Los hombres de Apolo
A completar Helios su vuelta
Reunieronse tres; Apolo, Eros y Afrodita
Tramaban hacer daño a la creación del padre
A los seres perfectos que en un principio había creado
Aquellos que disfrutan de la creación del padre
Aquellos que viven felices en la tierra
No lograban los dioses llegar a un acuerdo
Apolo deseaba ver sangre
Eros quería correrse de placer
Afrodita jugaría una mala broma
Decidieron al fin crear cada uno sus propios seres
Y la diosa hizo a un ser delgado
con sexo como de hombre
y le dio cabeza de mujer
y manos de niña
y puso en él el olor de las mujeres
y lo hizo atractivo a los otros hombres
y lo convirtió en objeto de deseo
y lo condenó a ser causa de lujuria
y le dio voz dulce y suave
y le dio ojos claros
y tez clara
Colocó a este ser en una casa
Dentro de la ciudad de Lesbos
Le dio grandes riquezas
Muchos vestidos y adornos
Pidió a Terpsícore que bajara
Para en las artes de la danza educarlo
Comenzó a hacer muchos de estos
Y a todos los hizo iguales
Llenos de dones y belleza mujeriles
Llenos de gracia musical divina
Pero sin la inteligencia que solamente
Pudo el padre a sus hijos dar
Vino el turno de Eros
hizo una criatura increíblemente hermosa
Con sexo como de hombre
Con ojos negros
Con piel morena
Cabellos cortos
Con manos fuertes
Los pies de Hermes
Cintura de Atena
Le puso un casco
Le puso grebas
Su sangre tenía polvo de oro
Y Eros lo condenó
A ser un ladrón de plata
Y pidió de Atenea la astucia
Para lograr esta artimaña
Puso a ese ser en la ciudad de Atenas
Donde cada tarde se asoma
Para buscar su nueva carnada
Un paseante o un anciano urgido
Llevarlo a su casa ebrio
Darle placer mortal toda la noche
Cuando ya no puede más la víctima
Pasa a pedirle las monedas que lleva
Más tiene gran astucia y sapiencia
Para hacer regresar a todos
Comenzó a hacer muchos de estos
Y a todos los hizo iguales
Llenos de dones y belleza mujeriles
Llenos de astucia y valor
Pero sin la inteligencia que solamente
Pudo el Padre a sus hijos dar
Vino el turno a Apolo
Hijo favorito del Padre
E hizo una criatura semejante a hombre
En sexo y en figura
Cualquiera podría jurar que eso era
Pidió a Hefesto le auxiliara en ello
Tomó el cuerpo de Aquiles
Le dio la armadura de Héctor
De Atenea pidió la astucia
Le dio cabello corto y hermoso
De las musas pidió todas las artes
Le dio un alma blanca como la de Homero
Puso en él la curiosidad de Hesiodo
Le enseñó las artes de Arquímedes
Lo hizo discípulo de Demócrito
Evito se juntase a Aristóteles
Lo instruyó en el paganismo
Y en las religiones del oriente
Le dio riquezas y una buena educación
Más cegó uno de los ojos de su alma
Tapándolo con cera fina
No lo dejó contemplar la belleza de otros
Y lo condenó a unirse con las mujeres
A ser creador de más prole
De estos son los que más hay en la tierra
Puso a este ser en la ciudad de Alejandría
Donde pasa las tardes en la biblioteca
Llega un hombre, llega otro
Todos lo miran
Aprecian la hermosura que irradia
Pues no es una niña como el de Afrodita
No es una escultura como el de Eros
Es un ser que por si solo puede
Conquistar y maniobrar a cualquier otro
Tan fina es la capa de cera
Con la que Apolo a este hombre ha cegado
Que cuando otro se acerca
Y su calor transmite
Termina por derretirse un poco de ella
Y le muestra la otra cara del amor
Le muestra lo que una mujer no puede
Más cuando se aleja un poco del calor
Se vuelve a endurecer la cera
Su mente aborrece los pensamientos
Que el otro le hizo tener
Y evita a toda costa encontrarlo
Cuenta el mito que una noche
En la ciudad de Corinto
Con otro hombre a pasear salió
Y al llegar la noche
Pensamientos recorrieron su mente
No pudo ninguno dormir
Por la tensión que la hermosura suscitó
Otro día en Alejandría
Estuvo a punto de conocer a ese hombre
Más cuando sintió sus manos en el cuerpo
Se endureció la cera
Y decidió no volver a hablar de ello
Ve a ese hombre a diario
Le da falsas esperanzas
Le habla del amor femenino
Al ver Apolo esta situación
Se divirtió bastante
Y poco a poco fue poblando la tierra
Con hombres de esta su creación
Son los hombres que todos vemos
Los que aman a las mujeres
Y con ellas hijos tienen
La cera que Apolo puso en su ojo
Es muy difícil de remover
Afortunado el que logra hacerlo
Aunque sea sólo por un rato
Pues al dios es difícil desafiar
Más hay quienes lo logran
Los devotos de Atenea
La diosa que todo lo puede
Son quienes logran
Por ellos ser amados
Hizo Apolo muchos de estos
Y a todos los hizo iguales
Llenos de dones y belleza
Llenos de gracia musical divina
Con la inteligencia que todo hombre
Tiene y puede desear
...Iván Salgado García @ 10:53 AM