El suicidio del Tiempo
A veces, cuando tengo miedo, o tal vez algo que me oprime, me pongo a escribir una hoja de letras que a veces no tienen gran sentido. Pero hoy es muy distinto y dentro de esta distinción, quiero comunicar algo, quiero pronunciar una palabra que no ha sido bien dicha por mí y es que mi amigo Isaac ha terminado aquel hilo que ostentaba su Eros y no supo comunicarlo, lo sustituyó por un hilo tenue que rodeaba el aire vital que buscaban los entes desde que salieron del mar a respirar la tierra. Y no supo decirlo, sólo supo consolar a tantas personas que necesitaban, tal vez, sólo platicar y sentirse deseados, y sentirse amados y saber que no sólo ellos sufren. Como un hombre ocultaba sus sentimientos, pero él tenía algo distinto y es que él sabía bien lo que era la vida, sabía el por qué de fondo de los antidepresivos. Y sus padres no supieron entenderlo y nosotros nos seguiremos preguntando hacia el tiempo -si hubiera pasado esto, si le hubiera dicho aquello - pero no cabe mayor objeción que respetar su decisión. Pues yo, un amigo cercano a él (y no sé si hablarlo en pasado, mejor en presente), sabemos compartir tantas cosas, más allá de una gota de alcohol para hidratar el tremendo dolor del alma. Su decisión, y no quiero filosofar acerca de la ética del suicidio, pues esto se acabó, pero sí quiero resaltar para aquellos que todavía creen que las cosas son una como consecuencia de otra, Tánatos cartesiano de los números de la vida, para aquellos que todavía creen que la educación se limita a rellenar huecos y a fomentar que los alumnos, vacíos recipientes de la sabiduría del profesor, deben estar propensos y dispuestos a llenar los huecos. ¿De qué estamos vacíos?, dice el postmodernismo volteando hacia atrás. Pero tampoco va por allí, ni tampoco la válida pregunta de que si un poco de antidepresivo fomenta la serotonina, neurotransmisor ligado a la secuencia de la vida en las neuronas. Tampoco depende de preguntas sin sentido acerca de lo que algo que ostenta su sinsentido, tiene la mayor de las lógicas posibles: se suicidó por todo y por nada, entonces, para muchos científicos sociales no cabe en esta jerarquía enredada una lógica válida, pues no sustenta los principios básicos de a+b=c. Estamos hablando de lo humano frente a las condiciones básicas de su realización, porque saben, para cada ser su tiempo, y es que estas condiciones sociales no pueden seguir así, saben, me da miedo, yo de 20 años, el día en que la seguridad alimentaria sea envuelta en un paquete transgénico sujeto del monopolio imperial, me da miedo que Nestlé monopolice el vital líquido, me da miedo que se patente mi vida, me da miedo. Pero saben, no me da miedo decir esto, tampoco me da miedo preguntarle al maestro, ni saber que nuestro país históricamente nunca fue nuestro, ni que la reserva monetaria de EE.UU está en Oro y la nuestra es la deuda externa, tampoco que nuestra vida sea estrangulada poco a poco por la lógica del trabajo libre, que no es más que el robo del tiempo. A lo que voy es a lo que sigue, y es que ellos, Isaac y Lee, se suicidaron con 3 días de diferencia, pero los une una cosa, que ellos, a diferencia de muchos, saben que esto está valiendo verga y que el mundo tiene que cambiar, porque el planeta se calienta, porque la vida se extingue y porque nuestro tiempo, para realizar nuestras condiciones espirituales mínimas, se ha limitado a la lógica del consumo. Necesitamos tiempo, no horas-trabajo, y necesitamos espíritu, no tarjetas de crédito. Pido a aquellos quienes aceptan esta realidad tan dolorosa que resistamos, que aprendamos y bajemos lo que aprendemos a las comunidades que mueren de hambre o a la gente que muere de tiempo, pido que resistamos este embate que parece nunca terminar. ¿Qué seguirá acaso una serie de suicidios masivos mientras las transnacionales destruyen los alimentos porque los precios del mercado estaban bajos, mientras el mundo se polariza en este dolor, nosotros seguimos gritando "Para cada Utopía su Camino". Creo que podemos tener la madurez histórica para gestar una burbuja dentro de esta destrucción, pero el tiempo pasa, y vamos contra reloj, ayer fue Isaac y no quiero que sea el siguiente tú o yo.
Pavel Gonzalez
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