cultura gay y asumido como paradigma de la belleza masculina a partir de los años 80.

La evolución de la estética gay

Si apreciamos las imágenes que dominan el arte gay de los años 70, podemos apreciar que el ideal estético predominante era el de un cuerpo delgado y muy andrógino, quizás como una expresión contestataria, surgida del cuestionamiento a los límites del género que llevaron a la moda "unisex" propugnada por la cultura hippie de fines de los sesenta. Sin embargo, en opinión de algunos, esto cambió a inicios de la década de los 80, debido a la irrupción de la epidemia del SIDA, ya que frente a los prejuicios que aparecieron entonces, resultó imperativo para los gays tener una imagen saludable, lo cual sumado a otros factores (entre ellos el deseo de hacerse " más aceptables" que indujo a recuperar la imagen masculina) llevó a que surgiera la "cultura gay del gimnasio" que pronto se expandió a toda la sociedad.

Los 80 fueron la época de los aeróbicos, de la obsesión por el cuerpo y -en el caso de los hombres gay- de la obsesión por los músculos y la ropa "sexi". Nunca antes la industria de la moda masculina había tenido las dimensiones que alcanzó a partir de entonces y con su expansión aparecieron los modelos masculinos, hombres bellos que vivían de su imagen y eran la exacta contraparte de las modelos famosas que reinaban en las pasarelas y la publicidad. Surgieron también entonces, los bares de strip-tease masculino. En los 90 también, las mujeres y los gays se convirtieron en un importante segmento del mercado, la publicidad se dio cuenta que el cuerpo masculino vende y empezó a usarlo sin pudor.

La imagen de la belleza masculina según el ideal estético gay

En realidad el ideal estético que se impuso entre los gays a partir de los años 80 había tenido un importante desarrollo previo, tanto en el trabajo fotográfico de Bob Mizer en la revista "Physique Pictorial", como en los dibujos de Touko Laaksonen ("Tom de Finlandia") y en las casi clandestinas revistas de "ejercicio y salud" que aparecieron en los años 50, dedicadas al público gay. Todos ellos dieron forma a la imagen de la belleza masculina que ahora reina y que nos remite inevitablemente a los griegos. Sin embargo, sobre este molde clásico, impusieron algunas particularidades:

1.-Se concede especial importancia a aquello que simbolice juventud en el cuerpo o la ropa. De allí que la imagen favorita predominante sea la de un cuerpo musculoso (adulto) pero lampiño y de caderas muy estrechas como el de un adolescente, es decir una imagen corporal en donde se mezclan los atributos del adulto y el adolescente. En el vestido, la ropa deportiva predomina, ya que se busca definir una imagen lo más lejana posible a todo lo que signifique ser "viejo" (adulto, serio). Según algunos psicólogos, esto podría deberse a que los hombres gays en general, comienzan más tarde que los hombres heterosexuales su proceso de experimentación sexual y de relaciones de pareja. De hecho, un gran número lo inicia recién después de los 25 años (cuando se independizan de sus padres) y por lo tanto resulta muy importante prolongar la "adolescencia" y conservar un cuerpo sexualmente deseable, de apariencia juvenil porque además juventud es sinónimo de potencia sexual.

2.- El pecho y particularmente los pezones se destacan dentro de la imagen masculina adquiriendo una gran relevancia estético - erótica. Para la mayoría, de los gays, la imagen ideal de un hombre incluye pectorales muy desarrollados con los pezones erectos (lo que denota excitación sexual).Varios psicólogos interpretan este énfasis como una forma subconsciente de equiparar el pecho masculino con los senos, centro de la imagen estética femenina.

3.- Se acentúa en la imagen la presencia de los genitales como una parte estéticamente importante del cuerpo de un hombre. Al contrario de lo que ocurría en el arte clásico, en donde los genitales masculinos eran minimizados y perdían importancia dentro del conjunto, o en las imágenes masculinas del cine comercial anterior a los 80 cuyos genitales no debían siquiera insinuarse, en la imagen ideal de un hombre actual -según los cánones gay-, se nota su sexo ya sea insinuándose bajo la ropa o mostrándose explícitamente.

4.- Se rescata y favorece la desnudez, por lo menos del torso. Si pensamos que, por ejemplo en el Cine, el cuerpo masculino casi no se mostraba y que los grandes galanes de la época clásica jamás se quitaban la camisa, es toda una revolución que hoy en día sea muy común que la televisión, incluso en horario familiar nos muestre modelos con el torso desnudo o en traje de baño.

5.- La ropa (cuando se usa) debe destacar las formas del cuerpo, enfatizando -de acuerdo a lo que hemos señalado- la cintura estrecha, los pectorales desarrollados y "el paquete", es decir los genitales abultando la entrepierna. De allí que se haya favorecido el uso de fibras elásticas y transparentes en la confección y que el jean sea la prenda más notable de la moda actual.

Estos criterios estéticos se han extendido y ahora son prácticamente el canon de la belleza masculina tanto para el público gay como para el que no lo es. Veamos sino imágenes publicitarias internacionales como la de "Calvin Klein", los innumerables comerciales de máquinas de afeitar, desodorante o perfume para hombres, a los modelos con poca ropa que abundan en los programas de televisión o la exhibición de torsos descubiertos que hay en casi toda telenovela. Todos estos ejemplos confirman el predominio de los cánones estéticos descritos. La imagen de los hombres "guapos" de hoy, se parece cada vez más a la de los modelos de AMG cuyas fotografías fueron consideradas pornográficas cuando aparecieron en las páginas de "Physique Pictorial" en los años 50.