Aquí estoy
Sin futuros ni caminos señalados,
interrogando almas, calles y sonidos
para conocer el nacimiento de lo humano,
y palpar el origen del olvido.
Pregunto al mirar de mis ojos
fijos en el laberinto de la vida,
ahí donde la vida es verdad madura
ahí donde yace la verdad muy sufrida.
Sé bien que no soy verdad ni piel,
ni tampoco imagen.
Solo soy tormenta y calma,
tristeza y alegría, y también
soy el silencio de la roca milenaria.
Pero me rodean las verdades sufridas,
siempre incomprendidas.
Estoy ante
el fusil macabro de las mentiras,
el fusil rosado de los ideales soñadores,
el fusil negro de los que apuntan a lo humano,
con la fé de la oración sin fervor.
Los fusiles celestes
de aquellos que desean endosar su fracaso
a las almas que viven de su trabajo,
fusiles infrarrojos
de aquellos que despiertan el átomo dormido.
Verdades sufridas
Soportando la verdad enajenada,
en el templo donde se fuga la luz,
ante el asombro
de las verdades del verbo, las verdades de Dios.
Solo sé que soy polvo en el cosmos
y gota de aliento en la tierra;
no soy calavera postrada en la loza
solo polvo del basto universo:
vengo de una lejanía infinita
virgen de maldades y de tiempos
libre de explotación y de angustias;
de una lejanía toda pura
como seno de hada inmaculada;
muy bien sé que mi madre
puso en mi alma su marca de fuego
cuando llegué al mundo
con un resonante grito de dolor,
así llegaba a este mundo sufridor.
Estoy
ante mi mismo
nacido del amor de una mujer,
cuando el aire hirió mis pulmones
para hacerme saber que esto era la vida,
desde entonces han pasado:
Tormentas
Montañas
Sismos
Ríos
Lágrimas
Y han germinado los brotes blancos
y ellos, han nacido y han caminado
y han sembrado sus raíces:
Amor
Gestación
Fruto
Dolor
Vida.
Y mi grito todavía resuena
en el clamor de la existencia.
Y el vaivén de la verdad
Y el vaivén de la mentira
Todavía bailan al compás de las preguntas.
Y mi voz, espina de asombro,
observa el parto del desaliento
empujando al verbo
ese verbo sin sonido
que solo crea palabras con olvido.
Eso si,
Sé muy bien por qué estoy aquí,
no solo soy palabra, soy mucho más,
en el seno materno, ahí donde se forja
La vida-amor.
Ahí donde nace el llanto con sangre
el llanto del dolor y del amor