CuernavacaGay

Acercando a la comunidad gay de Cuernavaca.

Historias cachondas.  :: 
¿por Qué Sentía Tanto Odio Por Tí?
 Top

  •  


    ¿Por qué sentía tanto odio por tí? No lo sé. Era tan simple:, me caías mal. Día a día se complicó más esa repulsión hacia ti. Me molestaba tu voz, el ruido de tus zapatos, tu risa. Inclusive era tedioso revisar los documentos que redactabas. Esos ademanes tuyos tan femeninos y propios me atosigaban. Todo tú eras delicadeza, sutil esencia de mujer. Ni siquiera te salía barba o bigote. Noté esas miradas tuyas. Me veías como asustado. Te paralizaba mi presencia. Creí que, por ser tu jefe, te comportabas tan sumiso ante mí; yo te asustaba tanto como a un niño pequeño la policía. Poco a poco llegué a la conclusión de que me deseabas. Los labios te temblaban cuando debías darme algún recado, tu voz, trémula, dejaba escapar frases incoherentes antes de decir lo que debías informarme. Humedecías con rapidez tu boca, como evitando mostrar la lengua.
    Tu estatura no era mucha ayuda. A duras penas alcanzabas mis hombros. Lo soporté un tiempo sin decir nada, evitando pensar en la incómoda situación. Tus enormes ojos me decían cosas que tú no te atrevías a pronunciar. Los lentes sólo te servían para hacer más obvios esos mensajes ocultos. ¡Tan delgado eres, que podría fracturarte con una mano! No es presunción, sino años de ejercicios y artes marciales.
    Aguanté hasta ese día. Era un viernes caluroso del mes de mayo, todos habían salido de la dependencia deseándote suerte. Pasaban de las seis de la tarde. Esperaste nervioso a que te mandara llamar, después de que decidí que me vieras al final de la jornada. Una vez solos, cerraste la puerta de mi oficina, entonces te dije:
    —Hay un asunto delicado del que quiero comentarte. Más bien, es algo que me incomoda.
    —Dígame licenciado. — Respondiste. Tus ojos lucían más grandes de lo acostumbrado y tu piel, de por si blanca, parecía del color del papel.
    —Bueno pues, me molesta demasiado la forma en la que me miras. — Dije serio y levantando la voz.
    —No, licenciado, no lo miro de ninguna manera. — Dijiste con la voz trémula. En tu mirada se vio con claridad el terror de ser descubierto, la angustia de no saber cómo reaccionar
    —¡No te hagas pendejo! —. Grité golpeando mi escritorio.
    Me dirigí hacia ti y te dije:
    —Qué, ¿Crees que no sé que eres puto?
    Te pusiste a temblar y, casi llorando, respondiste:
    —No... Es mentira.
    Bajaste la mirada. Con la mano, tomé tu barbilla y, apretándola, pregunté:
    —¿Te gusto?
    —¡Por supuesto que no, licenciado! —. Respondiste. El cuerpo te temblaba, tus labios se entreabrieron como para decir algo más, las mejillas se te enrojecieron evidenciando tu abrumador secreto.
    Me desabotoné la camisa, la arrojé al suelo. Luego me quité la camiseta y te dije:
    —¿Te gustan mis músculos, maricón?
    —No... Cómo cree.. — Respondiste en voz baja.
    Sumamente enojado, agarré tu cabeza halando con fuerza tu cabello, me acerqué a tus labios y dije:
     
  •  
    hay wey no manches no me hagas eso yo voy a llorarrrr
     
  •  
    ¿POR QUE SENTIA TANTO ODIO POR TI? ¿ SERA ACASO QUE ERES UN ESPEJO DONDE VEO MI PROPIO REFLEJO? Y SIENTO ESE ODIO QUE SIENTO HACIA MI REFLEJANDOLO EN TI...
     
  •  
    <_< Hay, Alex, si sigues analizando mi cuento, le vas a robar la sorpresa!!!!!!!!

    Gracias por aguadármelo, pero sí, para allá iba la trama angry angry angry
     
  •  
    Ándale, Nelson, no te hagas del rogar y ya danos la segunda entrega de la novela que nos tienes en ascuas :D
     
  •  
    SIIIIIIIIII, QUE SIGA, QUE SIGA, QUE SIGA....... OJALA Y EN EL RELATO EL CHAVITO SEA YOOOOOO JEJJEJEJJEJEEEJ
     
  •  
    Entonces, te besé.
    Al sentir tus labios cálidos supe la respuesta. Sumergido en ti, en las brasas de una pasión nueva, respiraré una sensación única, como aire puro después de permanecer bajo el agua un rato. Extrañado, no lograste descifrar el mensaje de mis acciones.
    —Licenciado, pero...
    —¡Cállate! —. Fue la orden que dí. Luego tomé tus lentes y los puse sobre el escritorio.
    Al tocarte el cabello, esa extraña sensación de alivio se hizo presente en mí otra vez. Con la lengua, exploré nuevamente tus labios hasta encontrarme con ese pequeño pedazo húmedo, huidizo. Te desabotoné la camisa y la arrojé al suelo, rasgué la camiseta y, mientras veías desconcertado, comencé a disfrutar de ti. Tu piel tan suave, tersa y tibia temblaba al tacto. Mis manos te recorrieron en varias ocasiones, quería devorarte con los dedos, meterme en tu piel.
    Me quité el pantalón y quedé en boxers. Te cambió el semblante al verme las fuertes piernas y el sexo. Enseguida me desnudé y, por primera vez, te rodeé por la cintura, besándote el cuello, lamiéndote, degustando tu olor, el sabor de esa piel antes prohibida. Tus pequeñas manos sintieron mi pecho duro, tocaron tímidas mis tetillas como con miedo a ser reprimidas. La respiración se me hizo profunda, era como ser inexperto de nuevo, luego me tocaste en lo más íntimo, mojaste tus labios y soltaste un leve suspiro cuando viste mi excitación. Sin pensarlo dos veces, te hincaste. Sentí fuego en el glande, lava que me recorrió el vientre sensibilizando mi pecho, hipnotizándome. De pronto estuve dentro de tu boca, siendo martirizado por esas sensaciones que creí conocer, ahora acrecentadas. Exploraste terreno, te adentraste a rincones inexplorados, perdí la memoria, me relajé captando con fidelidad todo eso que hasta hace unos minutos supe que me hacía falta.
    Los minutos se hacían placenteros mientras me domabas haciéndome hervir, deseando cada vez más tu cuerpo. Entonces te quité el pantalón. Descubrí asombrado que tu pene era de mucho mayor tamaño que el mío. Lo toqué, estaba muy caliente, duro y a la vez suave.
    —Ponte de pie —Grité.
    —Pero...
    —¡Hazme caso! —Dije.
    Me puse en cuclillas para degustar ese inusual aparato tuyo. Fue una delicia recorrer con la lengua un lugar prohibido, excitante; descubrir el sabor que me hacía falta probar. Agité tu sexo como enajenado a la par de tus gemidos. Tomé tu cintura y te arrojé al sillón para poder sentir mi sexo en tu boca a la vez que el tuyo en la mía. Esa cintura tuya tan diminuta, en contraste perfecto con tus nalgas, tan redondas y duras.
    Sin darme cuenta cómo, sentí uno de tus dedos explorándome por dentro. El ardor se convirtió en delicia cuando encontraste un punto que no sabía que existía en mí. Insististe en explorarme y yo me retorcí en vano tratando de que sacaras los dedos de mi cavidad hasta que finalmente cedí. Me incliné sobre el asiento del sillón y me montaste. No creí que todo eso me cupiera después del inmenso dolor que me provocaste. A los pocos minutos y sin poder contenerme, grité de placer. Justo cuando creí no poder más, tus pequeñas manos tocaron mi pecho haciendo insoportable la tortura placentera que me provocaste. La habitación se humedeció toda y tu seguías embistiéndome con fuerzas que no sé de donde salieron. Llegamos al punto más alto de la excitación, en el cual casi se pueden ver ángeles hasta que, finalmente, nos venimos a la par. Mi espalda recibió gustosa tu intensa secreción, bálsamo desconocido por mí.
    Salimos rumbo a mi casa. Ahí nos bañamos, bebimos champaña y tuvimos la velada más romántica que hasta entonces conocía. Luego, aprovechamos el fin de semana para recrear de distintas formas lo ocurrido en la oficina, aquel viernes caluroso del mes de mayo.

    Después de esa ocasión, te llamé más seguido a mi oficina hasta que tus compañeros, preocupados, decidieron hacer un oficio para saber qué habías hecho para recibir tantas llamadas de atención de mi parte. Por supuesto que no les he contestado. En cuanto a ti, espero que tu mal comportamiento no cambie en un buen rato.
     
  •  
    Hola, espero estén bien.

    Muy buen descenlace. ¿Ya listo para la edición de tu futuro libro? icon_lol

    Ya tienes otros elementos para escribir la historia de tu "acosador entristecido" que te recuerda aún en cada mensaje. Te sugeriría el título, para la segunda historia: "Odio por una respuesta anunciada", es sólo sugerencia. :P

    Saludos.

    El Efrif. B)
     
  •  
    EFRIF: preferiría volverme lesbiana. angry

    Sabes? hay algo en los chicos chaparritos y delgados que me hace sentir....

    uuuuuhhhhh

    Entiendes???
     
  •  
    huy y que es eso
     
  • 0 anonymous users

This list is based on the users active over the last 20 minutes.

Foros

5 top active Forums: 10 recent Topics: 3 top active Posters: Total:
  • Categories: 6
  • Forums: 19
  • Topics: 6848
  • Posts: 30632

Nuevos usuarios

» scrip1
» xantyxz
» placerabsoluto
» daniel_pichardo
» ockun

Ultimas fotos de usuarios


Usuarios Conectados

0 registered users and 0 anonymous guests on-line.

You are an anonymous guest. You can register here.

Usuarios conectados recientemente