CuernavacaGay

Cierta ocasión, aburrido de lo mismo en esta ciudad, decidí viajar al df en son de diversión sana.
Tomé un autobús, llegué al DF, tomé el metro y llegué a Coyoacán. Fui a museos, tiendas y al centro y después de mi idea de sana diversión se me metió el chamuco y me calenté. Empecé a mirar a los bellos especimenes que con sus grandes paquete pasaban frente a mi. Por más de una hora me eché un buen taco de ojo. Extranjeros y nacionales, jóvenes, maduros y muy maduros. Pero la mayoría iban con sus familias, amigos o novias. Que mala suerte, nadie se acercó a mí y nadie respondió a mis miradas que invitaban al placer de manera muy discreta y educada.
Agûitado de no lograr ni un ligue y no es porque sea feo o poco atractivo, sino que Coyoacán no es buen lugar para ligues. Decidí regresar.
Fue el mismo trayecto de regreso, el metro y la terminal. Haciendo fila para comprar un boleto veo que llega un chavo como de 23 años, alto, fornido y muy guapo, con barba a medio rasurar. Se forma, el también me ve y dibuja una ligera sonrisa. Que lástima, otra oportunidad que se va, tal vez su destino sea distinto al mío, el autobús a punto de salir sin tiempo siquiera para un rapidín en el baño, pensé.
Subo al autobús, me siento, en un asiento cualquiera sin ver la numeración, está semivacío y casi a punto de partir, sube el chavo de la fila y se sienta justo delante de mí. Con la mirada lo saludo un poco tímidamente. Percibo de él un olor a perfume pero también con matices suaves de alcohol. Este chavo viene pedo, me dije, por eso la sonrisa. Dicen que todos los ebrios se vuelven muy sociales a veces. En fin, ya la calentura se me bajo, estoy cansado y decido echarme una pestañita. Me duermo en el asiento y comienzo a medio roncar. De pronto siento que algo toca mi pierna, como un pequeño golpe. Abro los ojos y veo que el chavo de adelante tiene su mano derecha echada hacia atrás colgando de su respaldo, su reloj de pulso se zafó y cayó sobre mi pierna.
Suavemente toco su mano y le digo a la vez: disculpa, disculpa si te despierto, creo que se te cayó tu reloj. No responde al parecer está bien dormido. Me levanto, miro hacia su asiento y veo que efectivamente va durmiendo, pero mi instinto salvaje se despierta al ver que el chavo va extendido en su asiento y con la bragueta del pantalón a medio abrir. Veo un poco de vello de su pubis, una tanga blanca por la que se trasluce su miembro medio erecto. Seguramente está teniendo un sueño húmedo, me dije. Quisiera estar en su sueño y ser yo quien lo satisfaga. Fantaseaba.
Dejaré que duerma esta ricura y cuando vayamos a bajar del autobús le entrego su reloj o me lo guardo como un fetiche. Lo que sea.
Me vuelvo a dormir y minutos mas tarde siento de nuevo otro golpecito en la pierna. El chavo sigue durmiendo y al abrazar éste su respaldo a manera de almohada, su mano por la gravedad cae sobre mi pierna. Y permanece ahí por un momento. Me siento incomodo ¿Qué hago? Dejaré su mano en mi pierna; es una mano blanca, bonita, semivelluda; con venas que la surcan y suben hasta su brazo; un brazo fuerte. Un brazo que pertenece a ese cuerpo lindo que no puede ser mío sino en fantasías.
El autobús pasa por los vibradores y por varios baches, el movimiento violento de los brincoteos hace que por inercia su mano avance casi hasta llegar a mi ingle. Mi miembro se erecta, comienzo a lubricar de manera natural ante tal estímulo. Sigue durmiendo nene, me conformo con sentir tu contacto. No puedo perderte el respeto. Pongo mi mano izquierda muy cerca de la suya y la inercia del movimiento hace que las dos se aproximen. Él como que se reacomoda pero posa su mano sobre la mía esta vez. Toco el cielo con esto. El viaje ha valido la pena. Casi tocado por un ángel. Tal vez es un junior juerguista, pero un adonis para mí.
Dos minutos más y su mano llega al fin a mi falo. Este se erecta con amenaza de romper la bragueta y salir desbocado como furioso caballo que necesita lo tomen de la rienda. Alguien que tome esa reata y haga correr al caballo a todo lo que da.
Al fin la mano empieza a sobar, del sueño a lo real. Comienza un masaje suave casi como caricia. El chavo despierta, tal vez está apenado, se levanta confuso y se dirige a los baños traseros del autobús, se lleva ambas manos a la cabeza y hace gestos como si tuviera migraña. Se escucha que dentro del sanitario está vomitando.
Regresa rumbo a su lugar, viene mascando chicle, ahora huele a perfume, alcohol y a fresa.
Se detiene justo frente a mí y me dice: disculpa amigo, creo que te desperté, pero vengo un poco mareado.
No te preocupes respondo, a todos nos puede pasar. ¿necesitas agua para beber? Traigo una botella que no bebí.
Bueno, responde. Pero ¿puedo sentarme contigo?
- Claro, tal vez si platicamos un poco puedas reponerte.
Me cuenta que viene del DF, de regreso tras la ruptura con su novia, ella le fue infiel y viene destrozado, lo engañó con su mejor amigo. Que mejor que el tequila para olvidar las penas ¿no crees? Me pregunta y la vez me alza la mano y me da un manazo en la pierna, pero ahí vuelve a dejarla, posada muy cerca de mi falo.
Pues en mí tienes a un amigo, tal vez en algo pueda ayudarte, le dije.
¿cómo le harías? Pregunta.
No lo sé pero conmigo puedes desahogarte, le respondí.
Claro, me dice, ahora mismo me desahogo ¿puedo? – Si! Le respondo.
Me abre la bragueta, vamos casi al final del autobús, solos.
Empieza a tocar mi bulto y a masturbarme. Necesito tanto esto, increpa… y se agacha y empieza a mamar. Siento su boca cálida y saliveante recorrer todo mi pene. El sueño terminó, ahora es real.
Quisera que el tiempo se detuviera, estamos a punto de llegar a la caseta de entrada a la ciudad.
Comienza a mamar más rápido y todo se vuelve más placentero. Jamás nadie me había felado de tal forma. Estoy a punto de estallar. Contengo un gemido, él se da cuanta de mi placer y lo devora todo, hasta lo más profundo está llegando mi falo. No puedo más, solo digo ¡oh, cielos! El sudor empapa mi frente y mi semen se descarga en su boca, él la retira rápido y otro tanto le salpica en todo el rostro. Fue una eyaculación abundante.
Discúlpame, le digo y le tiendo un poco de papel higiénico. Se limpia su bello rostro, se ve más bello aún así agitado y con el cabello húmedo también por el sudor.
Prometí que si algún día me llevaba una decepción iba acometer una locura. Me dijo. Y mira qué tan pronto la cometí. Jamás supuse que sería así. Pero a decir verdad, es lo mejor que he probado ¿Quién necesita novia si se tiene esto?
Le respondí asombrado ¡vaya, si que eres bueno!, llevas un buen inicio. Ahora quien agradece soy yo.
El autobús frena de pronto. El viaje valió la pena,hemos llegado a nuestro destino…

¡Qué calor me provocó el relato!. Me gusta mucho el estilo del escritor ;).

Sólo tengo un comentario al respecto:



¡En la entrada de Cuernavaca no hay caseta!. Como sea... ¡muy bueno! :D

ja ja ja. es una ficcion literaria como dice mi profe, pero de que esta cachondo lo esta, kisiera me pase igual aunque sea yo quien mame