el metro??? :: CuernavacaGay :: Acercando a la comunidad gay de Cuernavaca.

Yo les voy a contar una historia, que me sucedió hace como año y medio.

Yo me encontraba en el distrito federal por cuestiones de mis estudios, y bueno estando en la ciudad no tenía amigos, aparte de que soy de closet, sin amigos y siendo nuevo, y con mi carácter introvertido logré contactar únicamente a gente superficial, y no había llegado más allá de un simple faje o un ligue de antro, un día platicando con un wey que conocí en un antro de la zona rosa, me dijo que como a eso de las 10:00 en adelante en los últimos vagones del metro, había ligue y se armaba bien el desmadre, nada más que era peligroso porque luego hacían redadas o asaltaban, y como en su momento no me intereso la oferta, no le tome importancia y seguí con mi rutina acostumbrada, hasta que un día, estando súper cachondo, de esas veces que ni mi mejor amiga (Manuela) podía calmar mi calentura, decidí ir al metro, aceptando los riesgos comentados por mi amigo.

Con un miedo espantoso acudí a la estación Martín Cabrera - Rosario, como a las 10:00 pm, y decidí esa porque me quedaba cerca una de las estaciones y porque no es muy transcurrida de noche; me fui hasta el último vagón donde pude notar cierto movimiento, había muchos tipos medio sospechosos que lanzaban miradas de un lado para otro.

Subí y por un lado me sentía excitado por la posibilidad de poder ligarme a alguien, pero por otro lado me sentía mal, sentía como si estuviera cayendo muy bajo, siendo honestos había tipos por los cuales no daba un centavo por ellos, pero había otros, que nomás de verlos se me enchinaba la piel, pero con mi autoestima hasta el fondo y con el pánico que sentía no se me ocurría sentarme cerca de alguno de ellos, además de que la mayoría iba hasta atrás del vagón y yo iba como a la mitad, y la verdad me daba pena, para esto cabe aclarar que habíamos viajado puros hombres en el vagón durante todo el trayecto, durante mi aventura pude observar como un wey desaparecía cuando el tren estaba en marcha y volvía a aparecer cuando este llegaba a la estación, y que su compañero de enfrente hacía caras de gozo cuando este desaparecía y ponía caras de preocupación cuando estaba por llegar a la siguiente estación, pero eso no era lo más chistoso, lo más chistoso fue ver a los de hasta atrás uno parado y dos sentados, cuando el tren se encontraba andando el tipo (parado) se bajaba el cierre sacaba su arma y los dos que estaban sentados se la mamaban, poco antes de perderles atención por los que enseguida he de contarles, en un momento dado, el tipo (parado) se puso un condón y uno de los que estaba sentado se paro y se inclino de tal forma que lo pudiera penetrar, al principio pude ver su cara de sufrimiento, pero después esa cara se transformo totalmente a una de gozo, de placer aquello entraba y salía de su ano cual pasajero del metro en la hora pico, y por si eso no fuera suficiente placer el otro tipo que estaba sentado, empezó a lamerle el culo al tipo (parado), aquello parecía realmente una escena porno, y solo se detenían poco antes de arribar a la estación, no es necesario decir el asombro que me causaba tal escenario.

Bueno para no hacer la historia más larga les contare lo que me sucedió a mi ese día, llegando a la estación Atzcapozalco y antes de que se abrieran las puertas pude ver a un chavo increíblemente guapo, alto, muy varonil, cuerpo de gym y carita de ángel, me dejo impactado, y lo mejor fue que al parecer no le gustaron los tipos que iban hasta atrás porque se sentó justo a mi lado, yo estaba muy nervioso, sí les digo que estaba temblando es poco, digamos que era mi primera vez (en el metro), pero solo quedaban dos estaciones así que sí quería lograr que se regresara conmigo tenía que conquistarlo ya,

Así que lo único que se me ocurrió fue mirarlo a los ojos sugestivamente (que ingenuo), pero resulto, el sonrió y creanme que tenía la sonrisa más bella que yo allá visto jamás, lo mire a los labios y él correspondió acercándose a mi y dándome un profundo beso, llegamos a la siguiente estación y tuvimos que separarnos para disimular, cuando el tren se puso en marcha lo bese como si no hubiese besado a nadie en mucho tiempo, tenía una ganas enormes de estar con él en la intimidad, pero tenía que actuar, así que me separe de él y le pregunte que hacía donde se dirigía y me dijo que a la estación Deportivo 18 de Marzo, y sonrió irónicamente, para los que sepan como esta el rollo sabrán porque se rió para los que no les diré que la estación Deportivo 18 de marzo estaba del otro lado es decir, iba en sentido contrario, igual que yo, le dije que si me podía acompañar de regreso y le ofrecí quedarse en el depa, al fin los chavos con los que vivía se habían ido de viaje.

Aceptó, y en el transcurso, seguí viendo escenas súper cachondas pero esta vez, no prestaba mucha atención, pues estaba ocupadísimo atendiendo a mi hombre, desapareciendo de la vista de algunos cuando el tren se encontraba en marcha y apareciendo cuando éste se encontraba parado en una estación.

Llegamos al depa, y pasando todas las cortesías hacia mi invitado, empecé a quitarle su camisa mientras le daba un beso en su riquísima boca, una vez lograda mi primera hazaña recorrí mi lengua por sus pectorales jugando un poco con sus tetillas, siguiendo el camino trazado hacia la fruta prohibida, deteniéndome solo para admirar su abdomen, labrado en un gimnasio a base de sudor y fuerza, misma fuerza que sujetaba mi cabeza pidiendo llegar más rápido hacia aquella fruta, la cual había admirado y probado horas antes en una estación del metro, sin embargo, le pedí paciencia, y se contuvo, seguí recorriendo sus brazos, incitando su impaciencia por un placer anunciado, buscando el instante perfecto para desahogar mi pasión, seduciéndolo a punto de llevarlo a la locura, al fin cedí y quite sus pantalones, trato de desprenderse de su licra ajustada, pero no lo deje, a cambio y en recompensa decidí soplar sobre de ella mi aire caliente, años antes alguien me enseño el placer que causa, lo vi retorcer su cara y pedir más, fui complaciente, sin embargo la hora estaba cerca, debía tomar aquella fruta y disfrutarla, y así fue, baje aquella licra hasta las rodillas y él parado y yo inclinado cual pecador pidiendo perdón a su verdugo, respire el aroma que despedía, olor a sexo y a hombre limpio y no a mierda, mame aquel mástil de 20 cm., el cual por su tamaño comenzaba a causar estragos en mi interior, al pensar si aquella armazón tendría cupo en mi, no tan amaestrado orificio, me dispuse a olvidarme de eso por el momento, y concentrarme en el placer de mi hombre, el cual se encontraba extasiado con mi lengua recorriendo su falo, jugando con su glande y sus huevos, esos huevos enormes, huevos de hombre.

Segunda hazaña, llegado el momento le oí decir “Te voy a Coger”, se acerco a su pantalón y saco un condón y se lo puso, yo en tanto fui por algo de lubricante lo unte en mi ano, y parte en su verga, pero algo no andaba bien, sentía miedo, tenía miedo, tal vez alguno de ustedes se haya enfrentado a un mástil de esas proporciones pero yo no, yo tenía miedo, además estaba algo grueso, pero como me dijo algún día un amigo, los maricones no van a la guerra, y pues yo flojito y cooperando, sufrí, si sufriiiiiiiiiiií mucho, la primera envestida fue infernal, me destrozo todito, quería sacarlo de encima, quería alejarlo, le grite, le llore que la sacara, no lo hizo, se que quedo quieto y espero a que se acoplara, mientras me besaba la espalda, acariciaba mis tetillas con sus manos, y susurraba palabras de amor a mi oído tratando de calmarme, y lo logró, luego vino el mete y saca, con el cual pase de un estado de miedo, de histeria, de dolor, a uno de placer, de éxtasis, quería más y más, y él me lo daba sin tener que rogarle, tardo en terminar, pero lo más sorprendente es que cuando termino no estaba cansado aun, eso me preocupo, quería que se fuera satisfecho, yo ya lo estaba pero quería que él lo estuviera, lo hicimos de nuevo, fue genial aunque muy cansado para mi y para mi… ustedes saben. Y como veía que “yo” no iba a poder una tercera, lo convencí de dormir un rato, no muy convencido lo logre, desperté al día siguiente con el envuelto en las sabanas, ambos completamente desnudos y el mirando con una sonrisa picara, que he de confesarles, me dio pánico.

Después de ese día seguimos viéndonos, esta vez en su departamento al cual me mude unos días después fuimos una pareja feliz por medio año, hasta que mi proctólogo y mi regreso a Cuernavaca, lograron separarnos, te ame mucho, se que ahora alguien ocupa mi lugar y te deseo todo lo mejor KIKE :( .

//Disculpen las faltas de ortografia, y lo largo del relato. :D

CuernavacaGay

Acercando a la comunidad gay de Cuernavaca.

Historias cachondas. ::
el metro???

Users online

Menú

Foros

Nuevos usuarios

Ultimas fotos de usuarios

Usuarios Conectados

Usuarios conectados recientemente

Historias y Artículos