O: Ya ves lo que provocas, imbécil???
Mea culpa: esos latigazos que ocurrieron mil novecientos setenta y dos años antes de que yo naciera.
Mea culpa: que un hombre haya muerto de esa brutal forma, sin siquiera habérselo pedido.
Mea culpa: mea culpa, aunque ni siquiera estoy bautizado ni creo en el.
Mea culpa: tendremos más culpa nosotros porque, además de ser pecadores innatos, somos homosexuales?
Mea culpa: que el pueblo judío haya deseado una muerte tan brutal de su hijo pródigo. Oh, madre, me has abandonado, ay, perdón, padre, las madres no valen.
(debo entonces odiar a los judíos? justificaría entonces la matanza provocada por Hittler?)
Mea culpa: Perdónalos padre, no saben lo que hacen. Por ser judíos? o acaso hablaban diferentes idiomas?
Mea culpa: Perdónalos padre por hablar latín y arameo.
Mea culpa: por haber sido expuesto ante la más cruel de las zañas jamás vista por mis ojos virgenes. Matanza inútil, terror!!! Delícia de satán. Ah, pero es la sangre de cristo, entonces estás justificado Mel Gibson.
Mea culpa: Chana, Juana, Perengano, pueden morir, ser brutalmente asesinados. Las dos primeras, pueden ser mujeres asesinadas en Cd. Juárez. Si acaso me atrevo a ver su sufrimiento, me tacharían de maldito sádico, pervertido, hijo de la chingada. Pero si se trata del sufrimiento de cristo, soy un buen cristiano.
Mea culpa: Me enamoré de la caracterización de satanás. Desde entonces, no puedo alejarlo de mi mente. Era hermoso, realmente hermoso y ambiguo. Qué delicia, qué envidia.
Mea culpa: Esa noche, sólo esa noche, tuve un sueño humedo como hacía muchos años. La razón? Dormí pensando en jesucristo.
Excomulgatum sea moultoenromes, parias sanctis.