CuernavacaGay

De pavor y temblor están raídos tus huesos, estéril, sin producto tu vientre... la fecundidad no adviertes.
¿A donde vas?
Maldices el día que no te pertenece, en el que andas errante, a pleno día vas palpando como si fuese de noche, dando berrinche en pago por tu vida, devorando carne encuentras tu alegría.
Edificas en lugares desolados para subsistir, tu agitación no cesa, no se fatiga tu desánimo.
Antes de tu alimento viene tu suspirar y como aguas rugientes vienen tus lamentos precipitadamente.
No pones restricción a las palabras, que son la base de tu confianza, bajo su influjo yaces.
Sigues cavando con tu lengua, teniendo aliento de sepultura abierta.
Tu disturbio es oír y ver lo bueno, te perturba lo ordinario en ti mismo.
No te interesa la rectitud, entonces ¿cuál es tu autoridad?.
¿Ya descifraste el secreto sagrado? No hay nada sagrado para ti, entonces también ¿ a qué se debe tu encomio?
Feroz como la bestia salvaje es tu habla inquietada por visiones nocturnas.
Dices:
"Nadie pone lazo sobre mí", mas de cierto te digo: no conoces la mano de tu amo, del que eres esclavo.
Entregas tu dignidad en público a los hombres, luego viene tu furor y desconsolados lloriqueos arrojas.
¿Hablará la confusión con contundencia, se referirá y fijará su atención en algo explícito?
¿Responsabilizarás de tu resentimiento a todos?
Encaprichado, necio, obstinado y hasta terco en tu ostentación te ocupas, prefieres ser humillado en tu error que humillarte a la humildad.
Ladrón de paz que dice "no existo".
La envidia es tu irritación continua, estas atado con pesados grilletes de tontedad, triturado sin que nadie lo tome a pecho, perecerás.
Es el fin de los que son de tu clase, no se soportan entre Uds.
¿Podrá el hombre ser más limpio, sabio, que su Hacedor?
Empecinado en el arraigo de tu voluntaria execración te indignas, no del simple suelo brota la desgracia.
Frustrada esta la trama de tu vida, no prevalecerás, pues fácilmente eres prendido por el ingenuo en tu propia astucia.
Te precipitas en rechazar cualquier curación y te quejas de lo que permites.
Tu pancarta dice:
"Doy en trueque mi cuerpo por la veneración del mismo, soy la negación de mi beneficio real, la autocomplaciente aceptación de mi caótico pensar".
"No hay señor sobre mí, ni rey, soberano alguno, o leyes, ni amigo ni cercano que quiera escuchar, nadie me someterá. Soy y no soy, soy mi propia invención, el hombre que se hizo a sí mismo (hasta) un dios; me redunda en propugna inútil que saboreo con melancolía aderezada"
"¿Qué es eso que llamas paz? No existe. Yo la creé y yo la desconozco"(?).
Eres absurdo y obtuso; la criatura guardiana inscrita de la urna, que contiene las cenizas de la humanidad.
¿A donde vas?
¿Qué has hecho?
¿De donde vienes?
Un látigo es tu lengua, como un despojo violento, vigor cuya ponzoña sigues bebiendo.
¿Hasta cuando seguirás profiriendo tu sofocación?
Vestido de verguenza, eres espanto, por pasmo para el inexperto.
Insensato hazmerreír que atesoras lo que es vano e inmundo en tu hablar.
De tal manera que de la abundancia de tu corazón te has declarado dios, pero dios de destrucción para ti mismo.
Escoges la habladuría que corresponde a los sagaces y en ello entrenas tu lengua, pero tus propios labios responden contra ti.
Te pavoneas del saludo amable diciendo " yo estoy más allá".
¿Por qué centellean tus ojos?
Despedazado en el poderío del Leviatán, cuyas escamas son un sello que no permite entrar al aire, ahí vas prendido en tu zozobra.
La raíz del asunto se halla en ti, dios sin poder, sin verdad, sin sabiduría; dios de la relativa percepción, escurridizo y reservado para la espada, oh! sí! joven tocón cuya raíz se seca.
El desahogo de tus intestinos es contrario, así como tu avidez que no se purga.
Tu desastre te alcanza y dices:"no lo merezco".
En tu autosuficiencia estas amargo por no comer de lo que es bueno.
¿No es ya demasiada tu maldad, o la de este mundo?
Tu actitud es vivir y satisfacer tus deseos, lo que tu ojo codicia, eso toma, pero no puedes largar la mano para tomar el anhelo puro de tu corazón.
Dobla tus rodillas, dios falso.
Vuélvete de las trampas que hay en derredor tuyo. ¿Pisarás el camino que mucho tiempo atrás siguieron hombres perjudiciales?
No te consuma el fuego de tu error, mejor fueras ofrenda viva cuyo propósito le diera ligereza a sus cargas.
Tiene que haber un reconocer y reflexión seguida cuando se fue arrogante, pues cómo ¿ reconocerás tu defecto y en el te conformarás?.
¿No hay calamidad para el malvado y desventura para el hombre que obra lo que es perjudicial?
Pues dices "estoy bien" y no ves con lo que sigues tropezando, andas con hombres de mentira y tu pie se apresura al engaño, asido de una integridad deforme.
Nadie te toca, cómo, nadie alarga la mano contra un simple montón de ruinas, ni se le antoja el estiércol, ni durante la decadencia de uno se acerca alguien en pleno clamor.
Crueles son tus misericordias y pobre tu ejército, que es, a saber, tus prendas de vestir y tu carne y tu deseo.
Pensamiento hay mucho en ti, pero no hay luz, porque si luz buscaras para tu senda, luz hallaría tu alma, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver y dice" ya veo según la creatividad".
Hace más daño al hombre lo que sale de su boca, por provenir del corazón, donde nacen los asesinatos y la fornicación, que lo que entra en ella y se expele en la cloaca.
Conducta relajada y permisiva, volcada a satisfacerte es la cifrada seducción que te tiene absorto.
¿Quién presentará tu causa judicial el último día de tu vida?
En una multitud que se siente sola, por su arraigo conciente morirán en soledad.
Retienes lo que es bueno aún de ti y privas de ello al hambriento de bondad.
Lo que culquiera diga es una ilusión, ¿excepto lo tuyo?, no hallarás nunca saciedad en tu reciclaje.
Eres un eco que resuena de las voces del mundo.
No perdurará tu lecho, tus días hablarán en su multitud de años siempre con demencia.
Así como el Sol sigue arrojando su energía, sabes que si entras al agua, humedad tendrás en tu superficie, que el ave vuela y el pez es ágil en su elemento.
Campos magnéticos son el equilibrio perfecto del planeta, y sabes que el aire no se ve, como tampoco la electricidad, ni los olores son notorios sin la nariz.
Sabes que tu salud puede irse de ti, que defecas como ya quisiera el que tiene una bolsa de colostomía y ha perdido esta función.
Parpadeas y aún tu corazón late.
Sobre todo esto hay una certeza, como que poseidón fue una divinidad de las muchas nacidas de la imaginación idólatra de los antiguos estúpidos.
Pero ensimismado en tu propia percepción fantasiosa, en una interpretación irónicamente destinada a contrariar te dispones sin autodominio.
También duermes y sueñas, eres un mortal que no ve su beneficio y todavía alegas un "lo sé", arguyes " así lo quiero", entonces ¿con qué autoridad hablas?
¿Con qué justic¡ficación y respaldo te ciñes a verter juicio, si en este mundo no puedes ni podrás encontrar la justicia, oh tú injusto ser?
¿Enseñará el que no tiene conocimiento de lo que es la verdad?
(¿Cuál es la verdad?, escrito está: Tu Palabra es la verdad)
¿Harás sarcasmo en base a tu ignorancia, una vez más?
Seguí prestando oído a tus razonamientos que no llegan a ningún lugar y mantuve dirigida mi atención a tus dichos sin fundamentos.
Y he esperado a causa de tu gemir cómo consideras tu alivio en el conocimiento disperso y malediciente.
No hay porción de entendimiento, ni concilio, ni consenso contigo.
Borracho, embriagado de tus nociones -apenas- tienes por celda tus emociones y por altar a tus facultades adiestradas para contender con el que no contesta.
Tu firmeza es la rebelión y la revuelta, no sabes lo que es la profundidad y mira, si de derechos hablas, menciona ahora tus obligaciones.
Hay aquel que va por la calle con tatuajes y perforaciones, vestido irreverentemente, que se ofende si lo llaman o toman por drogadicto, si se le estereotipa.
¿No es eso absurdo? pues, ¿qué refleja de su identidad a sabiendas del disfraz que lleva?.
Así es contigo, pues si todo es relativo, no puedes tener moral y sin algo firme sobre lo cual construir un juicio ¿qué, cómo y porqué juzgas?
¿Dará agua el sediento?
Y si tu carne es virgen... ¿lo sigue siendo tu corazón aparentemente preñado de ideologías licensiosas?
Como tu propio dios ¿puedes salvarte a ti mismo en el día de tu angustia?
Ciertísimo es que te idolatras, veneras y haces reverencia, eres tu adorador indiscutible.
¿Donde están tus portentos de poder, escaparás de la vejez, del Seol?
¿Aborrecerás y no darás cuenta del llamamiento, de la exhortación?
Según como el hombre obra obtiene recompensa, no te extrañes pues de tu vida, en lo que concierne a las porciones que te agregas.
Del obrar del hombre viene su satisfacción...¿qué haces?.
¿Donde esta la perspicacia de tu coherencia?
¿Quién es tu maestro, sino la mente colectiva del hombre?
¿No piensa el hombre los pensamientos del hombre?
Pronunciarás algo mayor a eso, elevado, sin mirar con seriedad hacia las regiones de arriba?
Si tu considerar es según los caminos trillados del ser humano...¿muestra tal sabiduría su practicidad?

Como el resultado de un psicoanálisis, es más patético que el enfermo.

Como poesía, da asco. Necesita un hilo conducto, campo semántico, imágenes plausibles, adolece de Carlos Cuauhtemismo, coherencia.

Suena como a sermón dominguero estilo madre puritana que alecciona al hijo que escucha a Marilyn Manson.

Toda esa información que tienes, no debe ser puesta como una nota en NOTICIEROS TELEVISA, sino como imágenes. Debe tener alguna utildad.

Del tingo al tanto y del olvido al no me acuerdo.


Al menos Lugo y yo asistimos a talleres de literatura, donde nos enriquecemos. Verdad, luguito??


Tu texto no fluye. Cansa. Tus ideas surgen con violencia para fallecer a escasos segundos de ser vomitadas.

Para la literatura es valido exponer la ignorancia, la sabiduría, la cerrazón, la apertura... menos los reclamos ambiguos y tan enredados que sólo el escritor, en este caso tú, puedan desentramarlo.


Pero a escribir se aprende escribiendo. Sigue como vas. Escribe!!

Debo irme, adiós.
Vuelve a leer esto en 20 años, si todavía existe la oportunidad, sopesa en tanto que hay lo contrario de la reprensión.