El dia de ayer fui al cine con el proposito de ver Madame Sata, pelicula que me gusto mucho, aunque creo que de las 8 personas que entramos a la sala fui el unico que se sintio satisfecho con la pelicula, esto es porque la mayoria de las personas no son adeptas a este tipo de peliculas alternativas y poco comerciales ademas de que no toda la gente esta dispuesta a ver escenas de sexo homosexual y si las ven es solo por morbo o porque sale algun
actorcillo medio famoso y lo consideran un reto interpretar estas escenas. Creo que es muy acertado por parte de las empresas como cinemex exhibir este tipo de muestras que hace un tiempo solo se proyectaban en cine morelos o en cinetecas. Bueno , quiero concluir insistiendo en mi recomendacion de esta pelicula sin decir mas sobre la trama para que la juzquen por si mismos. Les adjunto una entrevista realizada al director la cual fué publicada por el diario La Nacion de Argentina cuando esta pelicula fué expuesta en ese pais.
http://www.lanacion.com.ar/
Madame Satã, antihéroe carioca
El director Karim Ainouz habla sobre su film, que recrea el Brasil de los años 30
* La película sigue la vida de João Francisco dos Santos, un artista homosexual negro
* Se estrenó hace dos años en el festival de cine de Cannes
LA NACION
Karim Ainouz tiene apenas un largometraje filmado -el notable y multipremiado "Madame Satã"-, pero, sin embargo, ya es una figura de prestigio internacional. Es que este hombre de 38 años, nacido en Fortaleza de madre brasileña y padre de origen argelino, radicado en París, es un multifacético y vanguardista artista formado en Manhattan y apoyado por instituciones de todo el mundo.
Ainouz estudió arquitectura en Brasilia e hizo cursos de posgrado en la Universidad de Nueva York. Sus innovadores cortos "Paixao Nacional" y "O Preso" y documentales como "Seams", donde cuestionaba el machismo de la sociedad brasileña, fueron vistos en más de 50 festivales, lo que le permitió ganar becas y ser artista residente en varias fundaciones de los Estados Unidos, Canadá y Europa. Asistente a principios de los años 90 de talentosos realizadores independientes norteamericanos como Todd Haynes (en "Poison") o Tom Kalin (en "Swoon") y activista de Act-Up, un grupo político gay, Ainouz desarrolló también una elogiada labor como guionista de films como "Detrás del sol", de Walter Salles.
Fue la productora de Salles la que se interesó en financiar "Madame Satã", un acercamiento a la contradictoria, sórdida y apasionante figura de João Francisco dos Santos, artista del underground carioca de los años 30 al que el propio director define como "un antihéroe que fue homosexual, travesti, pobre y también un delincuente que pasó 27 de sus 76 años de vida en la cárcel. Una mezcla entre Josephine Baker, Jean Genet y Robin Hood. Un vanguardista, un rebelde, un adelantado a su tiempo que se reinventó a sí mismo cuantas veces quiso".
Verdadero trotamundos, Ainouz concedió una entrevista a LA NACION hace ya varios meses y accedió a contestar un nuevo cuestionario, ahora desde Berlín, donde está haciendo retoques "de último minuto" a su nuevo guión, que -asegura- debe "entregar en pocas horas porque se vence el plazo acordado con los productores". "Madame Satã", que tuvo su première mundial en el prestigioso marco de la sección Un Certain Régard del Festival de Cannes 2002, fue premiado luego en muestras como las de La Habana, Chicago y Huelva, y el año último compitió en el Festival de Buenos Aires. Mañana, finalmente, será el turno de su merecido estreno comercial.
-¿Cómo descubrió a João Francisco dos Santos?
-Madame Satã era el nombre de un club nocturno al que solía ir de joven en los años 80. Pero un día empecé a leer un pequeño libro biográfico y me fascinó tanto su historia que no pude parar de investigar. Fui a las bibliotecas y a los archivos de imágenes, entrevisté a gente que lo conoció y así descubrí su arte y su lucha en toda su dimensión. Luego empecé a desvelar el mito, porque en realidad él era un mitómano y mucho de lo que se dice de él es mentira o parte de las leyendas urbanas.
-¿Qué faceta le interesó más?
-Lo que más me conmovió fue su resistencia frente a la exclusión que siempre existió y sigue existiendo en Brasil. Fue un paria, pero jamás se resignó ni se sometió. Se enfrentó al sistema con violencia, pero también con enorme creatividad y sensibilidad. Ni siquiera tantos años en cárceles pudieron quebrarlo.
-¿Y cómo surgió la posibilidad de llevar su vida al cine?
-En 1994 obtuve un subsidio del Fondo Hubert Bals, que depende del Festival de Rotterdam. Luego se sumó Walter Salles y pude concretar una opera prima con una reconstrucción de época y de vestuarios tan costosa. Opté por un actor sin experiencia en cine, pero muy versátil e intuitivo, como Lázaro Ramos, que hoy es una estrella en mi país, y por el mejor fotógrafo brasileño de la actualidad, Walter Carvalho, que me ayudó a conseguir una imagen con grandes contrastes, sin medias sombras, exactamente como el protagonista.. Pero más allá de la reconstrucción de la época y de filmar todo en exteriores de la zona de Lapa, para mí el eje de la película siempre fue el cuerpo de Madame Satã. Es por eso que con Carvalho trabajamos en el negativo para que la textura de la piel y la presencia de su cuerpo tuvieran tanta fuerza.
-¿Por qué centró la acción a principios de los años 30?
-Porque fue una época en la que la cultura carioca explotó y Madame Satã fue uno de sus mayores exponentes, quizás el más representativo de todos. Se convirtió en una estrella adorada en las tablas, pero también en un asesino. En su apodo artístico de Madame Satã se resume a la perfección esa contradicción. Madame es femenina, sofisticada, delicada e importada de Francia, mientras que Satã es masculino, violento, destructivo, diabólico.
-¿No siente que la película es una evocación un poco idealizada y reivindicatoria de esa figura?
-No me interesó lo épico ni lo estrictamente biográfico, tampoco juzgar al personaje, aunque es obvio que hay una lección moral en la película. Quería contar a mi manera la historia de alguien estigmatizado y pisoteado por ser pobre, negro, gay y artista under, pero que es capaz de sobreponerse y de cumplir sus sueños, un ejemplo de libertad, transgresión e integridad. La película termina en 1942 con una celebración del personaje cuando gana un concurso de trajes tras pasar 10 años en la cárcel. Me pareció el final más adecuado. Está en el público opinar si mi decisión fue sabia o no.
Diego Batlle