CuernavacaGay

Un caso simple y fácil para el especialista, que no puede, profesionalmente, hablar de sí. Oh comodidad, pues entonces caería por el mismo juicio. Igual que tú.

Ignóralo y también se callará, dice tu noble corazón.

Háblale y nada perderás, dice tu experimentada razón.

MMmm... Munroe calcula y hasta hoy no ha fallado.

Ciao bello, I'll see you soon.

Cuán grande secreto es ese: callar. Olvidarse de sí mismo y dar lugar al noble asunto de ignorar.

Pues hay quienes (porque los que son muchos se calientan entre ellos) prefieren murmurar su negación y sobrevivir así cada día, y al final de este con ello están contentos.

Asidos de un solo momento perfecto en toda su vida.
Un éxito, un par de ellos cada lustro y década de error tras error, a decir de ellos con integridad y coraje, motivo de un orgullo con el que no pueden decir lo que creen. Mira cómo mueves tu cabeza y hacia donde se van tus ojos cuando lo dices, y el tono de tu voz temblorosa.

Pero no es tu culpa, verdad? es de los demás. Se te ha golpeado tanto, te ha ído tan mal, por eso sabes tanto, repites.

Tu mejor consejo es: si el placer te hace sentir culpable, no escatimes en el motivo de la culpa.

En verdad crees que estas a salvo de ti? Has cuidado a estas alturas, de mis locuras tu ojo, lo has guardado de ellas? "No pasa nada" respondes.

Pues te resulta entretenido y un poco de lo otro poco a lo que puedes acceder en este mundo de virtual comunicación.

Munroe seguirá siendo la puerta a tu propia mente.

Servido.

"Perro! como ladras."

Sublime y perdido encanto de mi casa().

"Ay amor donde te has ído, porqué no fué posible lo nuestro? fuíste tú o yo? ambos o ninguno? yo lo sé, pero no quiero decirlo, todavía no.

No lo sé o se me olvida lo que no quiero aceptar. No quiero tener otra voluntad que no sea la de tenerte de menos en mi pensamiento. Y sufrir.

Vaya dilema, amar y ser amado pero no ser feliz.
Caray, qué sufrimiento el mío, este de arrojarme al ejercicio de añorar con lamentos y deleite tu cariño.

Qué cosa curiosa esta, amar y no ser amado, ser indigno y no tener nada en común contigo.

La novedad de mi vida es no poder tocar tu cuerpo, recórcholis, qué circunstancia tan inesperada.

Te haré unos poemitas sinceros, que no leerás, pero que con cifrada GRAN esperanza NOS dedico. Puliré sus brillos y fulgurarán con más energía y dinamismo que el sol mismo.

Te veo y recuerdo cómo me veo, te escucho y detesto mi voz, te conocí y es lo que eres lo que, por no tener, lo que quiero.

Y te necesito más de lo que tú a mí, y sin mí hasta, seguro estoy, serías mejor persona, pero estaría dispuesto (ah qué sacrificio) a omitirlo.

Dí lo mejor de mí y no bastó, otra vez, la historia de mi vida de orgullo. Aquí estoy y aquí seguiré, no por ti sino por mí debilidad, porque quiero sentir algo. Y sufrir, y acariciar en sueños lo que nunca fue para mí.

Pero hey, quizás si lo deseo con todas mis fuerzas y te acecho un poco, y te compro un poco (corrompiendo lo que digo que amo ) se haga realidad mi sueño.

Que no se diga que no tengo ambiciones o que me conformo, never.

Te convertiré en mi proyecto, ya que aún así, a lo lejos, me haces mejor persona. Seré optimista y no te dejaré, no renunciaré, aceptaré cualquier regalo, la mas mínima sonrisa.

Tú, pelele, sí, tú, arrímate, hazte a ti mismo un sesenta y nueve. Pago por ver.

Hoy muere Munroe. Un aplauso, solo uno.

Cuál de los elefantes tallados en marfil, estatuillas qué admirar,
(esencia de sí mismo y motivo de destrucción de
tan colosal animal) se colocará en su lugar?

Ya no lo sabré, pero muchos vendrán, con su humilde y discreto paladar lo dirán. Y tú, tú solo te entretendrás, como ellos.

Hoy te entierro, Munroe, te habré vencido y contigo a los que estaban a tu lado, resoplando estallidos.

Ay Munroe, qué malo fuiste, por eso no te lloro, descansa de ti mismo. No se te levantará, no se interrumpirá tu olvido.

Muere tranquilo, Munroe.

Time has come.

Frecuencias insonoras son tus ritmos derretidos sin cadencia; sin tortura me anegas de demencia y sin clemencia me arrojas tu decencia; impotencia es tu apellido como lleno de su fruto está tu herencia.
Tú. Eres. Munroe.

En qué te has convertido? recuerdo cuando eras superpositivo.
Qué pasó contigo que no pasara también conmigo?
Porqué somos ahora tan distintos?
Te amo y tú en pago me odias.
Soy sincero y tú la personificación deshonesta del cinismo.
Munroe, despierta que tu sueño es mi pesadilla, no me arrullan tus cadenas y grilletes.
Munroe, deja de entrar en otras mentes.
Olvida las noticias sobre otros que no quieren hablar así sobre ellos, pierdes tiempo que puedes compartir conmigo, yo sí te amo.
No ves que su causa está perdida entre todos sus reclamos?
Tú eres diferente, ya lo has demostrado, tu marca está clarísimamente en tu frente, no eres parte del ganado, de los ganados con mero sexo que por sexo se defienden.
Munroe, recuerda tu verdadero nombre, sácalo del hueco del árbol en que lo metiste para su resguardo.
Contesta mi llamado, atiende tu lugar en mi mesa como mi mas fino invitado.
Llenaré dos copas, mandaré preparar un banquete para dos personas y ocuparemos el espacio con el silencio que mas resuena, el del cariño que ni se menciona,
que sí se demuestra con el lenguaje de las miradas que desvisten de la carne y sus ropas.
Quiero verte como me veías, me hacías sentir tan preciosa.
Pero mírate ahora, andando con vagabundos que desdeñan la mas rudimentaria brújula, en qué piensas?
Antes me hablabas de todos los motivos que cruzaban tus acciones, todas tus peculiaridades eran mías, eran nobles proezas con soltura, sin roces.
Eras perfecto, fuimos la armonía en cada una de nuestras habitaciones, donde entregamos la posesión de mas alto precio en este mundo visible.
Una luz en plena noche, en el portón de nuestra casa, es la estrella que te da mi mensaje, una ventana abierta es el pase a tu verdadera vida.
Recuerda quién soy desde siempre, ni ahora cambiaré por tus acciones, de allá donde has ido te traeré aún con más cariño, porque estoy libre de esos juicios que haces, eso bien lo sabes, y sé que no hablarás hasta que decidas volver a ti mismo, a quien eras antes de eclipsar con tu sombra el rostro afable que envolvía tu semblante.

Atte. la cursilería.
.

Como volver de un lugar donde no he ído?
cómo volver a ser quién siempre he sido?
confusión era el nombre de ese par de ojos que me veían como uno que cambia lo que no puede ser movido.
Qué circunstancia de verdad pudo haberme afectado para que mi rostro se desencajara a excepción del tuyo?
Pero tu rostro es tuyo y mis músculos sirven a los huesos a los que están ajustados, así que ahora soy el mismo que no ha cambiado para ser uno nuevo y peor marido, sino que soy ese que ha aprendido lo que tú no podrías haber entendido, pues ese suceso que me ha acontecido te pasó desapercibido.
Sí, mis juicios para contigo no son los mismos, porque no tengo qué entrar en tu mente, pero un día comencé a odiarte sin razón que yo supiera, sólo brotó el odio a tu voluntad perfecta como los diamantes.
Yo acabé por ser de otro modo, diferente a ti y a ellos, y a todos yo los odié.
Y tú, por cierto, qué puedes hacer para detener un rayo?
también a él llamarás por su nombre y le pedirás cuenta de su naturaleza?
Mi nombre ahora yo lo elijo, esposa mía, y sobre ti está mi autoridad como aceptaste el día que te ligaste a mi vida.

Atte. la realidad.

La Princesa salió, entonces, por el portón del fuerte,
a entregarse a su decisión, a morir si tenía esa suerte... reteniendo la lluvia tempestuosa que se avecinaba bajo sus ojos.

A morir y con ella sus motivos, desconocidos para su gente, quienes sólo la veían partir, juzgándola duramente.

Moriría como una princesa, como rescate por sus esclavos, porque ese era el deber de su corazón generoso.

Pero no murió.

Sus leales súbditos para deshonra eterna desobedecieron el mandato de su reina, y terminaron trayéndola del camino hacia su muerte, y en ese
ellos fueron los que la tierra tiñeron con la sangre de valientes.

Ella sobrevivió, y del pueblo... hasta las ancianas borró el regimiento enemigo.

Pero ella ahora había despertado, por lo que vieron sus ojos y por lo que sintió su corazón con ardor...
con temor.

Vino con el Sol y se unieron con el mar sus lágrimas de esperanza... por estar viva ese día.

Ahora puedo entender, cómo, desde el día que nos vimos, has esperado por mí.

Y no puedo valorar con justicia a bien el precio de tu paciencia.

Me preparaste... me esperaste hasta que llegué a ser digno de ti.

Ambos teníamos todo, y todo en cada aspecto por vivir.

Pero es ahora, junto a ti, que tengo lo que antes no tuve o alguien me pudo dar de sí.

Recuerdo cómo desde el último año de secundaria y durante los siguientes años académicos, aunque no compartiéramos la carrera y el recinto, me ayudabas con las viejas, y preferías dejar hasta a la mas bella si yo no le simpatizaba.

"Somos familia" me decías.

Siempre me demostrabas tu cariño, me tocabas el cuello, el hombro, mi pelo, me abrazabas cuando yo parecía estar triste.

Eras como un hermano, un buen amigo.

Compartiste conmigo tu cuerpo cuando te dije que ya no intentaría más salir con mujeres, y simplemente, con suavidad me dejaste amarte.

Es un regalo misterioso que en ese entonces malinterpreté. Querías que me diera cuenta, que el amor mas intenso es ese donde los amantes no se tocan, sino sólo con los ojos, y que la entrega de propio cuerpo es secundaria.

Entonces llegué a amar tu mente y respetarte como nunca antes.

Gracias, porque como un ángel me has acompañado en todo el viaje.

Pero ahora recuerda, amigo de mi alma: que yo noy un ángel y si me sueltas... caeré con estrépito (dentro de mí mismo).

Por qué siguen viendo tu desnudez, Munroe?
no están también desnudos los animales?
no es vida la que comes como cualquier otro?

Vegetales o cadáveres de animales son los que te llenan.

Porqué continuan mirandote mientras duermes, y cuentan tus papadeos cuando parece que estás despierto?

Y el te hablen como si entendieras sus idiomas extranjeros?

Díme porqué Munroe. Porqué soplan entre luces canciones para complacer tu oído y satisfacer tu ojo?

Y qué hay de aquel otro loco?
ese que muestra las paredes internas de su piel, dehollada por la desventura de haber amado y haber sido amado durante cientos de orgasmos.

Cuéntame otra vez, que ya olvidé como suena tu voz y lo que aprendí de ti antes de dormir.

Por favor?

... fue sólo que él comprendió, al tiempo debido, que no bastaba con que se amaran, que hubiera amor entre los dos.

No basta para nadie, para dar vida a una relación hasta la vejez, que es cuando con la carne muere.

La diferencia de edades no era un problema, no era el problema, como el ojo externo de los terceros advirtió.

De ninguna manera. El conflicto florecía del dilema.

Amar y ser amado, pero la prueba era madurar y decidir racionalmente que debian amarse sin verse y sin tocarse y llevarse lo mejor del otro en el corazón.

Y ya jamás estar solos. Vivir cobijados por esa certeza: que alguien los amaba y conocía como nadie más hasta ese momento. Hasta que llegara alguien a quien poder demostrarle con toda capacidad lo que es amar.

Por último, se encontraron en la pequeña probabilidad, y se miraron, se sonrieron y cerraron sus ojos un momento... para celebrar con la vista del alma... el recuerdo... esos momentos en que se compartieron.

Luego, abrieron a la realidad una conciencia nueva y abnegada: el pacto estaba consumado, su amor ya era eterno, había trascendido el deseo de sus hermosas carnes, para convertirse en amor puro, aderezado de gozoso sentimiento.

Una fortuna fue conocerse, encontrar el alma gemela.