CuernavacaGay

Parafilia # 5657
Rottweiler

A cuatro patas Ulises fija su mirada en una borona atrapada en el pelambre de la alfombra roja. Sus ojos están tan cerca del piso que alcanza a ver aquella pequeñísima molécula de pan. Hace frío, está desnudo. En estos días el frío se ha acrecentado y es de noche. Por las noches el frío se hace más intenso y cuando a Ulises le duele algo o le irrita algo, el frío acrecenta ese dolor hasta volverlo insoportable; hasta perderse en el placer. Pero no es dolor lo que siente, ni siquiera hay irritación alguna, quizá tampoco placer. No, no es placer lo que siente sino una viscosa sensación sobre la espalda al ser penetrado. Esta sensación solo podría compararla con los picaderos de Tijuana. No logra encontrar aun el motivo de la comparación, no tiene nada que ver ser penetrado por un rottweiler con meter el brazo derecho por un hoyo para que le inyecten una dosis de cocaína. El rottweiler incrementa el ritmo y jadea.

De viscosa pasa a dolorosa, las patas pesadas y las garras del perro hacen estragos en la espalda blanca de Ulises, que de irritada pasa a sangrante.. El perro sincronizado ya con su cuerpo ha entrado en un exquisito ritmo como una balsa amarrada al muelle. En Tijuana no hay muelles. En Tijuana hay casas con puertas rojas y chacales de procedencia desconocida, de sexos y sobacos sucios y con olor a testosterona caduca o semen rancio o ambas. Las babas del perro escurren por su espalda y se deslizan por sus costados. Hace frío, Ulises tiene frío. La baba del perro hace que tenga más frío, lo acrecenta, casi al caer sobre su piel la baba se enfría.
Los jadeos del perro se tornan secos y cortantes. El perro tiene la lengua de fuera y sigue penetrando a Ulises; todos los perros siempre tienen la lengua de fuera, también los de Tijuana, y también los chacales cuando están a punto de venirse la sacan y cuando llegan al orgasmo la muerden tan fuerte que hasta les sangra, mas no sienten dolor porque en Tijuana, ahora mismo, no hace frío y eso ayuda, eso y la dosis, la cocaína siempre da calor.

El perro se descontrola un poco, el dueño lo jala de la correa y lo castiga (mientras que con la otra mano se masturba él mismo), eso no hace que el canino pierda el ritmo estrepitoso y continúa penetrando a Ulises. A cuatro patas Ulises del T-bone fija la mirada en la borona de la alfombra mientras comienza a masturbarse... el perro, el rottweiler sigue penetrándolo y llenado de baba la espalda de Ulises. Hace frío, mucho frío.

Me encanta la inspiracion... Esa historia pertenece a Fernando Flores; si eres el responde.

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fernando flores el del web log de los insanos?

Exactamente, ese Fernando Flores, justamente,